La Historia de Ely

La llegada de mi pequeño príncipe

 

Esa noche prácticamente fue eterna, no concilie sueño alguno, en mi cabeza solo se recreaba una y otra vez escenas de lo vivido ese día en la consulta y todas y cada una de las preguntas que le formule a la doctora, recuerdo haberle mencionado el comentario de su colega,   solo me dijo:  ¡olvida todo!, cree lo que quieras creer y acepta lo que tengas que aceptar, estas sana y un futuro bebe viene en camino, disfrútalo y ya.

Al día siguiente cuando mis compañeras conocieron la noticia la Gerencia se desbordó en risas, llantos, alegrías, fue extraordinario ver sus reacciones y comprender que sentían mi felicidad como propia.

A media mañana llamé a Silvana y María Isabel para darles la noticia, los gritos de emoción al otro lado de la bocina no se hicieron esperar, quedamos en reunirnos para contarles los detalles, a la media hora  salí de la oficina y me dirigí a una tienda infantil y compré unos guantecitos de bebe y un sonajero muy hermoso, cuando David llegó a casa sin que lo notara coloqué cada uno en el bolsillo de su chaqueta.

Luego de cenar solíamos recoger y preparar lo necesario para el otro día y fue entonces cuando se me ocurrió crear un pequeño drama: improvisé que revisaba su chaqueta y me quedaba perpleja por su contenido: su cara era un hermoso chiste….. Estaba asustado….. Juró que fuera lo que fuera seguro era obra de sus compañeros tratando de hacerle pasar un mal rato, aseguró adorarme, amarme y que no sería capaz……. Yo estaba que no podía aguantar más……. Lástima  que nuevamente no tenía una filmadora al alcance me hubiese gustado atesorar aquel increíble momento.

 

Cuando no pudo soportarlo más ni  encontrar mil excusas que decir a lo que fuera que se hallara en su chaqueta,  se acercó a mí y me rodeo con sus brazos pidiéndome que no desconfiara de él, que estaba siendo honesto, fue entonces cuando dejé que colocara sus  manos en los bolsillos y  extrajera su contenido…….. su cara de susto se transformó en una hermosa expresión de ternura, incredulidad, orgullo, satisfacción, todo un sin fin de emociones, me alzó en sus brazos mirándome a los ojos y preguntándome si era cierto; yo solo afirmaba con lágrimas de felicidad… si…..si …si.

 

A partir de ese momento sus cuidados se duplicaron, me llamaba a la oficina varias veces  para saber cómo estaba, si tenía mareos, si me sentía agotada, si tenía  nauseas, sueño, antojos …….. . en fin.

 

Exceptuando por las interminables inyecciones de hierro muy dolorosas por cierto, los constantes exámenes para verificar los valores porque mi hemoglobina se mantenía muy baja, las ganas constantes de ir al baño y el insomnio por no encontrar una posición adecuada para dormir podría decirse que fue un periodo de gestación maravilloso, disfrute cada malestar cada sensación, cada movimiento y patadita de mi bebe, cada ansiedad por comer algo repentinamente y hasta la acidez y nauseas matutinas.

Tuve mucho apoyo de mis compañeras quienes se esmeraban en cuidarme así como  mi adorado David durante los nueve meses, pude llevar mi embarazo a feliz término;  logré trabajar hasta el día 27 de Abril y aunque no lo esperábamos hasta  el mes de Mayo  mi querido hijo nos sorprendió  con su llegada el día 29 cuando se me presentaron los dolores de parto, pero con todo y ello  tuvieron que realizarme una cesárea.

 No existen palabras que puedan describir la emoción que sentí cuando lo escuché llorar y más aún cuando acercaron su carita a mi rostro para que lo contemplara por unos instantes, no quería que se lo llevaran, quería tocar sus manitas, contar sus deditos, detallarlo, pero debían llevárselo para asearlo y revisarlo.

Después todo fue algarabías, alegrías, visitas, todos estaban emocionados y todos querían conocer a mi pequeño tesoro y a mi pequeño príncipe……….…… y David…… creo que jamás lo había visto tan feliz y tan dedicado a algo o alguien, llamamos a nuestro bebé Alejandro y fue en nuestras vidas la bendición más sublime que Dios pudo otorgarme.

Cuide de mi hijo durante el tiempo que duró la licencia por maternidad más añadidos algunos  periodos de vacaciones pendientes   y  luego me reincorporé a mi trabajo.

 

Ahora con un bebé en los brazos no quería que este padeciera todos los inconvenientes del transporte público, así que me enfrasqué en mis actividades y comencé los trámites para participar en el Plan anual de la empresa para otorgar préstamos por vehículos. Este beneficio otorgado por  la empresa  solo contemplaba la aprobación de 10 solicitudes a los empleados con más de dos años de antigüedad y que cumplieran con una serie de requisitos previos.

Obviamente había que considerar una serie de requerimientos y presentar una carpeta con todos los recaudos necesarios la cual era llevada a la asamblea especial de gerentes encargados de tomar la decisión respectiva.

Fueron unos días arduos preparando toda la documentación, viendo las ofertas más interesantes y asistiendo a inspecciones pero al final logré presentar mi propuesta.

Esos días previos a la  evaluación por la junta,  fueron bastante  inquietantes  y de suma incertidumbre pero al final valió la pena la espera, ya que recibí la noticia que tanto esperaba, mi solicitud había sido aprobada y ese año me convertí en la orgullosa dueña de mi primer vehículo, un fantástico auto Marca Chevrolet, modelo Chevette, tipo Sedan, 2 puertas,  color Beige.




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