La historia de Ema

El honor a muerto

 

El sonido de las ruedas de madera caminar por la tierra irregular, los paisajes a través de los garrotes de metal, la lluvia filtrándose. las tormentas amenazadoras, se había vuelto tan insignificante y cotidiano. De vez en cuando un baño con agua fría y perfume barato, un hombre que se creía domador que terminaba por un gemido fingido, altos brillantes eran los que dejaban dolorosas marcas y una irremediable humillación eran el pan de cada día. Deje de soñar con los reinos que eran libres de esclavos, deje de esperar a que un héroe venga a salvarme, un héroe no salvaría a una prostituta, cada día mi mente estaba ausente, perdida, no sabía distinguir entre los sueños y la realidad, a menos que el intenso dolor traiga de nuevo de ese trance. Mi esperanza era esperar la muerte con los brazos abiertos, hay peores destinos que la muerte y la mía estaba aquí, totalmente despojada de toda mi humanidad, de todo, solo era un cuerpo caliente, ver a otras como yo que aun quieren pelear solo me trae viejos recuerdos de cuando estaba en la misma situación, luchando para ser libre, del mismo sistema que me esclavizó, a que nadie le importo mi paradero, que a nadie le importó dónde está mi cuerpo, no tengo nada, incluso mis palabras son fragmentos de muchos otros me doy lastima, la mayor luz que recuerdo es de esa artificial que dicen que encienden las camas, cuando creí haber perdido el gusto, un golpe de lleno en mi cara me hizo sentir el gusto de mi sangre, así que entendí que la comida que me daban eran basura insípida, los restos del sabueso que hacía su trabajo, su fidelidad notable al dueño. igual que yo pero ni siquiera un plato decente tenía, incluso esa masa grisácea era abundante, mi cuerpo cada vez se volvía más esquelético, pero era mi culpa, todo era mi culpa. aunque hace tiempo solo soy el títere inconsciente de todos aquellos dueños que me vendieron por ser inútil, incluso valgo tan poco que me estuvieron regalando, una mujer de mi edad debía ser madre, pero mi familia solo era un triste recuerdo, mis hijos sólo eran nombres sin cara, el amor de mi marido solo era un viejo mito, todo eso ya no significaba nada para mi, mi cordura se había perdido en la nada, pero si aun me siguen llevando entre reinos algo de valor tenía, recobre algo de dignidad cuando me pusieron como sirvienta de un castillo, senti que podia progresar, las comidas tenían gusto, sabores que mi cuerpo había olvidado, el agua no tenía ese sabor a tierra o pis, un año en el que mis esperanzas volvieron cuando me dijeron que si seguía trabajando así podría tener mi propio sueldo, poder comprar mi libertad y tener suficiente para ir a mi pueblo para reencontrarme con mi familia, ese día respirar fue algo tan dulce, pero como toda esperanza se fue manchando con el abuso del patrón, de sus amigos, de sus hijos, me arrancaron las esperanza uno tras otro, la carne no dolía, dolía algo que pensé que se había perdido, quebrado hace tiempo, mi pobre alma, cuando la dama se enteró volví a tener la culpa de todo, me volvieron a vender, recibieron mucho más de lo que habían gastado anteriormente, pero esta vez mi frente estaba marcada, una marca que dolía por su significado, un garabato que significaba Repudiada, ya podía ser sometida a las peores torturas que estaban dentro de toda ley, que ley permitiría que este bien tirar tanto de un brazo hasta arrancarlo del cuerpo, pero el señor esclavista me tomo por mi único brazo y me ató a su carruaje, me puse de espaldas, pero algo cambió, este viaje se iba llenando que daba escalofrío, todas jóvenes, mi rabia quemo mi estomago, pero una de ellas estaba amordazada (significaba que su lengua era capaz de cautivar a todos a su alrededor) con grilletes en sus tobillos (debía ser rápida o sabia posturas peligrosas) jamás vi a ninguna con un shibari (significaba que sus movimientos eran capaz de zafarse de toda atadura con facilidad) tenía un collar de púas (una medida extrema y exagerada) y sus manos totalmente inmóviles, mi curiosidad invadió todo mi cuerpo y quería saber por que la consideraban tan peligrosa, a esa joven con el pelo rojo corto.

