La Hija del Jefe

Capítulo 3

Despierto en el sofá tapada con una manta, mi cabeza da vueltas y vueltas mientras trato de recordar que fue lo que paso.

Miro a mi alrededor y veo a Emilio en el otro sofá recostado con un brazo sobre sus ojos. Eso hace que recuerde inmediatamente que fue lo que paso.

Me recuerdo besando a Emilio mientras yo estaba sentada sobre la encimera de la cocina y recorrer su cuerpo con mis manos, de solo recordarlo mi cuerpo se calienta, de un momento a otro me bajo y corro hasta el baño a vomitar todo el alcohol de mi sistema, que vergüenza dios mío. Luego no recuerdo nada de nada.

Trato de levantarme sin hacer un ruido, busco mi teléfono y veo al menos diez llamadas de mi madre. Debe estar furiosa, camino hasta la cocina y la llamo

— Cariño ¿Dónde estás? Son las dos de la mañana.

— Mamá lo siento mucho, durante la noche me sentí mal y Emilio me trajo a su casa me olvide de avisarte.

— ¿estás bien? ¿Quieres que vaya por ti? Tu padre está durmiendo, le dije que te quedarías en casa de Marina o de seguro estaría buscándote como loco.

— ¿Aurora no les dijo dónde estaba? — pregunto confundida

— no, ella se fue a casa de sus amigas. Por favor quédate ahí con Emilio estas más segura que en cualquier parte, si quieres que vaya por ti solo debes decirme. Pero no salgas sola a la calle es muy peligroso.

— si mamá, estaré bien cualquier cosa te llamo, buenas noches, te amo.

— también te amo princesa, buenas noches.

Cuando me vuelvo para salir veo a Emilio recostado en la puerta y pego un grito fuerte.

— me asustaste, pensé que estabas durmiendo.

— desperté cuando comenzaste hablar por teléfono ¿estás bien?

— si estoy bien, gracias por cuidarme

El me regala una sonrisa y niega con la cabeza mientras se acerca a mi y besa mi frente.

— siempre te cuidare Ariana, ahora bebe un poco de agua y unas aspirinas para el dolor de cabeza.

Hago lo que dice mientras el prepara algo para comer, una vez listo me ofrece un plato y una taza de café. Se sienta a mi lado mientras comemos en silencio.

— lamento mucho lo que hice.

— ¿a qué te refieres?

— ¿a besarte, a tocarte, a vomitar en tu baño y luego caer inconsciente? Creo que son muchas cosas por las que debo disculparme.

El se ríe y toma mi mano mientras dice:

— no tienes por qué disculparte, soy yo quien debe hacerlo. No debí seguir, se supone que soy el adulto aquí — lo miro ofendido y se ríe mas — bueno, ahora eres una adulta pero… sigo siendo mayor que tú.

— ¿te arrepientes de besarme? Porque yo no lo hago, fui sincera y lo seguiré siendo.

— no, no me arrepiento. Pero tampoco me siento cómodo ahora mismo. 

-— lo entiendo, y me pasa lo mismo. Siento que ahora nuestra relación no será la misma y tengo la culpa de eso. Pero no quiero que sea así, quiero que siga siendo igual que siempre, te quiero eres una de las personas más importantes de mi vida y no quiero que eso cambie nunca. 

Emilio toma mi mano y la lleva hasta sus labios. 

— También te quiero y mucho. Prometo que seguiré actuando igual que siempre, pero promete que no volverás a besarme ¿si? 

— no puedo prometer eso, pero trataré de no volver hacerlo a menos que tu quieras — le guiño el ojo el forma de broma y el se ríe. 

Lavamos los platos y nos dirigimos a su habitación. 

— Dormías en mi cama y yo en la habitación de al lado, cualquier cosa que necesites me avisas. 

— Gracias — lo abrazo y el se pone tenso ante mi contacto. — prometo mañana ordenar todo mi desastre, buenas noches. 

— buenas noches. 

Me acuesto en su cama mientras trato de dejar de pensar en todo lo que ha pasado esta noche. Una hora mas tarde doy vueltas por la cama sin poder dormir, me pongo de pie y decido sacarme el vestido para estar más cómoda miro en el closet de Emilio y tomo una de sus camisetas. Me vuelvo acostar sin poder dormir, con un gran suspiro me pongo de pie y voy a la cocina por un vaso de agua. Al llegar me llevo un gran susto al ver a Emilio sentado ahí.

— ¿tampoco puedes dormir? — Pregunta mientras sus ojos recorren mi cuerpo — te ves bien en mi camiseta.

— no puedo dormir, pensé que podría ser el vestido pero ni aun así puedo conciliar el sueño.

Me pide en silencio que me acerque hasta él, lo hago me pone entre sus piernas.

Mi cuerpo reacciona ante su tacto y tiemblo de placer, comienza a recorrer mis piernas con sus dedos y mis vellos se erizan.

Dejo salir un gran jadeo de deseo y entre abro mis labios invitándolo a besarme, Emilio no lo piensa mucho y me besa de una manera hambrienta.

Me siento a horcajadas sobre él y cruzo mis piernas en su espalda mientras se pone de pie y me lleva hasta su habitación.

No dejamos de besarnos mientras me tiende en la cama de espalda, mis manos recorren su cuerpo y él se tensa en respuesta, por favor no otra vez suplico en silencio.

— ¿estás segura de esto? — Pregunta jadeando — si no lo estas lo entenderé y me iré.

— no hay nada más que deseo, solo quiero estar entre tus brazos y sentirte dentro de mí.

Emilio toma mi camiseta y la desliza sobre mi cabeza, jadea cuando ve mi conjunto de encaje rojo.

— te ves increíblemente deliciosa

Me siento en la cama y quito mi sostén, el muerde su labio en respuesta.

Me acerco a él gateando para quitarle su propia ropa, Emilio se deja mientras me recorre con sus ojos llenos de lujuria, quito su camiseta por su cabeza y me arrodillo para bajar sus pantalones, lo miro con deseo desde el suelo y paso mi lengua por mis labios mientras de un empujón bajo tu bóxer, su miembro golpea mis labios mientras una sonrisa aparece en mi boca.

Tomo su miembro mientras comienzo acariciarlo de arriba abajo, las ganas de llevármelo a la boca son cada vez mas grande.

Paso mi lengua por su glande mientras lo veo cerrar los ojos, lo meto en mi boca y comienzo a moverme con cuidado, nunca he hecho algo parecido, pero el parece disfrutarlo.




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