La noche de 5 de noviembre de 1999, en medio de una festividad tradicional en Reino Unido, Jann descubrió el videojuego Gran Turismo, en casa de un amigo de sus padres. Fue una conexión instantánea que lo llevo a quedarse dentro mientras los demás observaban los fuegos artificiales. Desde ese día, cada que volvía de su escuela primaria, Jann iba a esa casa a jugar.
Fue tan grande su fascinación por el juego que no se Persia ni un día y los amigos de sus padres decidieron regalarle el PlayStation. Todo esto marco un inicio a su obsesión con el videojuego y las carreras. Mas allá de estar frente a una pantalla, Jann deseo ser piloto y estar detrás de un volante real.
Una idea que con el tiempo se convirtió en algo imposible, ya que su familia no tenía los recursos para la profesión que él quería. Así que se enfocó en Gran Turismo. Y sus padres empezaron a tomar medidas tales como tener unas horas especificas donde podía jugar.
A la medida que fue creciendo, las cosas se complicaron. Ya que, en medio de la adolescencia, los demás se burlaban de sueño de comprar un BMW al cumplir los 17 años, nadie le creía. La realidad fue diferente de lo que él y los demás creían, ya que cuando cumplió esa edad, no podía obtener un BMW así que no compro un carro con el fin de mantener su promesa. Fue casi dos años después que logro comprar uno.
El problema que tenían las personas no era solo con su sueño, también con su forma de ser y sus gustos, ya que muchos lo llamaban “bicho raro” por permanecer en casa frente a su consola. Con el tiempo los prejuicios hicieron que no hablara de su anhelo real. Así, se convirtió en algo inalcanzable.
En un mundo donde los seres humanos se acostumbran a juzgar las metas e ideas de los demás, junto con su estilo de vida y gustos; creer que se pueden alcanzar los sueños se vuelve un ideal sin sentido. Jann paso su niñez y su adolescencia en medio de ello y la situación familiar que le impedía ser piloto, así que no creyó que realmente eso fuera a pasar.
Sin embargo, la vida tiene una forma interesante de mostrar que la esperanza no se puede perder y que las oportunidades llegan cuando menos se espera. Para el joven Mardenborough, lo que parecía imposible se convirtió en una posibilidad cuando llego el concurso de Nissan.