- Me opongo a esa sentencia – Tsuneoki no desvió la mirada de Hideyoshi, a pesar de que ostentara un rango superior a suyo.
Poco después de entrar en la habitación, una fina lluvia comenzó a caer, formando pequeñas ondas en el estanque. Apenas transcurrieron unos segundos, cuando aumento la intensidad del aguacero y también bajo la humedad.
Kambei permaneció apoyado en la puerta, vigilando que nadie entrara. Hideyoshi y Tokugawa se sentaron uno al lado del otro, mientras Tsuneoki y la chica lo hicieron frente a ellos. El joven dudaba en entregar la correspondencia que iba dirigida a su amiga. Sin embargo, esta podría contener alguna clave para salvarlos.
Los dos generales se tomaron su tiempo para leer y comprender el contenido del texto. Tsuneoki estaba ansioso porque le dijeran que contenía, pero sabía que no lo harían. Llego incluso a pensar que no había nada interesante y que se trataba solo de correspondencia entre tía y sobrina.
- Mis tropas tardaran varios días en llegar – dijo Tokugawa después de doblar la carta y entregársela a Hideyoshi - ¿alguien nos apoyara?
- Puedo pedir al resto de generales que intervengan, pero ninguno querrá hacerlo – dijo Hideyoshi – Nobunaga ya está muerto, por lo que vengar su muerte acabando con Mitsuhide no es una prioridad. Además, serán de la opinión de que si dos generales se matan entre ellos sería beneficioso para ellos. Al fin y al cabo, somos competencia en el reparto de tierras.
- De acuerdo – Tokugawa se levantó – voy a enviar a un mensajero para que aceleren la marcha.
El silencio reino tras la salida de Tokugawa. Tsuneoki por su parte estaba más tranquilo. Ese hombre no le inspiraba confianza y tenía la sensación de que en cualquier momento iba a traicionarlos por la espalda. El joven no entendía a Hideyoshi, pero no era nadie para juzgarlo. El viejo general tenía más experiencia que el en tratar con los demás generales.
Hideyoshi examino con cuidado a Saki. No podía confiar en ella y se preguntaba porque Tsuneoki seguía haciéndolo, a pesar de la traición. No quiso colaborar al principio, pero en cuanto hablo un rato con el joven, no hizo falta presionarla. La historia que le había contado parecía real, pero sabía que los espías utilizaban todo tipo de trucos para llevar a cabo sus planes. Sin embargo, algo le decía que no los traicionaría. Inclino la cabeza dándole permiso para hablar.
- Desconozco el contenido de la carta – comenzó ella moviéndose inquieta – pero si el señor Tokugawa va a mover sus tropas, quiere decir que se va a producir una guerra.
- No estas equivocada – sonrió Hideyoshi – aun así, no creo que las tropas de Tokugawa lleguen a tiempo. Pero tenemos que parar a Mitsuhide de alguna forma.
- A las afueras de Kyoto se encuentra su ejército.
- ¿Ejercito? – pregunto Tsuneoki.
- ¿Vas a traicionar a Mitsuhide? – pregunto Kambei desde la puerta.
- Mi lealtad nunca le ha pertenecido. Ese hombre despreciable asesino a mis padres. Solo sigo sus órdenes porque tiene a mi hermana en su poder.
- Imaginaba que estarían cerca, pero desconocía su ubicación. Sin embargo, esta información no te salvara de mi sentencia. Deberías ser condenada a muerte por… - Hideyoshi miro sorprendido a Tsuneoki, quien casi grito en contra de esa sentencia. Saki también lo miro asombrada y se ruborizo casi al instante. Hideyoshi no pudo simular más tiempo una carcajada - ¡Vaya! Nunca me habías levantado la voz. Ni siquiera siendo un niño.
- Lo lamento señor. Yo…. – Tsuneoki comenzó a disculparse, pero continuo con la mirada fija en el general. No iba a ceder – ella ha accedido a ayudarnos. Kambei dijo que la ayudaríais. No creo que seáis un samurái que incumple su promesa.
- No me has dejado terminar Tsune – Hideyoshi sonrió al joven para tranquilizarlo y luego desvió la mirada hacia Saki - ¿Qué quieres a cambio de la información?
- Señor, no merezco vuestro perdón. Por mi cumpla Nene y Ranmaru están prisioneros y nos encontramos en esta situación – ella se inclinó en señal de disculpa – Acatare cualquier decisión que toméis sobre mí. Solo tengo una petición, ayudarme a rescatar a mí hermana.
- El rapto de Nene, ¿fue ordenado por Mitsuhide?
- No señor, al menos por la parte que yo conozco – Saki miro a Tsuneoki o suspiro – Tadamasa fue informado de la llegada de Nene a Kyoto y también que Ranmaru la saco del palacio del emperador – dijo Saki – me ordenaron vigilarla y en el momento oportuno, llevarla al campamento. No fui capaz. Nene es una buena chica y estoy segura de que Mitsuhide la quiere utilizar para fines políticos. Sin embargo, esta la vida de mi hermana en juego. ¿Qué debía hacer? En ese momento de duda, fue raptada.