Capítulo 18

Al llegar a la consulta nos hacen entrar a una oficina, una doctora nos espera en sentada en su escritorio con una sonrisa, se presenta y nos pregunta que sucede, le explico un poco mientras ella me hace algunas preguntas. Hasta ahora todo normal, cuando me pregunta algo en particular me giro y miro a Emilio.

— no lo sé, no recuerdo cuando fue mi último periodo, la verdad he tenido mucho estrés últimamente y no he sido consciente de todo.

— no te preocupes, haremos los exámenes correspondientes y descartaremos si se trata de un embarazo.

Emilio me mira preocupado, jamás hemos hablado de hijo y este no seria un buen momento para eso.

Salimos de la consulta en completo silencio, Emilio no mira en mi dirección ni una sola vez mientras yo preparo todo para realizarme por exámenes lo antes posible.

Cuando tengo todo listo me acerco a él y me indica que nos vayamos a la oficina, al llegar allá cada uno va por su lado.

Ya en mi lugar trato de calmarme y respirar varias veces, pero los vómitos vienen nuevamente. El que Emilio me esté ignorando me tiene mucho más preocupada. Santiago entra en mi oficina con una taza en la mano, la deja en mi escritorio y me sonríe.

— ¿Cómo estás? — pregunta sentándose en la otra silla. — ¿Cómo te fue en el medico?

Le cuento lo que me dijo la doctora y me mira sorprendido.

— ¿podría tener un nieto? — dice riendo — sea lo que sea lo vamos a afrontar. Tienes todo mi apoyo.

— gracias, pero Emilio no se veía muy feliz

— ¿Por qué?

— no me miro ni una sola vez, no me hablo mas y solo me ignoro.

— debe estar nervioso, debes entender que si fuese un hijo es algo que no estaba en sus planes.

— ¿tienes hijos Santiago? ¿estas casado? Nunca me has contado tu historia.

— no tengo hijos, pero me hubiese gustado tener, nunca me he casado. Solo me he enamorado una vez en mi vida y me rompieron el corazón.

— ¿no has tenido novias o amantes?

— por supuesto que sí, he tenido algunas mujeres, pero ninguna es la que realmente quería.

— ¿puedo saber quién te rompió el corazón?

— no creo que sea buena idea. — dice riendo

— ¿fue mi mamá? ¿por eso mi padre te odia tanto? — pregunto curiosa

— si, fue tu madre. Me enamore de Liliana en el pasillo de un supermercado, tus eras una nena hermosa, muy chiquita. Creo que ese día me enamore de las dos.

— ¿y que paso?

— tu madre estaba separada de tu padre, fue bien gracioso. Esperé verla nuevamente por días y cuando al fin lo hice fue en una reunión de trabajo junto a tu padre, ella me dijo que estaba soltera, pero tenía una historia con tu padre. Nos hicimos amigos, salimos algunas veces, nos besamos otras mas y cuando le pedí que dejara todo y fuera feliz a mi lado no lo hizo, prefirió a tu padre, yo me fui y no volví más, cuando super que se iban a casar le envié un mensaje, pero jamás me lo respondió.

— ¿Cómo es que volvieron a ponerse en contacto? ¿sabes por que mis padres estaban separados?

— por Aurora, ella había sido muy mala con tu madre, al extremo de empujarla por las escaleras cuando estaba embarazada. Y volvimos hablar cuando estaba embarazada de Sebastián. Esa vez fue ella quien me escribió y yo estafa feliz, al final solo seguimos siendo amigos, cuando paso todo no lo dude y decidí ayudarla.

— eres una persona increíble Santiago, gracias por todo lo que has hecho por nosotros y por mi madre. Espero que algún día puedas ser feliz.

— soy feliz Ariana, no podría pedir nada más.

— pero podrías serlo mucho más, solo necesitas conocer a la mujer indicada, o quizás siempre ha sido mi madre, pero aun no es su tiempo.

Él me sonríe mientras se pone de pie y dice:

— tal vez si o tal vez no, no sabemos lo que el futuro nos tiene preparados. Lo único que sé es que siempre estaré ahí para apoyarte y también apoyar a tu madre y a Sebastián. Ustedes son mi preocupación ahora. Si llegas a estar embarazada y Emilio no quiere estar en la foto no importa, ese bebé tendrá de todo y amor jamás le faltará.

Sale de mi oficina mientras yo lloro de tristeza, se que no es posible que este embarazada soy muy cuidadosa con los anticonceptivos, jamás he tenido este tipo de problemas antes y esta vez no será la excepción. Lo único que me pone triste es la actitud de Emilio ante este pequeño problema.

Al salir de la oficina decido tomar un taxi hasta mi departamento, Emilio no estaba en la empresa tampoco me llamo o envió un mensaje.

Esta tarde me hice algunos exámenes de sangre, orina y todo lo que me pidió la doctora. Mañana nuevamente debo ir a verla para saber que tal salió todo, solo espero que todo se deba al estrés producido durante estas semanas.

Al llegar al departamento veo que Emilio ya se encuentra ahí, esta sentando en el sofá. Sus brazos están apoyados en su rodilla mientras agarra su cabeza con sus manos.

Siento una tristeza enorme en mi corazón al darme cuenta que ni siquiera fue capaz de acompañarme.

— estoy en casa — digo mientras paso directo a la habitación.

Las nauseas comienzan nuevamente, mientras las ganas de vomitar se incrementan cada vez más. Corro al baño y vomito.

Siento a Emilio atrás de mi tomando mi cabello, las nauseas vuelven otra vez, esta vez mezcladas con lágrimas. Emilio pasa su mano por mi espalda tratando de calmarme y eso solo hace que mis ganas de llorar sean aún más grandes.

— lamento mucho no haber estado contigo hoy — asiento con la cabeza mientras trato de calmarme — actúe como un imbécil y tienes toda la razón si decides gritarme, incluso hasta si quisieras que me vaya.

— no quiero que te vayas — logro decir

— me alegra escuchar eso, porque no quiero irme.

Me pongo de pie y lavo mis dientes, él me espera pacientemente en la puerta.

Cuando salgo del baño él toma mis manos y me atrae hacia él dándome un largo abrazo.

— nena te amo con mi vida, solo estoy asustado y sé que tú también lo estas. Aun eres muy joven para ser madre y debes lograr todos tus sueños, pero si llegases a estarlo estaría feliz, por que te amo y lo amaría igual que a ti.