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Hacía unas semanas había pasado mi cumpleaños número trece, y lo celebré de lo mejor junto a mis amistades y familiares. Y la historia no termina, lo más extraño de ese día fue la inesperada felicitación de nada más ni nada menos que del pelinegro cotizado: Dylan Laker.

¿Cómo supe que era él? Fácil. Me encontraba ordenando mi habitación aquella noche de mi cumpleaños, y como de costumbre cada mañana al despertar abró la puerta del balcón. Me encanta sentir el aire fresco y natural; pero ese día, una nota estaba pegada en el balcón.

"Feliz cumpleaños Galehidrelle Jane"-LD.

Al leer las últimas letras supe que era Laker, pensó que era muy boba como para no darme cuenta que había invertido sus iniciales. ¿Qué rayos pensaba, que no me iba a dar cuenta?

De inmediato, fije mi vista hacia su balcón, una sombra se escondió. Era él, lo sabía. Me pareció algo lindo de su parte mas sin embargo, no me sorprendió ¿por qué? Porque un verdadero caballero no se esconde tras una dama, aunque lo podría entender, se trataba de Dylan Laker, el chico que aparentemente le gustaba; y, ahora le creía a las chifladas suposiciones de Adina y Rachel.

—¡No deberías esconderte tras el balcón, se que fuiste tú! Por cierto, gracias por la felicitación —Sonreí hacia el oscuro balcón de la casa de los Lakers.

No recibí respuesta, como lo esperaba. Y una nueva hipótesis surgió en mi mente: descubrir si Laker sentía algo por mí y ¿por qué desapreció durante un año?

No sería fácil, pero tampoco imposible.