La Historia de Ely

No quiero olvidarte

Ya se acercaba mi cumpleaños y las chicas de mi departamento decidieron organizar una pequeña celebración en un restaurante cercano a la oficina. Realmente me encontraba bastante triste al recordar los dos cumpleaños pasados con Abel y no quería tener ningún tipo de celebración, pero ellas insistieron tanto que no pude negarme. Lo que no me esperaba y me tomo por sorpresa es que habían invitado a algunos empleados del departamento de valores y entre ellos a David Moreira.

A pesar de  mi melancolía pasamos una noche increíble bailamos, conversamos, reímos, realmente la velada transcurrió maravillosamente bien.  

En algún momento David se sentó a mi lado y comenzamos a charlar, inició contándome sobre él, sobre su familia y su procedencia, así supe que su padre era de procedencia portuguesa y de ahí el porte europeo que ostentaba. También comentó que era divorciado, que tenía una niña llamada Sofía de unos cuatro años de edad.

Esa misma noche me preguntó si el hecho de ser divorciado y tener una hija no me afectaba a lo que inmediatamente respondí a la defensiva y  con cierto dejo de ironía.

──Por que habría de afectarme

──Es tu realidad no la mía y no pretendo relacionarme contigo de otra manera.

Obviamente que en la realidad de mi familia y sobre todo de mi madre el pretender relacionarme  con un hombre divorciado y aún más con descendencia estaba fuera de discusión. Y por supuesto que mi percepción  y mis aspiraciones también estaba orientada a compartir mi vida con alguien que descubriera y experimentara todo conmigo desde cero.

 

David fue muy amable  durante toda la noche y se empeñó en que la pasara súper bien,  yo le bromeaba diciéndole que solo  era un cumpleaños más, pero el actuaba como si era la mega celebración.  Se desató en halagos y atenciones y como si no era suficiente declaró abiertamente la intención de cortejarme y hacer que me enamorara de él.

Sin quererlo una sonrisa irónica se dibujó en mi rostro que por supuesto el notó de inmediato.

──Por qué esa sonrisa, preguntó

── ¿Cual sonrisa?    Esa que tienes ahora mismo.

── Es solo un gesto,  ¿sabes?  Cuando tienes la certeza de que algo no va a ocurrir………y alguien se empeña en llevarte la contraria.

──Simplemente es imposible, mi corazón ya está ocupado.

──Así, pues no te creo, yo no veo a nadie a tu alrededor, te he observado por un tiempo y no te he visto acompañada más que de tus amigas.

──No veo que frecuentes a una persona en especial

Que…. Su atrevimiento no tenía límites.

──¿Acaso has estado siguiéndome o indagando sobre mi?

──Podría decirse que si porque me interesas.

──¿Que te hace pensar que puede surgir algo entre los dos?

──Te lo estoy afirmando yo estoy en un compromiso real.

Se hizo un silencio absoluto y mis pensamientos surgieron para atormentarme, Ely simplemente a quien quieres engañar con esta afirmación, sabes bien que Abel no…….. Donde está Abel ahora, en este momento,  en este nuevo cumpleaños?

Ya no es más y tienes que continuar con tu vida. 

La noche terminó y al momento de despedirnos David se acercó y susurró a mi oído….. “sé que no será fácil pero me las voy a jugar todas por ti y te vas a sorprender de los resultados”.

Vaya ego  tan grande el de este chico.

A partir de este día me topaba con David a donde quiera que me dirigiera, me esperaba al salir del trabajo, lo encontraba por las mañanas lanzando besos antes de abordar el ascensor, me llamaba por la línea interna.

En serio que quería abarcar cada espacio de mi vida….. Comencé a sentir que necesitaba localizar a Abel, sentía que estaba cometiendo traición con solo aceptar las atenciones de David, infructuosamente le dejé centenares de mensajes pero fue inútil ni una sola respuesta.

 

Creo que conforme pasaban los días mi vida se había convertido en una eterna tristeza y la melancolía rondaba mi día a día, sabía que debía soltarlo y continuar pero no me atrevía, María Isabel, Silvana y el resto de mis amigas sugirieron que comenzara a salir nuevamente a divertirme, a prestarle atención a los otros chicos… a ser nuevamente yo.

 

El siguiente sábado mis compañeras de residencia idearon salir a una fiesta que organizaba el grupo de Botánica de la universidad, todos amigos y colegas de Silvana, llegue a pensar que podía ser aburrida pero no fue así la pasamos súper bien.

Asistir a esa reunión fue una decisión muy acertada, hablar y compartir con otras personas me recordó  que mi vida no giraba solo por Abel, me recordó cuanto me gustaba conocer personas de diferentes índoles y opiniones que mi vida no tenía por qué estancarse y me ayudo a reaccionar.

El fin de semana siguiente  un pequeño grupo en la oficina ideamos subir la montaña con la dirección de Leonardo a quien le encantaban las actividades de Senderismo  y decidimos acampar en nuestro querido Ávila.  Se me ocurrió animar a María Isabel para que viniera con nosotros cosa que fue una empresa difícil porque ella era de las que necesitaban estar siempre impecables, maquilladas y como muñequita lista para la foto, era más de acero y concreto que de contacto con la naturaleza, pero aceptó.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.