La hija fea del conde

Capítulo 11

Alma: te pienso reclamar todo lo que quieras. Porque yo merecía que mi boda fuera completamente normal y por tu culpa no la pude tener y ahora si quiero que me escuches.

Mateo: estoy listo para escucharte. Sabes que no tuve otra opción que hacerlo a mi manera y por eso ahora estamos juntos como esposos.

Alma: sé que lo que menos necesito es entenderte. Además, siempre has creído que haces las cosas bien, pero conmigo debes de tener mucho cuidado.

Mateo: eso siempre lo he tenido. Jamás he olvidado quién es tu padre y mucho menos tu hermano, ya que nosotros sabemos como son conocidos en la sociedad.

Alma: lo que pasa es que mi familia no puede evitar sobreprotegerme. Porque si alguien me hace daño a través de sus comentarios ellos lo hacen pagar.

Mateo: yo también hago eso por ti. Necesitas saber que me molesta verte llorar y sobre todo nadie tiene ningún derecho de decir algo de tu apariencia física.

Alma: las personas solo se creen demasiado perfectas. Pero parece que ellos lo hacen a propósito y la razón es que no soportan a las personas imperfectas.

Mateo: tu familia y yo nos encargaremos de callarlos. Solamente que ante mi presencia nadie se atrevería a decir algo sobre mi esposa.

Alma: nadie tiene por qué hablar de más. Ellos te tienen miedo, ya que saben como es tu personalidad que es demasiado parecida a la de mi padre.

Mateo: no puedo negar que tienes razón. Además, mi suegro es un caballero diferente y todos lo respetan, porque ha sabido defender a su esposa.

Alma: eso lo hace porque está enamorado de mi madre. Aunque ella y yo tenemos la misma apariencia física, pero eso hizo que creyera en el amor.

Mateo: puedes creer en todo lo que quieras mientras seas mi esposa y sobre todo nuestro matrimonio no tendrá límite de tiempo. Necesitaba aclarar eso contigo para evitar que te sigas haciendo otra idea equivocada de nosotros.

Alma: menos que me lo dices. Sabes que me gusta saber lo que piensa de nuestro matrimonio y se que te casaste conmigo por tus celos.

Mateo: solo soy un caballero que quiere estar al lado de su mujer. Nada más que llegó el momento de que seas mía y esta noche al fin lo serás.

Alma: seguramente por esa razón te casaste conmigo. Ahora tengo curiosidad de saber quien era el caballero que se iba a convertir en mi prometido.

Mateo: eso nunca lo sabrás. No quiero que pienses en nadie porque me puedo enojar y para evitar que lo haga te pienso dar un beso.

Alma: siento que un solo beso nunca será suficiente y te llegue a conocer en ese sentido. Pero estoy lista para que me lo des, porque a ti lo que más te molesta es perder el tiempo.

Mateo: me gusta que me conozcas a la perfección. Solamente que eres la única que lo hace y en verdad necesitamos terminar con nuestra conversación.

Alma: puedo percibir que estás perdiendo la paciencia. Ahora simplemente me siento lista para que podamos consumar nuestro matrimonio.

Él sonríe ante sus palabras y su primera reacción es cargarla entre sus brazos, Mateo de esa manera se dirige a su recámara y tiempo después llegan. Ellos cuando lo hacen la baja de entre sus brazos y él besa a su esposa hasta que caen en la cama, él ayuda a su esposa a quitarse su vestido y también se termina quitando su traje. Mateo mira a su esposa para después adorarla como sabe hacer, ellos se entregan por primera vez a su amor y esa noche fue demasiado inolvidable para ellos, Alma se queda dormida entre sus brazos y él tiempo después lo hace.



#1139 en Otros
#200 en Novela histórica

En el texto hay: celos, posesivo, romance

Editado: 12.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.