-Sabes por que esta así - La señora le preguntó a una niña de unos 12 años que temblaba la miro asustada

-Escuche decir que hace 3 meses la esclavizaron, pero ya nadie la quiere, aún está íntegra pero nadie es capaz de domarla - dijo en voz casi audible

La mujer la abrazó, la mayoría estaba en paños menores, pero esa joven estaba totalmente desnuda, con este frío no soportaría mucho tiempo, no en ese esta y menos en un viaje corto.

Fue preguntando chica por chica algunas no sabían nada, otras jamas la había visto o escuchado nada, la joven que al principio le pregunto se subió junto a ella, así que algo más debería saber

-Niña te daré mi porción si me dices algo más de aquella joven - le tendía su plato de basura grisácea

La niña tomó el plato y comenzó a comerlo - Dicen que es de otra dimensión y que salió casi ilesa del castigo de los dioses (Evento que los jóvenes entrenados corren al este por un mes enfrentando el infierno en la tierra)

¿Era imposible que alguien como ella estuviera en esa posición?¿ cómo es que llegó a caer tan bajo? Sin lugar a dudas era una joven muy desafortunada, definitivamente se había ganado ese tazón de comida que consumía antes de revelar la información.

Las horas pasaron, comenzaba a amanecer, el sol comenzó a mostrarse por el horizonte la caravana freno, la primera parada, era para ir a hacer nuestras necesidades y estirarnos. Había tres mercenarios y el esclavista, armados, se acercaron a la jaula, contemplaron a la muchacha, se rieron, algunos hacían gestos obscenos, cuando abrieron por completo la puerta de la jaula, la joven se despertó, salió desprendida hacia adelante como si estuviera cayendo, antes de cruzar la puerta, todas aquellas ataduras se desprendieron como si fueran simples adornos y antes que alguien pudiera reaccionar el mercenario más grande yacía en el suelo muerto y ella empoderada parada sobre su cadáver, aún con la mordaza en su boca, pero con todo su cuerpo libre, de pronto un flujo comenzó a brillar como si fueran poderosas corrientes de agua a mucha presión dos dagas se generaron de aquella corriente, en un primer ataque dos mercenarios cayeron antes que pudieran reaccionar, solo quedaba el esclavista, el comenzó a gritar, lo mismo que preguntaba hacía horas sin encontrar ninguna respuesta, pero no había ningún argumento como para justificar lo que estaba sucediendo, el miedo se apoderó de todas en la jaula, pero entiendo cada precaución que habían tomado, esa mujer nunca podría ser privada de su libertad, era libre y nadie podía encerrar ese tsunami que destruye todo aquellos obstáculos que intentarán frenar, le dio un golpe final a ese hombre que vivía de eso, lo reconocí, cuando estuve por primera vez en sus manos, seguía cuestionarme porque me obligaban a hacer esas cosas que no quería hacer, me trato muy respetuosamente, a su manera, me acuerdo que me contó que los caminos de la desgracia lo llevaron a esta vida, no se podía permitir lujos y aunque sea necesario era tratado como un Doblegado, sus únicos amigos eran otros de la misma calaña, un mal necesario decían los adinerados, muchas veces pensé que Otoño se doblaba de odio y había puesto a esta mujer como venganza, cuando termino de ponerle fin a esos hombres, se subió a buscar ropa, se cambió con algunas cosas que había encontrado en el almacenaje, salí primero que todas que permanecieron abrazadas temblando de miedo, ninguno de los mercenarios tenia algún tipo de herida, incluso el esclavista tenía corte alguno, pero si había visto sus dagas, una vez cuando la tuve enfrente no pude detenerme a pregúntale, en su brazo derecho posee el logo de su gremio, me acuerdo de que las jóvenes estaban hablando enérgicamente cuando aún pertenecía y estaba integrada a la sociedad, de un gremio de mujeres llamado "Tears of Siren".




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