La Hija del Jefe

Capítulo 4

 

Emilio 

 Me despierto con mi cuerpo enredado en el suyo, parece un sueño estar acostado a su lado. La noche anterior aún se reproduce en mi cabeza. Me levanto sin hacer ruido, me visto y parto a la cocina. 

Me dispongo a preparar el desayuno mientras Ari duerme profundamente, unos minutos más tarde siento sus pasos por el pasillo, la veo entrar en la cocina mientras me mira preocupada. Acercó un plato y una taza hasta a ella y le digo que coma. 

— ¿Esta todo bien? 

— la cama… las sábanas, las lavare antes de irme. 

— no te preocupes, las llevare a la lavandería más tarde. 

Ella trata de sonreír, mientras yo apartó la mirada. No puedo y no quiero tenerla cerca, mirarla me revuelve el estómago. Una sensación de que algo muy malo pasará, trato de cambiar de tema mientras intento que mi mente deje de reproducir nuestra noche juntos. 

— ¿Ya pensaste a que universidad vas a ir? 

Ella abre los ojos muy grandes mientras se ahoga con su desayuno. 

— no, quiero decir no es que no lo haya hecho, lo hice sí. Pero no creo a mis padres les guste mi decisión. 

— ¿Por qué? Eres inteligente, podrás ir donde quieras. 

— quiero quedarme aquí en la ciudad, buscar una universidad local y poder seguir estando cerca… — no termina la frase y ya imagino lo que quiere decir 

— no lo hagas, si estás pensando en quedarte aquí por mí no lo hagas, lo nuestro no puede ser. Ni ahora ni nunca Ariana. 

Salgo de la cocina mientras agarro mi chaqueta y las llaves del auto. Ella me sigue hasta la puerta, antes de salir ella toma mi brazo y me encara. 

— ¿no significó nada para ti? Solo soy una más del montón ¿no es así?, me utilizaste. 

Dice gritando mientras lágrimas caen por sus ojos. 

— no es así, sabes que no es así. Ariana, entiende una cosa. No pondré en peligro mi trabajo y mi familia por una relación que no va a funcionar. 

— eres un infeliz — su mano impacta en mi mejilla — te odio Emilio, te odio. 

Corre hasta mi habitación y yo salgo del departamento. 

Cuando vuelvo horas después está totalmente vacío, como si ella jamás hubiese estada aquí. Miró mi cama y está tal cual la dejamos esta mañana, una mancha de sangre llama mi atención, las agarro fuerte mientras la sacó y las tiro en la basura. 

— eres un imbécil Emilio, estúpido porque no mantuviste tu polla en tus pantalones. 

Busco sábanas nuevas y hago la cama. Recojo el desastre que hay por el departamento y encuentro las bragas de Ari bajo la cama. Las tomo entre mis manos y las llevo hacia mi nariz sintiendo su exquisito aroma. 

Tomo mi teléfono y le envió un mensaje esperando a que lo responda, pero no lo hace, envió un mensaje a Aurora. 

*Ey, como están? ¿Qué tal la fiesta anoche? Lamento no poder volver, pero surgió algo importante. 

En solo unos segundos me responde. 

*Hola cariño, todo bien. ¿Te extrañe, quieres que vaya a tu departamento? 

*No estoy en casa ahora mismo, solo quería saber cómo estaban tú y Ari. Le hablé, pero no respondió. 

*Ari aún no vuelve de casa de su amiga, al parecer pasará el fin de semana con ella. ¿Quieres que vaya más tarde? Extraño pasar el tiempo contigo. 

No vuelvo a responderle ningún mensaje, no solo he cometido un error si no dos y uno de ellos fue besar a Aurora en una fiesta mientras estaba en la universidad, de eso han pasado al menos tres años y ella aún no lo supera. No hay día en el cual no se acerque a mí con dobles intenciones.  

Le envío más mensajes a Ari y solo me deja en visto, es tanta la insistencia que termina por bloquear mi número. Decido llamar y salta al buzón de voz una y otra vez.  

 

 

Ariana  

Cuando salgo del departamento de Emilio mis lágrimas corren por mis mejillas, tomo mi teléfono y llamo a mi amiga Marina quien en solo minutos viene por mí.  

— ¿Ari estas bien? ¿Qué fue lo que pasó?  

— me acosté con el Mari, le entregué mi cuerpo y alma. Y el muy desgraciado hoy me trato de lo peor, como si fuera una prostituta.  

— ¿Qué? — grita mi amiga mientras maneja — es un imbécil Ari, no te merece y menos tus lágrimas nena. Capullo arrogante, no puedo creer que te haya empujado hacer esa locura, soy una pésima amiga.  

— nadie sabía lo que pasaría, jamás pensé que me trataría como una basura. Como si yo no valiera nada.  

— ¿al menos tenía la polla grande? — pregunta mi amiga haciéndome reír — digo para saber si al menos vale la pena sufrir por él.  

— creo que jamás podré superarlo — suspiro y tapó mi cara con mis manos — era increíble en la cama, fue mejor de lo que esperé. 

— nos vengaremos Ari, haremos que se arrepienta de haberte tratado mal, lo juro. 

Llegamos a su casa y me encierro en su habitación a llorar, al pasar unas horas Emilio me llama sin parar y envía mensajes, opto por bloquear su número. Llamo a mi madre y le digo que pasare el fin de semana en casa de Marina me pregunta si estoy bien y solo me atrevo a decirle que sí.

Cuando son las diez de la noche suena el timbre de la casa y Marina corre abrir la puerta, la escucho discutir con alguien y decido ir a mirar que está pasando. Al llegar veo a Emilio en la entrada.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto enfadada — ¿no fue suficiente humillación lo que me hiciste pasar en la mañana?

 — Ari necesitamos hablar ¿por favor? Solo serán unos minutos

Miro a mi amiga y ella asiente, tomo mi abrigo y lo sigo hasta el patio delantero. Nos miramos uno al otro por unos momentos y él acorta el camino a mí.

— Ari te adoro, fui un completo imbécil hoy, jamás debí hablarte así. Me he arrepentido todo el día, sin hablarte me vuelvo miserable.

— deberías serlo, fuiste un completo imbécil.

Toma mi cara entre sus manos y besa mi frente justo cuando un auto se detiene a nuestro lado, le aparto rápidamente al ver a Aurora bajar del auto de mi madre.




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