Al llegar a la oficina lo primero que hago es notar un cuerpo conocido parado en la puerta, una enorme sonrisa su cara mientras me acerco a él, Rhys.
Corro hasta a Rhys dejando atrás a Emilio, lo abrazo fuertemente mientras él me da vueltas en sus brazos.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto mientras le beso la mejilla
— estaba en la ciudad y decidí venir a visitarte, te ves hermosa.
Un carraspeo llama nuestra atención, Emilio nos mira con mala cara.
— oh, Rhys. Este es Emilio
— un gusto conocerte — dice Rhys mientras estira su mano.
Emilio lo mira unos segundos antes de estirar su propia mano y darle un fuerte apretón.
— ¿y tú eres? – pregunta Emilio — podrías soltar a mi novia.
Rhys me suelta con una sonrisa en los labios, mientras Emilio se cabrea cada vez más.
— Rhys, amigo de Ariana. — Rhys mira entre Emilio y yo una vez mas y dice: — no es necesario mear encima de ella para saber que es tu novia. Se quien eres y créeme no me interesa tener problemas.
Emilio lo mira mal mientras se acerca a mi y besa mis labios.
— nos vemos en el almuerzo, ahora tengo una reunión importante.
Se va sin despedirse de Rhys, cuando las puertas del ascensor se cierran dejamos salir una fuerte carcajada.
— ¿Qué mierda fue eso? Ya veía que empezaba a golpearme en cualquier momento.
— es un poco celoso y digamos que no le he hablado de ti. — lo miro pidiéndole disculpas — oh seria mucho peor créeme.
Rhys toma mi mano y caminamos hasta la cafetería del edificio, nos sentamos en una mesa mientras la camarera se acerca a nosotros y coquetea con Rhys.
— así que no has perdido el encanto — digo con una ceja alzada.
— ¿qué creías, que por que me rompiste el corazón me iba a deprimir?
Nos reímos nuevamente mientras nos ponemos al día con todo lo que ha pasado en estos meses que no nos hemos visto.
Rhys me cuenta que conoció a una chica en la empresa de su abuelo y que llevan saliendo un tiempo. Se ve feliz y eso me encanta, a pesar de toda nuestra historia siempre hemos sido buenos amigos.
— que triste es todo lo que esta pasando con tu familia, no puedo creer todo lo que hizo tu hermana.
— tampoco yo, pero veras ya no es un tema. Tratamos de pasar página.
— bueno entonces ¿quedamos para la cena? Pasare por ti a tu departamento, por favor dile a tu novio que no me golpee cuando me vea — Rhys se pone de pie y besa mi mejilla antes de irse.
Cuando subo a la oficina veo a Emilio salir de la sala de reuniones, me mira con una expresión de molestia en su cara mientras camina directamente a su oficina.
Dejo mis cosas en mi oficina y voy directamente hasta la suya.
— ¿estas molesto por algo? — pregunto sentándome en frente de él.
— ¿Por qué estaría molesto?
— no lo sé, ¿quizás sea tu cara de ogro que tienes?
— ¿cómo quieres que este?, vienes recién llegando. Estuviste dos horas ahí abajo con ese amiguito tuyo. Además, me dejaste por correr abrazarlo.
— ¿esto es una escena de celos? — me rio — Rhys es un viejo amigo, íbamos juntos en la universidad, no lo veía hace meses ¿Cómo quieres que reaccione?
— por la forma en la que te miraba creo que siempre ha estado enamorado de ti.
— puede ser, pero ahora estoy contigo y el tiene una novia. No puedes simplemente enojarte por eso. Te amo a ti y él lo sabe, créeme cuando te digo que lo sabe.
Me pongo de pie mientras el hace lo mismo, camino hasta la puerta. Emilio viene detrás de mi y cierra de un portazo enjaulándome entre sus brazos.
— quiero que quede claro una cosa.
— ¿Qué? — digo con miedo
— tu eres mía, siempre lo has sido y siempre lo serás. No voy aguantar que nadie te aparte de mí. — toma mis labios con lo suyos mientras con su mano agarra mi cabello y me acerca más a él.
Me besa con hambre, queriendo marcar su territorio y dejando claro que yo soy suya y de nadie más.
Cuando suelta mis labios me abraza fuerte y dice:
— lo siento, es solo que no puedo soportar verte con alguien más.
Me quedo en silencio y decido no contarle que esta noche tendré una cena con Rhys.
Luego de unos minutos vuelvo a mi oficina, este es primer ataque de celos que tiene Emilio, jamás lo había visto así.
Mi madre viene unas más tarde y me cuenta que mi padre la llamo nuevamente.
— va a venir a Londres, quiere hablar con nosotras personalmente. — dice ella mientras yo dejo de escribir.
— ¿quiere hablar? ¿Realmente hay algo de lo que se pueda hablar mamá? Después de cómo nos trató no creo que tengamos mucho de qué hablar.
— debemos darle una oportunidad, es tu padre.
— si quieres darle tú una oportunidad hazlo, pero no creo que yo pueda hacerlo.
— hazlo por mí y por Sebastián, al menos escucha lo que tiene que decir.
Suspiro pesadamente mientras poso mis dedos en mi cabeza.
— ¿Qué pasa si le doy otra oportunidad y vuelve a preferir a Aurora?, no me creo capaz de soportar otra desilusión.
— cariño, Aurora no tiene a nadie más, su madre murió cuando era pequeña y su padre jamás apareció. No podemos pedirle a tu padre de la abandone.
— lo sé, y eso es lo que mas rabia me da, le han dado todo siempre y aun así se comporta mal.
—es su enfermedad, esperemos que estar encerrada le ayude.
Mi madre se pone de pie y besa mi mejilla, cuando está a punto de salir se voltea y me dice:
— tu padre llegara en unas horas, nos iremos a un hotel con Sebastián para no hacer más problemas con tu él.
Asiento con la cabeza y sigo con mi trabajo. A la hora de almuerzo bajamos a un restaurante con Emilio de la mano. En el camino le cuento que mi padre esta por llegar a Londres, él me da todo su apoyo y dice que juntos enfrentaremos los problemas que pueda haber.
Al llegar a casa me pongo nerviosa, aun no le digo a Emilio que saldré a cenar con Rhys, tomo un baño tratando de relajarme. Cuando salgo veo a Emilio parado en la puerta de la habitación con mi teléfono en su mano.