La hipótesis de Galehidrelle Jane Libro # 2

8

Ese día quería invadirlo con preguntas hacia su comportamiento, pero era demasiado tarde y al día siguiente había clases, por lo que opte por vernos después de clases en un bosque turístico de la ciudad. Mamá iría conmigo y con un grupo de amigas; incluyendo a Alayna, mamá de Adina.

Después de tantos años aún seguían siendo amigas, al igual que Adina y yo. Lamentablemente Adina no se presentaría ya que tenía clases de ballet en la academia a la que asistía después de clases. Era increíble bailando ballet, aunque lo tomaba más como un buen pasatiempo.

***

Finalmente me encontraba en el bosque, vestía un vestido blanco con diseño de rosas, y un sombrero color crema que combinaba con mi atuendo. Para días calurosos como ese día, me fascinaba vestirme de esa manera. Y después de algunos minutos llegó Dylan.

Me observo y un leve sonrojo apareció en sus mejillas. Me parecía muy tierno cuando hacia eso, y siempre acababa sacándome una sonrisa con sus reacciones.

Mamá avanzo el recorrido con sus amigas, Laker y yo nos quedamos atrás.

—¿Cómo están tus nudillos? —cuestioné.

—Mucho mejor, gracias —contestó tranquilamente.

—¿Sabes? Quería disculparme por haber sido tan direc…—me interrumpió. Tomo mi brazo y nos encaminamos hacia una mesa larga de madera.

—No deberías disculparte, no has hecho nada malo —estableció y agrego—: soy yo el que me he comportado como un tonto.

—¿Te ha sucedido algo en el año en que desapareciste? —inquirí con gran curiosidad.

—Hacía un año tenía miocardiopatía, que es una enfermedad del músculo cardíaco por el deterioro de la función del miocardio. El miocardio es el tejido muscular del corazón, que es el músculo encargado de bombear la sangre por el sistema circulatorio —suspiro y agregó—: hice múltiples investigaciones sobre mi enfermedad, pero no sirvió de nada ya que mi papá dio su vida…para salvarme—se entristeció. Sus ojos estaban llorosos.

Hubo unos segundos de silencio y continuó hablando.

—Estaba en estado crítico y necesitaba un trasplante de corazón. Necesitaba un corazón que fuese compatible conmigo. Mi papá se ofreció a dármelo…—soltó una lágrima y agregó—: no me di cuenta hasta que desperté de la cirugía, mamá lloró al verme, pero sabía que esas lágrimas no solo eran de alegría por haberme salvado, sino también de tristeza. Yo había causado la muerte de mi padre.

Y soltó lágrimas de tristeza; entre el lloriqueó y sollozos, lo abracé, rodeé mi pequeño cuerpo en el suyo. Le dije que su papá había sido un héroe, un héroe sin capa ni superpoderes.

En cuanto le dije aquello, respondió a mi afecto: me abrazó.

¿Qué había pasado durante un año con Dylan Laker? Ahora sabía la respuesta.

 

 



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En el texto hay: fe, creencia, humor y romance

Editado: 21.05.2018

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