La hija del lobo feroz

Preguntas

Lobo con forma humanoide y niña humana iban de regresó a casa, caminando tranquilamente los caballos que movían el carruaje.

El silencio era hasta algo incómodo para Esmeralda que como todo niño, ya estaba muy aburrida por tanta calma.

-Señor lobo, ¿está usted enojado?- preguntó la pequeña, mirando al rubio.

-No.- respondió el hombre de manera seca y cortante, con su ceño fruncido.

Claro que estaba enojado con ésa niña por ser tan pequeña y ya andar seduciendo a niños.

Los niños humanos de hoy en día eran un caso perdido.

-¿Le puedo hacer preguntas?- preguntó la rubia, sin darle importancia a la mirada de pocos amigos del adulto.

-No.- dijo el hombre, con su voz un poco mas gruesa para que ésa niña sepa que en verdad quería estar en silencioso en ése momento.

No sabía por que estaba tan enojado pero de su mente no salía la imagen de ése niño al que seguía queriendo buscar y eliminarlo.

-¿Qué es una escuela?- preguntó la ojiazul, de manera tranquila.

El hombre la miró con algo de enojó por hacer ella preguntas cuando le dijo que no, pero al verla tan calmada, dio un suspiro, derrotado.

Todavía tenían un largo camino y sería muy aburrido ir en silencio.

¿Desde cuándo le empezó a molestar el silencio sí antes era solitario y disfrutaba el silencio mas que nada?

-Es un lugar muy ruidoso donde se reúnen niños para hacer mucho ruido y un adulto aveces hace el intento de querer enseñarles algo útil.- respondió mientras volvía su mirada al frente.

¿Será qué ésa niña quiere ir a una escuela?

No pensaba hacer tal cosa, en ése pueblo sólo había una escuela e iban muchos niños humanos.

-Yo... ¿es verdad qué todas las niñas tienen piojos?- preguntó la pequeña con algo de miedo.

El hombre comenzó a perder su mal humor, comenzando a calmarse de una manera bastante rápida.

-No, sólo es algo que dicen algunos niños para molestar y muchas veces ellos terminan siendo los piojosos.- respondió, ya mucho mas tranquilo.

Esmeralda asintió, pensando en sí sería apropiado hacer la siguiente pregunta pero no quería quedarse con las dudas.

-¿Qué me haría sí de casualidad llegó a tener piojos?- preguntó la niña, algo nerviosa mientras veía directamente al hombre.

Terence agachó la mirada a su costado y miró a ésa pequeña con una leve sonrisa burlona.

-Me burlaria de ti, te afeitaria completamente la cabeza y luego nuevamente me volvería a burlar de ti por calva.- respondió con total sinceridad, imaginando a ésa cría humana sin cabello.

Quizás sí hacía éso, los niños se burlarian de ella, haciendo que ellos los odie y no quiera saber nunca nada de ellos.

Esmeralda sólo fruncio el ceño por ésa respuesta, imaginando muy en el fondo que éso era muy probable ya que el señor lobo aveces era muy cruel con ella.

-¿Qué es novia?
Ése niño me lo dijo pero no sé que significa.

Y al oír ésa pregunta, Terence volvió a recuperar su enojó, miró al frente y gruño levemente.

¿Ésa niña en verdad no sabía lo que significaba o sólo quería molestarlo un poco?

-Es una mala palabra.- respondió.

-¿Cómo?- preguntó la pequeña, mirando con sorpresa al hombre.

El rubio al percatarse de la sorpresa de ella, sonrió de manera malvada al pensar en algo.

-Así es, es una de las peores malas palabras que una niña podría decir y tu lo dijiste.- mintió el rubio, sonriendo mas al ver como Esmeralda parecía quedar pálida al oír éso.

-¡Lo siento, no lo sabía!- se disculpó la pequeña, muy arrepentida.

Sí su mamá descubría que dijo una mala palabra, se enojaria mucho con ella.

-No te preocupes, eres perdonada ya que no sabes su significado, pero sí alguna vez alguien te dice éso, le debés de dar tu mejor golpe.- exclamó el hombre, mostrando su puño.

-¿Tanto así?- preguntó la rubia, curiosa.

¿Qué clase de grosería será ésa que hasta se debe de golpear a la persona que lo diga?

-Sí, tanto así.
Ésa palabra básicamente significa abandonar a todos los que te quieren, volverte desobediente, pensar solamente en una persona por más mala que sea y hacer a un lado a aquellos que siempre estuvieron para ti.- explicó el hombre, diciendo la verdad a su manera.

Seguro que ésa niña un día descubriría lo que en verdad significa ésa palabra, pero por ahora, que crea que es algo sumamente malo.

-¡Éso es muy malo!- gritó Esmeralda, cerrando sus puños y frunciendo el ceño.

No podía crear que alguien sea tan malo para decir algo como éso.

-Así es, es algo muy malo y tu no eres una niña mala, ¿verdad?- preguntó el hombre con una sonrisa malvada, feliz por lograr su objetivo.

Ya aceptó que quizás le importa un poco ésa niña, así que sólo la estaba cuidando.

-No lo soy.- respondió la pequeña, lista para obedecer al señor lobo.

Sí alguien le decía ésa palabra alguna vez, lo golpearia.

-¿Me prometes que nunca serás una novia?- preguntó el hombre, con una sonrisa malvada llena de satisfacción mientras le extendía su meñique a la niña.

-¡Lo prometo! ¡Sí alguna vez me vuelvo éso, dormiré el resto de mi vida en el suelo!- dijo Esmeralda con decisión, extendiendo su meñique y sellando ésa promesa, no sabiendo que estaba siendo manipulada.

El hombre al fín se sintió aliviado, no importandole el hecho de que muy posiblemente en el futuro, ella se enojé con él.

Una promesa es una promesa y ella ya se la hizo.

El lobo con forma humanoide miró a la pequeña que ahora iba mirando el paisaje en silencio.

-Mocosa, ¿sabes sí tu madre te está buscando?- preguntó el hombre con seriedad.

La pequeña se sorprendió por ésa pregunta ya que el señor lobo nunca tocaba ésos temas, pero éso lo podía responder.

-No lo sé, pero ella es la mejor mamá del mundo y sí puede, estoy segura de que lo hará.- respondió la niña con cierto entusiasmo en su voz al recordar a su madre.

-¿La quieres mucho?- preguntó el hombre, con voz seria y la mirada al frente.



#1194 en Fantasía

En el texto hay: familia, lobo, padre e hija

Editado: 18.06.2021

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