La historia de Ema

Un lugar donde llamar hogar

 

Han pasado 2 años de la llegada de Ema y Tomas

De un pequeño boscaje sus hojas plateadas danzaban junto al viento, apareció una figura que a medida que avanzaba se hacía cada vez más nítida, un joven se acercaba arrastrando sus pies, encorvado hacia adelante y usando lo que quedaba de un mandoble para apoyarse, lentamente se acercaba, sus ropas estaban desgarradas, se podían ver algunos moratones y magulladuras infectadas, de su cuerpo se escapaba como una corriente una densa neblina, su cara podía verse el cansancio y el sufrimiento, la barba crecía en aquellos sectores donde no había una cicatriz o una herida pulenta, su pelo rubio caía en su cara, sostiene la respiración con la intención de no dejar escapar lo último de neblina que quedaba en su interior.

Un Tomas vagabundo salía de lo que fue un infierno que había durado dos lunas llenas, vio a otros sobreviviente, busco con ansias un rostro familiar, tan pocos habían sobrevivido que casi pierde las esperanzas, pero ahí estaba, sentada en una roca con un pequeño árbol que brotaba de su interior estaba de cara al sol (como si fuera un girasol rojizo) Ema, aún respiraba como si no lo hubiera hecho durante días, había solo unas 7 chicos, algunos de menos edad que él y otros no mucho más grande, una joven de rostro regordete estaba sentada en una piedra muerta, de su boca no pudieron salir palabra alguna, su mandoble terminó de ceder destruyéndose, quedando únicamente el mango al cual se aferro, mientras caía de cara al cielo, los rayos de sol pronto comenzaron a iluminarlo y por fin volvió a respirar liberando lo último que quedaba de neblina en su cuerpo, mientras su conciencia se desvanecía un rostro amigable se asomaba cubriéndolo del sol, pudo ver una sonrisa en un rostro femenino que desconocía y una frase - Todo estará bien -

El peso oprimía su pecho dificultando su respiración, Tomas alza su cabeza y ve como un gato anaranjado dormía acurrucado encima de él, lo apartó con suavidad y lo dejó dormir a un costado de sus costillas, el viento traía el calor del exterior y también el perfume de varios tipos de plantas y flores, su cama tenia una sabana de un material que resultaba reconfortante para un dia asi, obligando a cualquier persona acurrucarse y seguir durmiendo, sus músculos aún se encontraban entumecidos, una joven con una bandeja aparece por el umbral de la puerta y sonríe al verlo despierto.

-Por fin estás despierto, creía que no lo harías nunca - Soltó una risita, su voz era dulce.

Tomas se intentó sentarse y la joven lo ayudó a acomodarse el gato ni se inmuto- ¿Cuanto dormí ? Siento como si hubiera dormido un día entero - dijo bromeando mientras movía sus brazos.

- Llevas dormido un mes entero - dijo con despreocupación

Los ojos de Tomas se abrieron como platos, y aquella sonrisa burlona desapareció, luego interrogó a la joven - y Ema como esta ? - en su voz se notó un cierto nerviosismo mezclado con preocupación.

-¿La joven pelirroja ? - hizo un gesto de pensar - No estaba muy herida, solo le basto un par de días para recuperarse por completo, te dejo una carta, se marchó ayer por la mañana, la ire a buscar luego de tratar tus heridas - lo miró con una sonrisa,

- Me quedo más tranquilo - soltó aire aliviado - ¿Aun no me recupero luego de haber estado un mes acostado ? - sentía su cuerpo más pesado de lo normal.

Apoyó dos dedos en su muñeca para comprobar su pulso, mientras miraba su pecho, luego anotó en una libreta sus signos -Estás estable, aunque sufres el efecto secundario de usar las placas de flujo correntoso, lo has usado sabiamente pero aun así, deberías aprender a respirar, oxigenar un poco tus músculos no te vendría mal, casi haces que tus pulmones colapsen, tendrás que hacer ejercicios de rehabilitación, mucho tiempo en cama hace que se atrofien y pierdan fuerza tus músculos, debes recuperarte naturalmente, hay muchos signos de haberte curado con el flujo, un poco más y sufrirás una intoxicación, ten bebe esto - le dio una especie de frutas, con un vaso con agua ayudándolo a sostenerlo y se marchó pero volvió enseguida con un sobre en las manos, se lo entregó y le dijo - Te dejo solo para que la leas - tomó al gato entre sus brazos y desapareció en el umbral.

*Querido Tomas, si lees esto es por que no tuve otra opción que irme, lamento no estar cuando despiertes, trate de hacer el mayor tiempo posible, es un lugar muy bonito, lleno de flores y árboles que jamás he visto, actualmente estás en Alferrot, corresponde a la Diosa de la Primavera, recuerda que no todos los reinos son devotos, así que sus normas pueden cambiar, pero aun así seguimos protegidos por la iglesia, cuando te recuperes llegara algún loco que te pida unirte a un gremio o un ejército, lamento decirte que no podremos estar juntos, me uní a un gremio exclusivo de mujeres, Selinea está conmigo y lamento decirte que Paúl no sobrevivió, se que eran buenos amigos, las enfermeras de ahí cambian constantemente, pero tienes suerte que sigues teniendo la misma que te atendió cuando caíste desmayado, cada día me acosté a tu lado esperando a que despertaras, has llevado tu cuerpo al limite, trata de aprender lo que te enseñen, mira el dmcf seguramente algo se habrá actualizado, nos estaremos comunicando por ahí mientras no esté en una misión, recuerda, aquellos que tengan las armaduras con runas que se mueven no son fáciles de derrotar, te quiero y espero que no cometas mas locuras. Firmado Ema. Pd: La llave es un gato anaranjado, ten cuidado es muy traicionero*

Tomas entendió el porque de los rasguños en sus manos. Un enano de firme postura, su barba era negra recortada al ras (Era raro ya que los enanos acostumbraban a tener sus barbajas largas y rojizas), sus ojos eran de color marrón, estaba vestido con uniforme militar, se acerco y se sentó a su lado - Soy el capitán Kervain, hijo, cuéntame todo desde el principio ¿puedes? Estoy en una investigación y eres uno de los pocos que sobrevivió- dijo con voz seria, pero agradable.




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