La historia corta de Layla West

D I E C I O C H O

Como pasa el tiempo, dos meses... Dos meses de la muerte de mi hermano.

El entierro fue lo peor, le avise a mi tía. Pero ella me dijo que se quitó un peso encima, me dio tanta rabia que le reproche todo lo sentía, le dije hasta lo que se iba a morir.

También le conté a la enfermera Ross, ella lloro conmigo. Nos conocía muy bien, prometió irme a visitar cuando este en vacaciones.

Mis compañeros de trabajo me dieron el pésame, Emily paso todo el día del entierro conmigo. También se enteraron que Anthony era mi novio.

Anthony me propuso que ya no trabaje, en estas condiciones no puedo. Le dije que no, discutimos pero al final el ganó. Estoy en mi casa en mi cuarto, en mi cama sentada.

Estoy sola, los chicos cuando tienen libre vienen y me alegran un poco, pero los recuerdos no se van.

Tengo las misma pesadillas todas las noches, veo morir a mi hermano, el me pide ayuda pero yo no puedo moverme y veo como le disparan. Me levantó bañada en sudor con gritos al aire y lágrimas en mis ojos. Anthony duerme conmigo y hay noches que no tengo esas pesadillas.

Él se lo ve cansado, tiene ojeras. Le he dicho que me deje sola que yo le voy a ser su vida miserable, pero él me repite una y otra vez que me ama y jamás se va de mi vida. Eso me ayuda.

Veo la hora y son las tres de la tarde, tengo un poco de hambre. Salgo de mi cuarto, al frente del mío está el que era de mi hermano. Me paro en seco y me lo quedo mirando, la puerta está abierta y puedo ver la cama donde dormía que está perfectamente arreglada.

Me acerco, cojo la manija y cierro la puerta. No puedo estar siempre llorando, y él se fue porque le llego su tiempo o le arrebataron el suyo.

Bajo las escaleras, estoy descalza. La verdad ya no quisiera seguir pero no puedo hacerme esto. Tengo que ser fuerte, esto fue un gran golpe que capaz no me recuperare pero... No puedo dejar que me venza.

Quiero salir de esta casa, Anthony me dijo que si me sentía sola podía ir a su trabajo. El me atendería con mucho gusto ahí. Creo que le voy a tomar la palabra.

Como una frutas picadas, subo a mi cuarto y me visto. Me pongo unos vaqueros negros y una blusa negra, aun le guardo luto. Me hago una coleta alta.

Cojo mi cartera y mi celular. ¿Le aviso mandando un mensaje? No, mejor le caigo de sorpresa. Quiero sonreír un poco.

Bajo las escaleras y recojo las llaves. Cierro la puerta, saco el carro del garaje y conduzco.

Llego y me parqueo dos locales antes. Bajo del auto, camino, Entro. Oler este ambiente es diferente, gente, ropa nueva es como distracción a mis problemas.

— ¡Layla!— veo que es Emily, llega a mí y me abraza. Sonrió— ¿Qué haces aquí?— se aleja un poco de mí, me coge las manos y me mira de pies a cabeza. Se lo que piensa, estoy más delgada que antes.

—Vine a ver Anthony, me dijo que si me sentía sola podía visitarlo— ella sonría y me hace una risa coqueta. Ruedo los ojos.

—Ok, enamoradita— sonrió— él está al fondo revisando algo, en verdad no sé lo que hace, bajo y salió directo para allá— asiento.

Le doy un beso en la mejilla y me alejo. Respiro hondo.

— ¿Layla?— giro mi cabeza. Edgar— ¿Cómo sigues? ¿Qué hace aquí?— desde que se enteró que su jefe es mi novio, es un poco distante. No tengo ganas de explicarle de que no soy una casa fortuna.

—Mmm... Vengo a ver Anthony— trató de sonreír.

— ¿Cómo sigues?

—Bueno superar la muerte de un ser querido, no es fácil. Pero trato de ser fuerte, él quiso que yo estuviera bien. Pero es algo inevitable— digo sobando mis manos.

—Sí, es terrible— pone una mano en mi hombro— pero sabes que estamos aquí, para lo que quieras. No te vamos a dejar sola— me abraza y le devuelvo el abrazo. Veo a Scarlet caminado, me fulmina con la mirada ¿Por qué?

Me separo de él, hablamos un rato y me despido. Tiene trabajo y no quiero que le llamen la atención por mi culpa.

Camino hasta al fondo del local, ¿Que estará haciendo aquí Anthony? ¿Sera que está haciendo auditoría?

Bajo la cabeza y miro mis manos y ¿Que le dijo? Creo me arrepiento de haber venido.

Alzo la mirada y veo la peor escena del mundo, lo único que me puede romper los últimos pedacitos que quedan de mi corazón.

Es el besando a Scarlet, siento frío. Me quedó estática, no puedo moverme. Un sollozo me sale de mi boca y esos dos se separan. Anthony cuando me ve abre sus ojos tantos que pareciera, que se le van a salir. En cambio Scarlet está riendo... Perra.

Muevo mi cabeza, en negación. Él se acerca a mí y me alejo.

—Layla... Esto... No— mira a Scarlet con rabia.

—No me digas nada— camino de espalada, me muerdo los labios

Me doy media vuelta y salgo corriendo. Mi único apoyo, mi única oportunidad de vivir se acabó.

Corro hacia la salida, escucho gritar mi nombre. No quiero ni verlo, ni oírlo, ni que pronunciar mi nombre.

Alguien me agarra del brazo giro mi cabeza y es Edgar. Me mira con desesperación, mi respiración esta entrecortada. No la siento.



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En el texto hay: bullying, romance juvenil, romances

Editado: 02.03.2019

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