Rosalie
Cuando vi esa mujer entrar a mi habitación asignada de hospital, estoy segura de que mi cara estaba cambiando de colores por la rabia que me daba verla, por su maldita culpa yo estaba pasándola muy mal, mi vida, mi salud, todos los sentimientos que tenia asegurados en mi corazón salieron a flote por su culpa.
-Hola, Rosalie- dijo con cinismo, en ese instante, un sentimiento muy extraño, uno de oscuridad se instalo, en mi corazón en contra de esa mujer- ¿Cómo te sientes?
-Vallase de aqui en este instante- todos voltearon a verme, pues yo no suelo ser una persona grosera a menos que no sea con las amantes de mi padre- NO LA QUIERO VER AQUI, VALLASE AHORA MISMO.
-Rosalía, clámate, en primer lugar, ella no se ira, es mi amiga y es psicóloga, ella..- no la deje terminar, la mirada que le di a mi madre la hizo estremecer, ella logro ocultarlo de los demás pero no de mi.
-Me vale una guayaba que sea tu amiga, Katherine, quiero que esa mujer se valla de aqui en este momento, o te juro que te arrepentirás por el resto de tu vida- ella sabia a lo que me refería, nunca la había amenazado con esto, pero no me quedaba opción, quería que esa mujer saliera de ahi de inmediato.
-Salgamos, ella esta enojada porque interrumpimos un momento con su hermano- dijo justificando mi comportamiento.
-No, Katt, esto es peor de lo que creí, tu hija esta teniendo problemas con su ira justo en este momento, y por la condición que se encuentra, yo diría que tiene depresión severa- hizo una pausa, mi padre me miro asustado y se que se culpa por esto- lo mejor sera que la envíen a un centro de ayuda para que se recupere con calma y asi puedan saber la causa de su depresión.
-La causa de mi estado es gracias a una maldita perra callejera que no le importa traumatizar a una adolecente de catorce años, y ya veo que no le fue suficiente decir mentiras sobre mis padres, también quiere enviarme a un disque centro de ayuda- le dije con toda la rabia posible- Yo no voy a ir a ningún lado.
-Y si mi hermana se va, yo me voy con ella- dijo Jake con voz firme, mi madre le volvió a pedir a la tipa esa que salieran, ella lo hizo dejándome con mi padre y con el esposo de mi madre.
-Rosalie, no tenias que comportarte de esa manera, ella solo te quiere ayudar- dijo mi padre molesto y saliendo del cuarto, mis ojos picaban por las lagrimas que querían salir.
-Si te soy sincero, a mi esa mujer no me cae bien, aunque tu padre tiene razón, ella solo te quiere ayudar- dijo Darrent con una pequeña sonrisa dulce, lo que mi padre no hacia en publico lo hacia mi padrastro- Pero no te juzgo... descansa, pequeña, has de estar cansada.
-Gracias, Darrent- dije intentando sonreírle.
Me recosté nuevamente en la cama haciéndole espacio a mi hermano para que se acostara conmigo, necesitaba de el, quería que estuviera a mi lado en todo momento porque con nuestra madre nunca se sabe, ella es capaz de todo, siempre se ha dejado lavar el cerebro muy fácilmente por lo que dicen los demás, a mi la verdad es que la opinion de esa mujer no me importa, pero si mi padre llega a aceptar que me separen de mi hermano sera muy doloroso para los tres.
Desperté por un pequeño ruido que había en la habitación, mire hacia donde venia tal ruido y me di cuenta de que era Lin, la secretaria de mi papa, tenia tiempo que no la veía, y la verdad es que se ve mas bella de lo que era la ultima vez que la vi, no se si se dio cuenta de que desperté por el pequeño ruido que ocasiono sin querer.
-Hola, Lin- dije con la voz adormida, busque con la mirada a mi hermano, pero el ya no estaba- ¿Dónde esta mi hermano?
-Hola, Rosa, perdóname si te desperté- dijo avergonzada, yo le hice un gesto desinteresado por eso, la verdad es que no me importaba si ella me despertaba o no, ella me cae bien- Tus papas se lo llevaron diciendo que no le hacia bien estar aqui.
-¿Que? ¿Por que ellos piensan eso?- dije apunto de llorar, me rompe el corazón el que mis padres crean que a mi hermano no le hace bien estar a mi lado- Necesito salir de aqui.
-Rosa, estas devil, no puedes salir de aqui, no hasta que el medico no te de el alta- dijo sosteniéndome para que no hiciera el intento de levantarme- Mira, yo se que no debo meterme en estos asuntos porque solo soy la secretaria de tu papa, pero en mi opinion ellos hacen muy mal al alejarte de tu hermano, eso puede provocar que te sientas peor de lo que ya te debes sentir.
Las palabras de mi fiel amiga me hicieron llorar, ella esta de acuerdo conmigo y se que se enojara con mi padre por esto, pero la verdad es que a ella no le importa ya que el es un tonto que no se da cuenta de lo que Lin siente por el, mi padre esta ciego al no ver a la gran mujer que tenia ante sus ojos, Lin seria la madre perfecta, seria la esposa perfecta para el, pero es tan ciego que aun sigue viviendo del recuerdo de mi madre.
Los días pasaron y con la única persona que me la pasaba era con Lin, quien trataba de sacarme sonrisas y hacerme olvidar de lo sola que me sentía, ni mi padre ni mi madre iban a visitarme, ellos se habían olvidado de mi, habían olvidado que tenían una hija en el hospital, pero no importaba, ya me estaban dando el alta y yo podría salir y ver a mi hermano.