Capítulo 9

Fernando: mi hermana se ve feliz y eso es lo único que me importa. Espero que cumplas con tus votos matrimoniales a la perfección y esto solo debe de ser una celebración.

Mateo: todavía estás enojado conmigo por casarme con tu hermana. Sabes que pienso cumplir con cada uno de ellos y te recuerdo que tú también deberías de casarte.

Fernando: tal vez deje que mis padres elijan a mi prometida por mi. Será mejor que empiecen con lo que tienes pensado hacer, ya que mis padres necesitan despedirse de ella.

Mateo: entonces necesitamos empezar con la celebración. Deben de saber todos ustedes que estoy feliz y ahora mismo haré llamar a las sirvientas que nos sirvan nuestras copas.

Alma: antes de continuar necesito decir unas cuantas palabras. Siempre pensé que me quedaría soltera por mi apariencia física y el destino me tenía preparada esta gran sorpresa.

Mateo: nosotros estabamos destinados a estar juntos, así que lo único que teníamos que aceptar era nuestro destino. Porque eso nos llevaría a nuestra propia felicidad.

Alma: lo entendiste de esa manera. Además, lo interpretaste como tu lo quisiste y sobre todo lo hiciste también porque estabas seguro de que fuera tu esposa.

Liliana: me gusta verlos felices. Pero es lindo que mi hermana haya encontrado el amor y simulaste muy bien tus sentimientos delante de nosotros.

Alma: es que no esperaba nada de esto. Aunque no pude evitar soñar con el amor y esto para mi es como si fuera un hermoso sueño que se hizo realidad.

Liliana: ahora serás feliz porque te casaste por amor. Solamente que la sociedad no se callará al saber como se casaron y eso lo harán hasta que surja otro rumor.

Fernando: como dije antes nosotros nos encargaremos de que nadie se atreve hablar mal de mi hermana. Necesito decirte que quiero verte feliz cuando vengamos de visita y sobre todo me voy a enterar si hace algo mal.

Mateo: no tengo la intención de hacerla sufrir. Seré un buen esposo para ella y te darás cuenta con mi comportamiento que en verdad la quiero.

Ella mira a su hermano y también a su esposo. Alma se da cuenta de que Mateo únicamente la miraba a ella y no a Liliana, eso significaba que tenía sentimientos por ella. Fernando les ordena a las sirvientas que preparen todo para hacer un brindis, ellas terminan de hacerlo y ellos empiezan a brindar por su felicidad.

Michael: llego el momento de hablar con nuestra hija y eso lo haremos a solas. Espero que no te atrevas a impedir que lo hagamos, ya que a pesar de esto sigue siendo parte de nuestra familia.

Mateo: por supuesto que no pienso impedírselo. Siempre les recordaré que ella es mi esposa y que estará a mi lado aunque usted le moleste.

Michael: hiciste las cosas mal y eso lo sabes perfectamente. Pero lo que paso no podrás justificarlo con simples palabras y si no respetas a mi hija te enseñaré hacerlo.

Mateo: siempre he respetado a mi mujer, suegro. Además, cuando estaba a su lado tenía que limitarme con Alma y lo único que podía hacer era besarla.

Michael: así que me mentiste para casarte con ella y tú mismo provocaste este escándalo para que terminara aceptando su boda. Seguramente pensaste que las cosas te saldrían bien.

Mateo: lo pensé de un momento a otro. Esto lo hice para evitar que se casara con otro caballero y ahora será únicamente mi esposa.

Michael: si hubiera sabido esto antes nunca hubiera permitido que te casaras con mi hija. Nada más que ya es demasiado tarde para lamentarse.

Mateo: haré feliz a mi esposa. Eso es lo que realmente importa y le recuerdo que usted también espera lo mismo para su hija y solo debe de mirarla para que se de cuenta de que no le estoy mintiendo.

Él mira a su hija y se da cuenta de que estaba diciendo la verdad. Mateo les dice que pueden hablar en su despacho, ellos empiezan a caminar y cuando llegan entran para después tomar asiento.