La Hija del Jefe

Capítulo 9

Luego de la visita de Emilio decidí ir a casa de mis padres, al llegar estaban cenando con mi hermano pequeño.

— necesito que hablemos

Mis padres se miran y asienten antes de pararse, no sé qué cara tendré que aceptan sin discutir. Cuando entramos en la oficina de mi padre descargo todo lo que tengo adentro.

— ¿Por qué nunca me dijeron de Aurora no era mi hermana? ¿Se dan cuenta de todo lo que he tenido que aguantar?

— cariño… — dice mi madre

— no mamá, saber esto me hubiese ahorrado un montón de humillaciones y malos tratos por parte de ella

— hija, las queremos a las dos por igual. Para nosotros las dos son nuestras hijas. Eso no cambia nada

— por supuesto que lo cambia. Aurora es una víbora y ustedes saben que es así. Toda su vida siempre se ha empeñado a sobresalir y ser el centro de atención ¿acaso no se dan cuenta?

— tu hermana está enferma y hemos tratado de ayudarla de la mejor manera.

— ¿enferma? Por dios ustedes se creen ese cuento.

— es así Ariana, desde pequeña Aurora ha tenido síntomas de sociópata y pudimos confirmarlo con un médico tiempo después. Ella es manipuladora si, también miente demasiado y es irresponsable. Tiene muchos síntomas más y no sabemos que más hacer para poder ayudarla.

— ¿ella realmente tiene novio? Todo este tiempo me estuvo diciendo que era Emilio ¿es así? ¿O también es parte de su engaño?

— no, por supuesto que no, jamás dejaría que mis hijas tuvieran algo con él como se te ocurre, Emilio es como su hermano mayor. — dice mi padre golpeando su escritorio

Miro a mi madre con miedo en los ojos y ella niega con su cabeza.

— ¿en qué más me están mintiendo? Estoy harta de enterarme de todo por otras personas ¿acaso no confían en mí?

— hija por favor. — dice mi madre — solo no creímos que fuera necesario ¿Qué paso entre ustedes para que vinieras así de esa forma?

— ¿Qué que paso? Empecemos con que ella me ha odiado toda la vida, luego podría ser que arruino mis últimos años, que me hizo alejarme del amor de mi vida con sus mentiras. No lo sé, que ¿gritara un montón de cosas en mi casa mientras Emilio la sacaba?

— espera un momento no estoy entendiendo nada justo ahora — dice mi padre

— no necesitas entender nada, o por lo menos no ahora. Solo te diré que no aguantare que nadie más me quite la felicidad, voy a luchar y así me cueste la vida.

— cariño tienes todo nuestro apoyo eres nuestra hija — dice mi madre tomando mi mano.

— su verdadera hija, espero que eso jamás se les olvide. Yo si soy su hija y deberían apoyarme siempre.

— Ariana no seas así, Aurora también es mi hija y lo seguirá siendo siempre.

— bien, para mí ya no es mi hermana, en fin, jamás lo ha sido.

Salgo de la oficina y veo a Sebastián en la puerta escuchando nuestra conversación.

— ¿Aurora no es nuestra hermana? Es por eso que siempre te trata mal y te odia ¿no es así?

— exacto, al menos alguien en esta casa se ha dado cuenta de cómo son las cosas. Te amo Seba nunca lo olvides. —  beso su mejilla y me voy.

Al volver a mi departamento Emilio sigue ahí esperándome

— ¿Cómo te fue? — pregunta mientras toma mi mano y me lleva hasta el sofá

— salió mejor de lo que esperaba, pero siento que mi padre me odiara toda su vida.

— por supuesto que no nena, tu padre jamás podría odiarte.

— le dije que no aceptaría que nadie se metiera en mi vida nunca más y pienso hacer cumplir esa promesa.

— te apoyare en todo, me tienes y siempre me tendrás — lo amo tanto. — te amo también

— ¿lo dije en voz alta?

Él se ríe y besa mis labios.

— ¿Qué es lo que quieres hacer? — pregunta

— no tengo idea, por ahora solo estar a tu lado y vivir el día a día.

— eso es algo fácil de hacer, pero, me refería ahora. ¿qué quieres hacer?

— ¿está mal si digo ir a mi habitación?

— mmm, no por supuesto que no, es totalmente valido y estoy al cien por ciento de acuerdo con eso.

Toma mi mano y me pongo de pie, besa mis labios mientras caminamos a mi habitación, me quito la ropa al llegar quedo desnuda ante él. el deseo en sus ojos dice mucho ahora mismo, como si quisiera saltar sobre mí y devorarme completa. Dejo salir un suave gemido de placer, aunque continúo mirándome con deseo.

— mierda — gruño por lo bajo — eres increíble.

Se acercó lentamente y luego, tomó mi cara entre las dos palmas de sus manos. Yo temblaba de deseo. Él deslizó sus manos hacia abajo y luego trazó su dedo índice por mi cuello, sobre mis pechos y se detuvo en mi ombligo. Sus ojos se veían como si estuviera en un trance mientras examinaba cada pulgada de mi cuerpo, que estaba expuesto por completo.

Cerró los ojos brevemente. Cuando los abrió, la misma mirada de asombro se mantenía en su cara. Era como si no hubiera esperado verme todavía allí de pie.

— Nadie se ha comparado a ti, Ariana. Tienes que saber eso. — Mi corazón se sintió como si se fuera a quemar al escuchar sus palabras.

Entonces, se dejó caer de rodillas. Envolvió sus manos alrededor de mi cintura mientras me empujaba contra él, besando mi ombligo y girando su lengua lentamente sobre mi estómago. Bajó su boca en besos suaves, deteniéndose entre mis piernas.

— No puedo esperar a probarte. — Señaló hacia abajo a su entrepierna — Mírame.

Sus pantalones apenas podían contenerlo, su miembro estaba tan hinchado que parecía como si pudiera perforar la tela. 

— No creo que nunca haya estado tan excitado por nada. He soñado tanto con este momento que se siente como toda mi vida. Nunca pensé que volvería a suceder. Quiero saborearlo.

Tomó mi mano y me guio a mi cama. Sentándose en el borde, me levantó sobre él. Mis rodillas estaban envueltas alrededor de sus muslos, y mi sexo descubierto estaba a horcajadas sobre su erección debajo de sus pantalones. Sus ojos eran nebulosos mientras miraba hacia mí.

— Dime cuál es tu más profunda, más oscura fantasía. Quiero hacerla realidad esta noche. — Cuando vacilé, dijo:




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