Tocaban la puerta principal, yo estaba en la sala viendo televisión, decidí ir a ver quién era pero cuando llegue a la puerta alguien me agarró los brazos.
No abras la puerta..._ No se de donde viene esa voz pero cuando lo que sea que me agarraba me soltó, un escalofrío recorrió mí cuerpo...
CUIDADO EMILIA!!!_ Grito una misteriosa voz nuevamente, rápidamente mire hacia arriba y ví que un poste de luz estaba apunto de caerse. Enseguida sentí como si alguien me empujara asta que salí de donde caería el poste de luz.
Casi... Tardaba un poco más y me hubiera aplastado_ Estaba feliz de que el poste de luz no hubiera caído sobre mí pero tenía que descubrir de quién era esa vos...
Permítanme presentarme: Me llamo Emilia Aldana López... Tengo 13 años, estoy en segundo de secundaria, mí piel es blanca, tengo el síndrome de Alejandría (consiste en tener ojos morados, vista perfecta y no estar con la regla), mí pelo es negro y mis ojos morados por el síndrome de Alejandría... Soy la más pequeña de siete hermanas (si todas mujeres, ni un solo hermano para que me proteja), soy de clase media alta, tengo muchos amigos y nunca me e lastimado gravemente( y dirán... Que tiene que nunca te hayas lastimado gravemente. Pues realmente nunca me e lastimado, siempre que me estoy apunto de lastimar me con algo siempre pasa algo que lo evita y creo que tiene que ver con esa vos).
Seguí buscando de donde había venido esa vos pero no había nadie ni en la calle, ni en la vereda... Otra vez no hay nadie pensé mientras retomaba el camino a mí casa.
Cuando entre a la casa no ví a nadie, así que me diriji a la cocina haber si encontraba a la cocinera para pedirle que me preparará algo de comer...
Bienvenida Emi... Su almuerzo ya casi está listo. Vaya a cambiarse rápido_ Dijo mientras me sonreía. La cocinera siempre es muy amable pero cuando se acerca a mí siento que alguien me jala para que me alejé de ella.
Si... Pero... ¿Podría comer y después cambiarme?. Por favor, es que tengo mucha hambre_ Dije esperando que me dijera que sí pero su respuesta fue no como siempre.
Subí las escaleras y me diriji a mí habitación, tire la mochila en la cama, me cambié lo más rápido posible para poder ir rápido a comer.
No salgas... Yo te avisaré cuando sea el momento_ Dijo esa misteriosa voz de nuevo. Mí estómago no paraba de gruñir así que decidí arriesgarme y salir de ahí, pero no pude ya que alguien jalaba la puerta del otro lado. No me quedo más alternativa que esperar.
¿Quién está ahí?... Quiero salir, tengo hambre_ Dije sin recibir ninguna respuesta.