Decidí ir a la cocina por algo de fruta, sin dejar de pensar en lo que la voz o Katia me dijo, por mí cabeza pasaba que tal vez el lugar al que ella fue era el infierno, una vez me habían dicho que el infierno tenía distintos lugares dependiendo la gravedad de tus pecados.
Traté de formular una teoría de adónde había estado la tal Katia, sabía que si quería algo bien pensado sobre algo “sobrenatural”, tenía que hablarle a Macarena... Para mí mala suerte soy muy exeptica, es por eso que le tengo que pedir a ayuda a Maca, por qué estoy segura de que la tal Katia, no tiene ni idea de dónde termino.
Cuando volví al comedor con una manzana a medio comer en mí mano, le intenté hablar a Katia... Pero no respondió a ninguno de mis llamados, decidí ir a la escaleras y hice como si me cayera, pero nada me para de golpearme la cabeza contra el piso.
Fui a la sala para acostarme en el sofa y le escribí a Maca, me dijo que ella podría haber terminado en el limbo por la descripción que me dió, pero que era imposibles salir de hay. No entendí lo que me dijo así que me despedí de ella y me acosté a mirar el techo, ya que no me podía ir del primer piso asta que volvieran mis padres...
Cuándo por fin volvieron con la puerta mis padres, me levanté del sofá y me fui a mí habitación. Cuando llegue cerré la puerta para poder estar tranquila, pero no podía olvidar lo que Katia me había dicho, si era cierto que mis padres estaban en algo sospechoso eso explicaría por qué nunca me dicen en donde trabajan y que nunca los veo irse a trabajar.
Katia... Katia no seas mala, solo quiero hablar contigo_ Dije con un tono triste.
Estaba acostumbrada a recibir todo lo que quería, tanto que se me hizo costumbre y la ocasión en la que no se me diera lo que yo quería, me hacía sentir muy incómoda... Ya sabía que estaba mal, pero eran mis costumbres y no las podía cambiar,