La hija del daimyo

Capitulo 11

Ranmaru permaneció en silencio mientras Kambei procedía a interrogar a los arrestados. No paraba de pensar en Nene. Cuando salió de la habitación para reunirse con Tsuneoki, los vio. Conocía los sentimientos de su amigo. Lo sabía desde hacía años, pero se preguntaba en que momento Nene le había correspondido. Desde la confesión de Tsuneoki, una noche de fiesta, no había mostrado sus sentimientos para no preocuparlo y además, había actuado como si no le importara. Sin embargo, la realidad era bien distinta y más con los recientes acontecimientos. Habían pasado días sin saber de ella, e incluso pensó que no la volvería a ver, pero el reencuentro en el castillo lo había hecho consciente de sus sentimientos de manera abrupta, aunque ya no estaba seguro de nada.

                Se preguntaba si ella lo había visto siempre como un amigo o como algo más. ¿Por qué dudada? Estaba claro que ella nunca había sido consciente de sus sentimientos y, después de verlos, casi lo prefería. Aun así, ¿estaba seguro con eso? ¿Realmente era capaz de entregarla?

                Las dudas lo asaltaban constantemente y él no podía seguir actuando así. La noche anterior, mientras cenaban, la observaba en silencio. Sin darse cuenta, se sentía terriblemente excitado por el simple hecho de tenerla frente a él, por la elegancia con la que sostenía la taza y la forma en la que sus labios se abrían unos instantes antes de que la taza los rozara. Si ese acto, tan normal, lo excitaba hasta el punto de dejarlo sin habla, estaba claro que había alcanzado el límite de su autocontrol. El cual, había perdido cuando ella dijo que iba a vengarse.

                Si Nene había percibido lo que ocurría, no había dado muestras de ello. Estaba claro que cuando lo libero de su juramento, ella ya había tomado una decisión y sabía que nadie la haría cambiar de opinión. Sin embargo, no iba a permitir que ella entregara su vida tontamente. No podía aceptarlo e iba a obrar en consecuencia. No le importaba sino podía acercarse más a ella y no pasar de una simple amistad.                               

                Después de lo visto, se alegraba de que fuera Tsuneoki el elegido. Aceptaba el matrimonio entre ambos, ya que consideraba a su amigo un pretendiente digno y de confianza. El marcharía con Hideyoshi y ellos, se quedarían aquí. El simple hecho de no poder volver a verla, le provocaba una gran angustia pero aun así, prefería eso que permitirle acercarse a Mistuhide, donde seguramente encontraría la muerte. 

  • ¿Estás de acuerdo con la declaración? – pregunto Kambei

No podía admitir que no había oído nada. Habría sido demasiado ofensivo para Kambei y vergonzoso para él. Dijo que necesitaba meditarlo un poco más antes de tomar una decisión y, de esta manera, salía al paso. Le resulto difícil, pero el resto del interrogatorio  se obligó a no pensar más en Nene.

Kambei noto que el joven estaba distraído por otras preocupaciones, pero no dio el menor indicio de que lo había advertido. Cuando el interrogatorio concluido, se levantó y se marchó. Había decidido actuar conforme lo que dictaban sus instintos. Estos le decían que su hermano estaba detrás de esto. Seguía pensando que él había participado en el incidente de Nene y que tramaba algo inminente. Debía darse prisa en actuar.

                Nene y Tsuneoki se encontraban sentados frente a Hideyoshi. El hombre observaba a la chica en silencio, intentando averiguar si no estaba lastimada, como le había dicho Kambei. A su lado se encontraba un hombre regordete y con cara amable. Tenía un fino bigote, que tocaba frecuentemente mientras también la observaba. Sostenía una taza pequeña en la mano con un líquido trasparente, que Nene supuso, era sake.

La joven se inclinó ante los dos y luego, sonrió mirando a Hideyoshi, quien le devolvió la sonrisa. Para ella, ese hombre era algo más que un general. Cuando un varón nacía, se le asignaba un guardián, que cuidaba de ese niño. Los extranjeros que llegaron al país también tenían una costumbre parecida y a Nobunaga le pareció interesante. Ellos lo usaban tanto para las niñas como para los niños y su padre, decidió ponerla en práctica. Padrino lo habían llamado.

  • Cuidaras de ella, incluso cuando yo no esté – repitió Hideyoshi recordando a Nobunaga y Nene bajo la mirada.
  • Necesito tu ayuda – comenzó Nene – sé que es complicado y tengo…
  • Déjame que te presente primero –la interrumpió Hideyoshi   Tokugawa ha venido a unirse a nosotros.
  • ¿Tokugawa? – Nene ignoro un gruñido de disgusto de Tsuneoki – Lo vi hablar con tu padre en algunas ocasiones.
  • Realmente sois una joven con suerte – Tokugawa se sirvió otra copa – sois como vuestro padre y ha sido difícil dar con vuestra pista todo este tiempo. Has vivido toda una aventura.
  • Yo no lo llamaría una aventura – susurro Tsuneoki casi inaudible.
  • ¿Una aventura? – Nene lo miro molesta – han intentado matarme y lo he perdido todo. Solo me queda una cosa y es por eso que estoy…
  • La venganza no es una opción Nene – dijo Hideyoshi con calma.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.