La Hija Del Inframundo

Capitulo 6

Sentía como si hubiera caído fuera de mi propio cuerpo. Todo se nublaba y solo escuchaba murmullos a mi alrededor.

—Vaya… es muy bonita la hija del Inframundo.
—¡Cállate, Lirone! ¿No ves que aún no se recupera del transportador?

Las voces eran femeninas, pero tenían un tono rocoso, áspero, casi monstruoso. Intentaba convencerme de que todo era un mal sueño, que aquel hombre de ojos rojos no era real. Pero entonces escuché otra voz. No era la de él… era distinta, más grave, más autoritaria:

—¡Silencio!

Su voz sonaba desafiante, y algo dentro de mí se estremeció.

Poco a poco, mi vista se fue aclarando. El suelo sobre el que estaba era rojo, como sangre ardiente o fuego líquido. Miré a mi alrededor: oscuridad. Pilares gigantes, la mayoría destruidos. Mi corazón ya no latía rápido. No sentía miedo. Al contrario… sentía calma. Seguridad. Como si, de alguna forma, hubiera llegado a casa.

Y entonces lo vi.

Él estaba allí, de pie frente a mí. Esta vez podía ver su rostro completo. Cada facción era sorprendente, pero… sus ojos no eran de fuego. Eran negros. Negros como la noche. Su cabello igual de oscuro. Eso me confundió aún más.

—¿Me vas a seguir viendo mucho rato más?

Lo dijo con burla.

—Seguro estás confundida —continuó—. Al de los ojos de fuego lo verás después.

Esa última frase, dicha con malicia, me heló la sangre.

¿Significaba eso que… entró a mi mente?

—Ven.

Extendió su mano hacia mí. Dudé en tomarla, pero al final lo hice. Me ayudó a ponerme de pie y, al levantarme, un escalofrío me recorrió el cuerpo. Detrás de él… había criaturas. Seres que jamás había visto. Parecían culebras mezcladas con peces, con branquias enormes y… partes humanas. Eran espeluznantes.

—¿Por qué te asustas? Son solo lamias.

—¿Qué…?

Fue la única palabra que logré decir, sintiendo que me costaba incluso hablar.

—Vaya… pensé que te había comido la lengua una serpiente —se burló de nuevo.

No respondí. Me quedé en silencio, observando aquel lugar tan extraño.

—Oye… eres rara, ¿lo sabías?

—No soy rara —repliqué enseguida.

Él giró los ojos, como si no le importara mi respuesta.

—Simplemente… no sé dónde estoy.

—Ay, es fácil. Estás en el Inframundo.

Apenas pronunció esas palabras, un mareo me golpeó. La calma desapareció. El terror volvió. Sentía que el estómago me daba vueltas. El vómito era inminente.

—¿Te sientes mal? —preguntó él, aunque su tono no mostraba preocupación real—. Es normal. Estás cruzando el límite… el cuerpo humano tarda en adaptarse.

-Me ...sorprende en ti pero debe ser por la primera vez.

Lo dijo sin importancia y con ese tono de burla

—¿Adaptarse a qué…? —susurré, apenas con voz.

Ignorando lo que me menciono despues.

Se acercó demaciado. Estaba a pocos pasos de mí. Su presencia era imponente .Sentia incluso su aliento sobre mi puesto que era mas alto. Sentí que todo a mi alrededor se detuvo cuando pronunció las siguientes palabras

—Casandra… esta es tu casa.

Lo dijo con una sonrisa oscura, como si acabara de revelar un secreto que cambiaría mi vida para siempre.

—Bienvenida al Inframundo, princesita.

Lo siento creo que cambiare mis dias de actualizaciones seran los dias miercoles y sabados son mas faciles para mi espero comprendan
¿Quien cree que es ese hombre ?




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