La Hija del Jefe

Capítulo 35

Días después del atentado

 Emilio por fin esta de alta, hoy celebramos un nuevo cumpleaños. Estoy rodeada de mis seres queridos, mis amigas, mi familia, mi hijo y mi prometido; que raro suena mi prometido. Aun no puedo creerlo.

Estamos en casa de mi madre, Emilio aun no esta del todo bien y necesita cuidarse mucho.

—feliz cumpleaños princesa — dice mi madre besando mi mejilla — estoy tan orgullosa de la mujer en la que te has convertido.

—gracias mamá — digo abrazándola — ¿Dónde está Emilio?

— ¿Cuál de los dos? — pregunta mi madre riendo

—¿los dos? No los he visto por aquí.

—están con Ignacia y Sandra en la habitación, estaban cambiando al bebé. Ya deben estar por bajar, ve con tus amigas.

Camino hacia el jardín, todo está decorado increíblemente. Santiago y Rhys están con el novio de Ignacia junto a la parrilla. En otra esquina esta el novio de mi tía Sandra junto a tía Laura y su marido.

Mis amigas están junto a la piscina, me siento a su lado y me abrazan.

—feliz cumpleaños Ari — gritan todas juntas — te amamos nena, felicidades.

—gracias por estar aquí chicas, las amo.

—sabes que jamás podríamos no estar contigo — dice Marina besando mi cabeza — a todo esta ya elegiste quien seria la madrina del pequeño Emilio.

—Marina puedes parar. Ari no nos va a elegir si sigues así — dice Daniella

—ustedes estresan a cualquiera, con Fernanda no estamos todo el día molestando — dice Elisa sonriendo — por que nosotras seres las madrinas de la boda.

— ¿Qué? No, no, no, eso sí que no — dice Marina poniéndose de pie — me niego Ariana Garner, si haces eso te juro que dejo de ser tu amiga.

—pero si tu quieres ser la madrina del bebé — dice Fernanda — déjanos a nosotras ser las madrinas del matrimonio no seas egoísta Marina, todas somos amigas.

Mis amigas comienzan a discutir y me alejo silenciosamente. Santiago me abraza de camino a la casa y me mira muy serio.

— ¿Qué está pasando? — pregunto asustada — me asustas cuando me miras así.

—estoy muy orgulloso de ti, se que tu padre también lo estaría. Tengo algo para ti, algo que Federico me pidió que te entregara luego de que te convirtieras en madre.

— ¿Qué es? — pregunto con lagrimas en los ojos — ¿Dónde está?

—te lo entregare más tarde, ahora hay otra cosa por hacer.

En ese momento todo el mundo se acerca hasta a mí, por la puerta sale mi madre sosteniendo en brazos a mi hijo, Ignacia y mi tía Sandra ayudan a Emilio. Todos sonríen, siento que soy la única que no entiende nada de lo que está pasando.

Emilio se arrodilla frente a mí tomando una caja que le entrega Santiago entre sus manos.

No puedo contener la emoción que siento y comienzo a llorar

—Ariana, sé que llevamos muy poco tiempo juntos. Que quizás aun es muy pronto, pero como te dije ese día en el hospital no quiero estar lejos de ti, te amo y sé que quiero pasar el resto de mi vida junto a ti y nuestro hijo.

Toma una larga respiración y continua:

—por eso, este día de tu cumpleaños y delante de todos nuestros amigos y familiares quiero pedirte nuevamente que te cases conmigo. —Trato de hablar y no puedo.

—Ariana Isidora Garner, ¿quieres casarte conmigo? — dice elevando el anillo, es una cosa preciosa con un pequeño diamante rosa en medio.

—por supuesto que si quiero casarme contigo — lo ayudo a ponerse de pie y lo abrazo mientras beso sus labios.

 Un quejido me hace apartarme de él, es cuando recuerdo su herida en el pecho.

—oh por Dios lo siento mucho, ¿estás bien? — digo inspeccionándolo bien.

—si — dice besando mis labios —  ahora estoy mejor que nunca.

Todos gritan felices mientras se acercan a felicitarnos, celebramos juntos que por fin podremos ser felices.

Al terminar la celebración Santiago se acerca a mi con una caja en sus manos.

—esto me lo entrego tu padre antes de morir — dice entregándome la pequeña caja de madera — si quieres puedes ir a mi despacho.

Asiento con la cabeza y voy directo a su despacho, cuando entro aprieto la caja contra mi pecho, apoyo mi cabeza en la puerta y tomo una gran respiración. Cuando estoy mas calmada camino hasta el escritorio y me dejo caer en la silla.

Abro la caja y encuentro varias cosas, entre ellas una carta, la aparto y comienzo a revisar el resto.

En ella hay una ecografía pegada con cinta adhesiva, un test de embarazo, lo que parece ser un ombligo umbilical en una bolsa, un mechón de cabello y un dibujo que reconozco. En el esta mi madre, mi padre y yo.

Tomo la carta entre mis manos y la abro, mi corazón se encoje al saber que mi padre preparo esto antes de morir.

 

Mi preciosa princesa:

Eres y siempre serás mi pequeña princesa, te amo desde el primer momento que escuche latir tu corazón. He cometido muchos errores en mi vida, pero tu jamás serás uno de ellos.

Estoy tan orgulloso de ti en estos momentos, siempre lo he estado. Eres una mujer muy inteligente y se que sabrás hacer de tu vida una experiencia maravillosa. No puedo creer aun que seré abuelo, lamento tanto no poder estar junto a ti ese día, pero créeme que desde donde este siempre estaré cuidando.

Se que quizás te sientes muy asustada, no sabrás si lo harás bien y eso es normal preciosa, nadie nace sabiendo, ser madre será una tarea muy difícil, pero se que tu lo lograras, eres la persona más fuerte que conozco.

Debí decirte muchas veces lo orgulloso que estoy de ti y de cuanto te amo, Emilio es un buen hombre estoy feliz de que formes una familia junto a él. te dejo en buenas manos, en las mejores si no fuera así jamás te dejaría quiero que sepas eso, por mi estaría toda mi vida junto a ustedes.

Los amo por siempre, cuídate mucho princesa. Te abrazo fuerte en este momento y felicidades por el nacimiento de tu pequeño hijo, porque sí, estoy seguro que será un hombre, lo sentí en mi corazón cuando puse mi mano en tu vientre. Será un increíble hombre por que tendrá a los mejores padres que podría pedir.




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