La Historia de Ely

David

Orientados por Leonardo exploramos una parte considerable de la montaña y David siempre se las ingeniaba para estar cerca de mí y ofrecerme su mano cada vez que debíamos avanzar por terreno pedregoso o inestable. Todo el tiempo que nos quedamos acampando fue realmente una experiencia inolvidable y fabulosa, regresamos a casa contentos, entusiasmados  y con las baterías recargadas luego de ese contacto directo con la naturaleza el cual renovó nuestras actitudes, nuestra gratitud y nuestras  y esperanzas.

El lunes siguiente bien temprano David estaba esperándome para devolverme la franela, en el instante que me retiraba tomo mi brazo sorpresivamente  y me detuvo. 

── Podríamos hablar unos minutos

── Por supuesto, ¿pasa algo?

── Si, necesito que conversemos

── Okey te escucho, dime de que se trata. 

── No, no aquí, necesito hablar contigo en otro lugar y no es una conversación de cinco minutos, necesito un poco de tiempo a solas contigo en otro ambiente.

── Quiero que aceptes salir conmigo y conversar fuera de aquí, por favor……por favor.

 

 Por qué demonios  este chico está invitándome a salir y mi alocada mente se extravía a otro lugar o a otro pensamiento, Ely es ahora, para ya con esto…. Intenta avanzar y dejar atrás aquello que te perturba, no le estás haciendo daño a nadie, Abel se fue, desapareció de tu vida, no le debes fidelidad eterna.

── Hola, ¿estás ahí?

El tono de sorpresa  de David y sus palabras hicieron que volviera mis sentidos al presente, al ya  y que abandonara todo pensamiento de negación que intentaba  anidarse en mi mente.

── Sabes qué?  Dejémoslo ser, dime donde y cuando

──Esta tarde.

──Tan pronto.

Acordamos encontrarnos en un centro comercial en el este de la ciudad a las 18:30 horas.

Luego de revisar mi ropa y mi cabello salí de la oficina y me dirigí sin prisa al sitio acordado, llegué a las 18:15 y esperé.

Observaba mi reloj cada quince minutos, caminaba sin alejarme mucho, veía las vidrieras de las tiendas….. Nada….el tiempo transcurrió y no aparecía,  a las 19:30 caí en cuenta que  ya había esperado lo suficiente y decidí marcharme, tomé el metrobus de inmediato y a los veinte minutos estaba en casa.

Ya en  el apartamento  me entretuve con Silvana, mientras me contaba sobre su día sonó el teléfono, ella tomó la llamada…. Era para mí…….obviamente David.

Luego de mil disculpas por llegar retrasado motivado a situaciones de traslado y asignaciones de última hora me pidió que regresara.

──Debes estar bromeando, hace poco que llegué.

──Por favor, estoy aquí y no pienso moverme, tomate todo el tiempo que quieras pero regresa.

Cuando intenté refutar ya sonaba el tono de ocupado del otro lado de la línea. Espera,  pero….¡Este chico!

Gracias a Dios solo me había quitado las sandalias y permanecía vestida, sin detenerme a pensar lo que hacía, nuevamente coloque las sandalias en mis pies y  salí a toda prisa.

Parecía que todo confabulaba a favor de David porque hasta el sistema de Metrobús estaba funcionando de manera óptima.

Abordé la unidad enseguida y mientras nos desplazábamos caí en cuenta de lo que estaba haciendo….. Nunca había hecho algo semejante…… ¿por qué la angustia?...... por qué la prisa? Nuevamente en menos de veinte minutos estaba en el lugar. Cuando David me vio llegar su rostro se iluminó y su expresión, no podría describirla, fue como la de un niño cuando recibe un regalo muy pero muy anhelado…… lástima que no tenía a mano una cámara fotográfica porque esa imagen y ese rostro era ideal para capturarlo a través del lente de una cámara y preservarlo por siempre.

Nos dirigimos a una heladería y mientras nos atendían comenzó a disculparse por la demora y por sacarme de casa nuevamente… le pedí que lo olvidara y continuó hablando.

 

Comenzó a contarme detalles de su vida, habló de su familia, de sus experiencias amorosas, y de sus aspiraciones y metas, pero de repente se detuvo en seco y sus siguientes palabras fueron: 

──Pero mi mayor aspiración está sentada enfrente de mí y voy a hacer lo impensable por alcanzarla.

Creo que comencé a toser porque me atraganté con el helado en el preciso instante que escuche la frase.

──Vaya que eres directo y no te andas por las ramas.

Muchas veces quise desviar la conversación a temas banales pero el insistía en volver al mismo punto, su empeño y motivación eran solo uno,  quería obtener mi aprobación para frecuentarme  y una relación de noviazgo inmediata.

Estuvimos conversando durante una hora aproximadamente, la cual transcurrió rápidamente, pero no podía detenerme más tiempo motivado a  que la última unidad de metrobus partía de la estación a las 23:00 horas.

Mientras caminábamos hacia la estación le indique que pensaría sobre su petición y que posteriormente le daría una respuesta.  A punto de abordar la unidad nos despedimos y lo vi alejarse dejándome una sensación de  inquietud en el cuerpo.




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