Emilio
Cuando la doctora habla de un posible embarazo los engranes cabeza comienza a girar rápidamente. No estoy preparado para ser padre eso seguro, pero Ariana tampoco lo está. Es solo una chica que recién está comenzando la vida aun tiene mucho por recorrer y un bebé no esta en nuestros planes, eso seguro.
Todo el camino a la empresa lo hacemos en silencio, ella sumisa en su propia cabeza al igual que yo. Voy directo a mi oficina mientras ella hace lo propio, adelanto algunas reuniones y salgo del edificio minutos después, dispuesto a estar lo más alejado de ella.
Paso la tarde entre reuniones, conociendo a nuevos clientes y firmando contratos. Ni una sola vez dejo de pensar en Ariana, no se que hacer en estos momentos.
Cuando vuelvo a casa en la tarde no esta y eso es un respiro, llamo a la oficina y me avisan que ha ido a la clínica. Soy un imbécil había olvidado por completo que en la tarde se haría los exámenes. Me siento en el sofá mientras apoyo los brazos en mis rodillas y me agarro la cabeza.
Siento la puerta y mis sentidos se ponen en alerta.
— estoy en casa — dice Ariana yendo directo a nuestra habitación.
La siento hacer arcadas y corro al baño a verla, tomo su cabello mientras vomita una y otra vez. Paso mi mano por su espalda tratando de calmarla.
— lamento mucho no haber estado contigo hoy — ella asiente con la cabeza — actúe como un imbécil y tienes toda la razón si decides gritarme, incluso hasta si quieres que me vaya.
— no quiero que te vayas — dice en un susurro
— me alegra escuchar eso, por que no quiero irme — definitivamente no me merezco a esta mujer
La ayudo a colocarse de pie mientras lava sus dientes y su cara, la espero en la puerta tratando de pensar en que mas puedo hacer para no verla así.
Cuando sale por la puerta la atraigo hasta mi cuerpo y le doy un gran abrazo, tratando de contenerla.
— nena te amo con mi vida, solo estoy asustado y sé que tú también lo estas. Aun eres muy joven para ser madre y debes lograr todos tus sueños, pero si llegases a estarlo estaría feliz, porque te amo y lo amaría igual que a ti.
— gracias — dice en un susurro — eso era todo lo que necesitaba escuchar.
— no tienes nada que agradecer. — beso sus labios mientras trato de hacerla sonreír haciéndole cosquillas
— mañana iremos al médico y sea lo que sea lo afrontaremos juntos los dos.
— te amo — dice llorando en mi hombro — te amo tanto.
— te amo mucha más nena…
La ayudo a ponerse el pijama mientras no deja de llorar
— tengo tanto miedo ¿y si estoy embarazada?
— lo afrontaremos juntos
— ¿y si estoy gravemente enferma y este es solo un síntoma de eso?
—l o solucionaremos juntos.
— ¿y sí?
— basta, deja de pensar en los y si quieres, mañana la doctora nos dirá de una vez por todas a que se deben tantas nauseas y vómitos ahora solo descansa y no pienses más en eso.
Asiente con la cabeza y se recuesta en la cama, acaricio su cabello una y otra vez logrando que se duerma en mis brazos.
A la mañana siguiente preparo el desayuno mientras Ari se prepara para ir a la clínica, comemos en silencio mientras se que ella no deja de pensar en lo que esta mal con ella, confió en que no será nada grave.
Ariana
Cuando llegamos a la clínica Emilio toma mi mano y me da una sonrisa tranquilizadora. La enfermera nos hace pasar a la oficina de la doctora y tomamos asiento. Ella nos saluda y me pregunta que tal me he sentido, le cuento que las nauseas son cada vez peor y comienza a revisar los exámenes.
— bueno Ariana, los exámenes están en perfecto estado, no estas embarazada.
Un suspiro de alivio deja mis labios mientras Emilio toma mi mano.
— al parecer estas sufriendo un episodio de estrés muy grande, lo que necesitas es descansar. Relajarte te haría muy bien, un paseo a la playa, compartir con tus seres queridos. Has lo que sea necesario para quitar el estrés o te hará peor, podrías causar una ulcera nervioso y eso sí sería bastante peligroso.
— gracias, no sabe la tranquilidad que me da escuchar eso.
Me recomiendo algunas tips y me da consejos para quitar el estrés y unas medicinas para los vómitos. Antes de irnos nos desea suerte.
Al salir de la consulta salto a los brazos de Emilio mientras él me da vueltas por el lugar entre sus brazos sonriendo.
— no te imaginas lo preocupada que estaba, no quería estar embarazada, al menos no por ahora. — digo mientras el besa mi cabeza
— me alegro que estés feliz cariño, pero como dije antes fuera lo que fuera estaría ahí para apoyarte.
— gracias amor, gracias por quedarte a mi lado.
— cuando quieras, pero si estas muy preocupada siempre podemos seguir intentando – dice mientras me guiña un ojo — no me opongo en absoluto seguir practicando.
Nos besamos en el estacionamiento de la clínica mientras toda la gente nos mira con curiosidad.
— no estoy embarazada — grito a todo pulmón riendo — oh por Dios no estoy embarazada.
La gente que pasa por nuestro lado nos mira extrañados, algunos sonriendo y muestran su dedo pulgar hacia arriba.
—muy bien por ti chica, sigue intentando — dice una señora de edad que pasa por mi lado — eso es lo mejor de quedar embarazada, además con este bombón que tienes de novio no será tan difícil, seguro que tendréis hijos muy guapos.
Emilio toma mi mano y le da las gracias a la señora mientras me sube al auto, sus mejillas están sonrojadas.
— ¿no me digas que te dio vergüenza? — pregunto riendo
— cariño toda la gente nos miraba como si estuviéramos locos.
— pero estoy feliz ¿no ves? — digo mostrando mi sonrisa
— te ves hermosa — dice tomando mis manos, mi sonrisa se borra de inmediato cuando acerca su cara a la mía y me besa – eres hermosa.
Como no amar a este hombre, cielos estoy tan locamente enamorada de él, no se que seria de mi vida si no lo tuviera en ella.