Era uno de sus días que tenía que soportar las actitudes de mi padre a veces me daba mucho miedo, no quiero que entre, rogaba que no, en su sano juicio me hacía daño pero cuando esta borracho no, la cosa es que una vez había llegado a propasarse conmigo le grite que no.
Hasta había salido corriendo por las represarías que haría en contra mía como mi madre nunca me quiso creer cuando le informe ella simplemente me dijo que estaba loca y que era yo quien lo provocaba, no tenía nada de razón por eso.
cuando él está en casa lo que hago es encerrarme, varias veces me estaban diciendo que saliera del encierro, pero apenas iba a estudiar sentía las miradas de todos encima no tenía la confianza suficiente para afrontarlo ya que no era la primera vez que sucedía algo como esto, estaba indispuesta y con un miedo bastante, solo había pasado una vez y desde entonces tenía pánico aunque trataba de disfrazarlo por medio de mi carácter cuando por dentro estaba sufriendo hoy era otro día más en este infierno que estaba viviendo.
—Tienes que ir a comer —me decía mama
— No tengo ganas de comer — le respondí
—pero si hace días no comes nada —dijo mi madre recostándose en la cama al borde — dime ¿qué tienes?—pregunto ella con cierta preocupación —no me gusta que te enfermes si no comes
—Desde cuando te preocupo — dije a la defensiva— si nunca te has interesado por mí—dije directamente
—claro que si lo hago pero eres demasiado rebelde y esas actitudes— responde mama justificando
— ¿actitudes? Ustedes provocan todo esto—le dije sin más preámbulos era algo que sentía yo
— no puedes echarle la culpa alguien de lo que te pase—me informo
— Tú no sabes nada de mi — le dije—nunca me crees en nada
—como no hacerlo si me causas un dolor de cabeza
—Todas esas son mentiras — le respondí
—no es la primera vez que me llaman ya me tienes cansada, eres una desobediente y siempre andas enverada
—no crees en lo que te cuento así que no tiene sentido
—no te hagas la victima
Aunque algunas veces se mostraba cariñosa decía que solo quería llamar la atención y nunca me creía en nada, ahora todo me lo guardo nadie sabe lo que me pasa no quisiera ni comentar al respecto una parte de mi ansiaba de que alguien me creyera, pero no es así, cada vez me estaba deprimiendo más y no existía nadie que me apoyara.
Ya todo me está dando igual y ya nada valía como antes, estaba llegando a la universidad por lo menos si puedo obtener mi lugar, esta mañana había discutido con mi mama tenía que irme pronto de esa casa mi salud mental estaba empeorando considerablemente hasta tengo que ir la mayoría de veces con el psicólogo después de cinco acepte a uno porque no era fácil abrirme a diversos temas, tenía miedo, tenía inseguridades todo estaba mezclado de lo que estaba sintiendo día tras día en mi vida.
—no te veo bien últimamente — comenta Isabel una de mis amigas — tienes palidez
—Es normal—dije sin mucha importancia
—oh no ¿de nuevo tu depresión?—me miro
—Si vas a comenzar a sermonear ahórrate tus palabras — le conteste con mi humor de siempre
—me estas preocupando más te vale ir hoy al médico—me dice Isabel —no quiero que cometas alguna locura en uno de estos días—dice cruzándose de brazos como regañándome
—si pienso ir pero..... No sé lo que me pasa—le dije de forma pensativa
—te acompañaré me haré cargo que si recibas el tratamiento—me dice de forma segura —porque no me gusta ver a mi amiga que se derrumba de esta forma—me señala de inmediato
—más tratamiento Isabel, las pastillas que tomo no me sirven de nada solo desmejoro —dije—yo no tengo remedio
—Seguramente porque la toma de manera exagerada no está bien para tu organismo—me dice —estas mal amiga—negó
—deja de hacerlo Isabel
—no Emilia solo que me preocupo
—al fin y al cabo ya no sirve
—Amelia de verdad si no soporto como tu
—déjalo no insistas
Estaba agradecida con Isabel pues es la única persona sensata que si me cree y que entiende mi dolor, ya que ni siquiera mi familia me presta la atención necesaria están tan sumergidos en sus asuntos que ni siquiera saben que tiene una hija, luego de que Isabel insistiera tuve que ir al psicólogo esta vez es mi quinto doctor durante este mes, hasta creo que perdí la cuenta.
—Buenos días señorita Thompson —dice el medico mirando mi historial —así que su quinto doctor
—si cuatro por medio de mis padres y usted por parte de mi amiga — dije sin interés — es algo que ocurre ¿no cree doctor?
—Bien necesito que me cuentes lo que te pasa porque veo tu caso que tienes déficit de atención además de problemas de depresión—dice mirando mi historial— dice que estas tomando los calmantes pero tu amiga me dijo que lo estas tomando mal
—mira doctor yo solo estoy aquí porque Isabel insistió
—necesito por favor que me escuche las pastillas no se pueden tomar así
— ¿Qué solución me pone? Cada vez es peor la situación
—puedo ayudarle pero si me lo comenta
El doctor primero examinaba como mis ojos además estaba con los latidos del corazón no tiene nada de sentido que esto pase tengo un miedo no sé lo que me sucede en estos momentos, todo estos factores me hacen querer ser una persona diferente a veces no sé quién soy.
—bien señorita Thompson desde ahora comenzaran sus terapias
—Más terapias — dije suspirando — doctor ¿Cuántas más?
— esto es importante para usted primero necesito saber ¿qué es lo que le causa?
—es muy fácil mis padres mi familia ellos nunca me prestan atención y piensan que lo hago por eso además de que mi propia madre no me cree en nada de lo que le digo —dije suspirando
—Necesito que te sientes un momento —dijo el doctor
— ¿en serio doctor?
—solo necesito saber más a detalle para dar un diagnostico