Han pasado días desde el ataque de Aurora, mi padre no me habla ni mira en mi dirección. Aurora volvió al trabajo como si nada hubiese pasado, la gente me mira de una forma extraña en la oficina, nadie se acerca a hablarme.
Mi relación o no relación con Emilio está cada vez más difícil, por lo que me dijo tiene prohibido hablarme o acercarse a mí al menos en la oficina, ordenes de mi querido padre. Aurora se salió con la suya e invento mil cosas, mi madre no está feliz y yo tampoco, en estos momentos odio a mi padre con todo mi ser.
Un golpe en mi puerta me saca de mis pensamientos
— adelante — Marina entra en oficina con un paquete en la mano
— querida amiga — dice corriendo abrazarme — no sabes cuánto te extrañe, tengo este regalo de parte de Rhys.
Abro el paquete y veo un montón de dulces y chocolates, justo lo que necesitaba para salir de mi depresión.
— no sabes la falta que me hace, lo extraño tanto.
— y él a ti, aun te está esperando ¿cuéntame que ha pasado?
Le hago un breve resumen de todo lo ocurrido desde que llegue a casa y los últimos acontecimientos.
— odio tanto a tu hermana, bueno no hermana. El cielo sabe que ahora tengo más motivos para golpearla.
—l o sé, yo también tengo ganas.
— ¿Qué está pasando con Emilio?
— ¿estamos bien? — respondo en forma de pregunta — no sé qué está pasando, esto está cada vez peor.
— deberías dejar este trabajo e irte conmigo mi padre te recibirá con los brazos abiertos y lo sabes.
— lo sé, pero no puedo dejar a mi madre, al menos no por ahora.
— Aurora está logrando lo que no pudo su madre y es separar a tus padres.
— hoy recibí una llamada del socio de mis padres.
— ¿el tipo que estaba enamorado de tu madre?
— sí, Santiago. Me pregunto cómo estaba, me pareció rara su llamada, pero luego dijo que mi madre le había contado lo que estaba pasando.
— ¿él y tu madre siguen en contacto?
— al parecer, pero me ofreció todo su apoyo. Dijo que mi lugar de trabajo está seguro. Que podía ir a su oficina al otro lado del mundo y ser parte de su equipo.
— ¿y que estas esperando?
— no puedo irme, ya te lo dije.
— no es solo por tu madre ¿es por Emilio verdad?
— sí, también es por él, sabes que no lo dejare menos ahora que lo estamos intentando.
— necesito contarte algo. — dice mientras mira la puerta
— me estas preocupando ¿Qué está pasando?
— tu padre…
— ¿mi padre? Habla de una vez
— llamo a Rhys, por eso él no ha querido llamarte. Le ofreció trabajo nuevamente.
— ¿Por qué? ¿Qué es lo que quiere?
— alejarte de Emilio, eso fue lo que le dijo a Rhys.
— ¿estas bromeando? – digo poniéndome de pie — ¿Qué le dijo Rhys?
— que no, que él no haría nada para lastimarte.
— gracias al cielo, esto no se puede quedar así ya no aguanto más.
Salgo de mi oficina con Marina atrás de mí, camino por el pasillo directo a la oficina de Emilio. Golpeo la puerta y le grito:
— a la oficina de reuniones, ahora.
Hago lo mismo en la oficina de mi madre, de mi padre y de Aurora.
Llego a la oficina y comienzo a caminar de un lugar a otro
— ¿Qué vas hacer? — pregunta mi amiga — piensa bien antes las cosas Ariana.
— esto se acabó, no puedo seguir así.
Todo el mundo entra a la oficina, me miran extrañados mientras toman asiento y mi padre se pone al lado de Aurora mientras toma su mano.
— ¿Qué es lo que quieres Ariana? — esta es primera vez que mi padre me dirige la palabra — que sea breve tenemos trabajo que hacer.
Lo miró fijamente, el que tenga la mano de Aurora agarrada es una puñalada en mi corazón.
— esto se acabó, ¿me escuchas bien? No voy a seguir soportando tus malos tratos hacia mí y mi madre, menos hacia Emilio.
— ¿de qué malos tratos estás hablando? Y bájame ese tono petulante que tienes, yo soy tu padre y me debes respeto.
— ¿quieres respeto? Cuando no has hecho más que tratarnos como basura toda tu vida.
Mi padre golpea la mesa y Emilio se pone de pie.
— nadie saldrá de esta habitación hasta que yo termine de hablar.
Cierro la puerta con llave, mi madre me mira sorprendida al igual que mi amiga y Emilio.
— estoy enamorada de Emilio, lo he estado toda mi vida.
— eso es una estupidez — grita mi padre
— no lo es, mi madre lo sabido siempre, al igual que Aurora quien no hace más que hacerme la vida imposible y no dejarme ser feliz.
Aurora comienza a llorar mientras mi padre la abraza, cuando vuelvo hablar ella me interrumpe
— Emilio solo está jugando contigo, igual que lo hizo conmigo.
Mi padre se levanta de su silla y golpea a Emilio en su rostro, el cae al suelo y yo grito de susto.
— ¡Federico! — grita mi madre mientras se acerca a él
— no te quiero volver a ver en mi empresa, tampoco te quiero cerca de mis hijas, eres un hijo de puta.
— no, esta no es solo tu empresa, también es mía — dice mi madre — Emilio no se ira a ninguna parte.
— ¿me estas desafiando Liliana?
— sí, no voy aguantar que le quites la felicidad a mi hija, no otra vez. Esto se acabó, no aguanto más tus injusticias.
— mamá, no por favor. — digo suplicando.
Marina ayuda a Emilio a sentarse lejos de mi padre, él sigue sin decir nada.
— ¿te estas escuchando Liliana?
— ¿te estas escuchando tu? Volvemos a lo mismo de hace veinticuatro años atrás, y esta vez no permitiré que tu hija se salga con la suya. No te das cuenta, todos estos años te ha manipulado, ahora está haciendo lo mismo inventando cosas que no son. Emilio jamás se fijaría en ella, jamás la ha tocado, él y Ariana se aman y no voy aguantar que los alejes. Si ellos se van yo haré lo mismo, tomare a mis hijos y me iré.
— no, ¿no puedes estar hablando en serio?
— lo estoy, por mis hijos hare lo que sea necesario, si dejo dejar al hombre que amo lo hare.
Aurora me mira con odio puro en sus ojos mientras mis padres siguen su discusión.