La Hija Ilegitima

Capitulo 15

- ¿Tu crees que este vestido estará bien?, lo encuentro algo ahm… ¿raro?- Y allí estaba nuevamente Agatha con sus inseguridades.

- Pero si tú lo escogiste…- Sammy  la miro ceñuda luego de cerrar la puerta de la casa.

- ¿Yo? Tu querías ir glamorosa…- Contradijo la morena logrando que la pelirroja bufara por lo bajo.

- ¿Sucede algo chicas?- Pregunto Albert desde el taxi notando un aire un tanto tenso entre ambas muchachas.

- Agatha no le gusto el vestido… ¿Cómo crees que se ve?- Sammy observo primero a Agatha y luego hacia su tutor.

- Las dos se ven hermosas, serán la revelación allá en la fiesta- Dicho halago incentivo a que Agatha sonriera un poco más animada y le subiera la autoestima, que le había bajado debido a su inseguridad.

- ¿Lo ves?, así que no seas tan cabezota y ¡¡Vamos!!- Sammy alzo ambos brazos hacia arriba gritando lo ultimo logrando que tanto Albert como Agatha rieran a carcajadas; Sammy siempre lograba ese cometido en momentos tan malos o tensos.

La fachada del edificio donde trabajaba Albert era de por sí bastante majestuoso, pese a que el tipo de arquitectura era similar a los edificios colindantes a este, poseía un cierto grado más elevado, claro ejemplo eran unas hermosas manos entrelazadas completamente de metal que era algo así como el emblema de la estructura en sí; Era de 20 pisos, mas el salón principal que se alzaba después de las oficinas principales y luego le seguía la azotea, Agatha cada vez que iba, que eran pocas veces, siempre se maravillaba.

- ¡¡WOW!!- Fue lo primero que menciono Sammy una vez que el taxi aparco en la entrada principal, en la cual ya se veían muchas personas entrando al edificio.

- Señor Albert qué bueno que llego – Señalo un muchacho alto y varonil el cual venia corriendo desde el interior del recinto hacia ellos.

- Y ese es mi asistente personal… Robert…- Susurro el padre de Agatha sonriendo de manera amable avanzando lentamente hacia el encuentro con este.

- Que guapo es… ¿no Guita?- Sammy sonrió con picardía y le dio un ligero golpe en el costado a su ahora hermana postiza.

- Y vamos de nuevo de celestina… tu sabes que solo tengo ojos para alguien…- Luego callo abruptamente y sonrojándose ya que lo ultimo lo había pensado en voz alta.

- Mmm… ¿entonces dejas que me lo quede?- Sammy rio y cogiendo a una aun sonrojada Agatha por el brazo la “arrastro” prácticamente hacia donde estaba su papa conversando con aquel joven.

-  ¿Por qué siempre dices eso?, no creo que él sea un objeto…- Agatha no pudo seguir “quejándose” ya que temía de que el joven, quien ahora las miraba de manera curiosa, escuchara lo que ella había mencionado.

- Robert, ellas dos son mis hijas, Agatha y Sammy…- Lo dijo con tanta naturalidad que si ambas no supieran la verdad lo creerían a la primera.

- Mucho gusto… señoritas…- Hablo el joven sonrojándose un poco mientras besaba ambos dorsos de las muchachas.

- U-un gusto…- Agatha no podía estar más bochornosa debido a la caballerosidad del joven.

- Un placer enorme conocerte querido Robert- Sammy se adelanto y le beso ambas mejillas al joven quien rio avergonzado.

- ¿Vamos pequeña?- Albert miro a Agatha y coloco el brazo en jarra para que esta se lo cogiera.

- Pero y ¿Sammy?- La joven entrelazo su brazo con el de su padre y miro a Sammy pero al no verla miro ceñuda a su papa.

- Tu cabecita piensa tanto de que Robert y Sammy se adentraron al edificio- Albert la miro con una expresión cómica en su rostro antes de comenzar a caminar con su hija.

- Oh…- Fue la simple palabra que pronuncio Agatha antes de entrar con su padre a la edificación.

Una vez adentro se podían observar varias personas, no muchas, quienes se encontraban en la recepción haciendo diferentes acciones las cuales eran comunes en este tipo de celebración; Platicar, reír, entregando su chaqueta a un muchacho trajeado que se encontraba detrás de un pequeño mostrador y también avanzando hacia el elevador en el cual justo se estaba cerrando cuando Albert y Agatha llegaron.

- A veces me voy por las escaleras…- Señalo Albert mirando de reojo a su hija.

- ¿Ah? ¿En qué piso trabajas?- Esta contrarresto con otra pregunta mirando asombrada a su progenitor.

- Mmmm…- Su padre se llevo la mano hacia su barbilla fingiendo que  pensaba – Por aquí y por allá… pero tengo mi oficina en el piso 19 pero me muevo por todo el edificio…- El alejo a la joven del elevador ya que este justo se abrió y comenzaron a salir personas.

- Ni que fueras un deportista de alto rango pa…- Bromeo la joven entrando al lugar y esperando que su padre apretara un botón.

- Se ve que le tienes poca fe a tu padre muchacha…- Albert luego de apretar el botón, espero que cerraran las puertas y fingió sentirse ofendido, gesto que Agatha se lo creyó.

- ¡¡No es eso papi…!!- Hizo un puchero y bajo la cabeza en señal de vergüenza – Sino que ahm… sale más fácil meterse al elevador y llegar más rápido…- Le sonrió apenas a su padre.




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