La Historia De Susan

SOLO UN CAFE

Solo un cafe me tenía dando saltitos de alegria por toda la habitación.Aunque pensando como una mujer adulta, ese hombre si era tacaño, siendo gerente de una gran empresa solo tenía para brindarme un miserable cafe ¿Pero qué era lo que le pasaba? ¿Tan poco valgo para que esa sea la invitacion mas valiosa? Definitivamente ¡Qué horror!.

Suspiro sentandome en la cama pensando en lo mucho que anhelo ir por ese café, aún así sienta que algo en toda esta invitación esta mal.Pero y si no es porque aquel hombre sea tacaño, quizás sea porque le gusta iniciar un poco lento.

--¡Ahhhh!--gruñó

--¡Cada vez me preocupas más!--grita mi madre desde la cocina.

--Estoy bien-- digo revolcando mi ropa por todos lados esperando encontrar un atuendo para la ocasión.

Encuentro un buzo de rayas y decido combinarlo con unos pantalones blancos, es genial. Así me veré lo más presentable y seria para la ocasión. El buzo es blanco con rayas negras, el pantalon es blanco y zapatos blancos, pienso que es demasiado blanco para tomar café, y si se me derrama el café en la ropa, quizás me ofrezca algo de comer y tenga que negarme para permanecer con la ropa intacta, no lo sé. Pero siento que es la combinacion perfecta y comoda. 

La cabeza piensa, piensa y piensa. Pero no, decido que esto será lo que llevare mañana. 

Abro mis ojos sintiendo la brisa de la mañana, corró al baño me ducho, me visto con afán tomó café que a preparado mi madre y me despido sin decirle a donde voy.S

Sí, lo sé. tomar café antes de ir a tomar café es una decisión muy estupida pero así es todo lo que yo hago. Aunque algunos dirán que no hay número de tazas limites para tomar café, pero creanme que eso ya sería un vicio y yo no soy viciosa, por lo menos no con el café.

Llegó al lugar y veo que es realmente enorme, con que no solamente es un simple café. Respiro profundo paso por la entrada del lugar buscandolo por todos lados para ver si encuentro sus hermosos ojos.

¡Loteria!--mi mente da salticos de alegría

Acabo de verlo esperandome junto con dos capuccinos bien cargados, su sonrisa me lo dice todo pero yo solo pienso en porque no espero a que yo llegara al lugar para ordenar. ¿Y si le hecho algo a mi bebida? ¿ Y si me quiere hacer algo con ese café? llegó hasta donde se encuentra sentado pero todo mi cuerpo esta temblando, acabo de provocar al bichito de la ansiedad sin estar segura de nada. ¡Ay mi madre creo que me voy a desmayar aquí! Me siento mareada a punto de vomitar, su mano se extiende por todo mi brazo hasta llegar a mi hombro, un pequeño abrazo me saca de mi ensimismamiento.

--Tranquila--me dice despues de soltarme--No le heche nada al café.

De un color rojo pasión pasé a un blanco papel. Como demonios pudo enterarse de lo que estaba pensando.

--La tierra te llama y dice que la honrez con su hermosa presencia--dice entre risas.

Tomó asiento para poder acompañarlo. Sigue con su traje elegante que lo hace ver tan "mono" aún np puedo creer como alguien tan joven y atractivo como él se ha fijado en mi. 

--Viniste un poco casual-me dice detallando cada parte de mi cuerpo.

--Es un café--lo digo mirandolo fijamente a los ojos.

Hace una mueca como si le hubiera dolido lo que había dicho. La media hora restante que duramos bebiendonos un solo café porque eso fue lo que su MAJESTAD el niño rico brindó, hablo de lo maravilloso que era su trabajo y de lo grande que estaba "su" empresa. 

--¿Intentas que compré allí?--le dije picara.

--Sé que lo harás, antes de ser gerente fui muy buen vendedor--arruga su nariz

Yo le doy la razón. Algo que no deja de incomodarme y atormentarme es la forma en la que me detalla, ¿Estara mirando si estoy realmente buena? ¿No le habra gustado mi ropa?

--Eres muy linda, pero ya debo irme-- dice apenado

--Oh no, esta bien-.le respondo esperando la peor respuesta de la vida "No nos llames nosotros te llamamos " pero a diferencia de todo él no dijo eso.

--Te llamaré esta noche, claro si se puede.

--Estoy libre para ti!--digo sin pensarlo.

La Zorra ansiosa acaba de salir a arrastrarse, que lindo!!.

Se acerca dandome un beso en la mejilla y claramente pagando toda la cuenta.

Yo me quedo sentada a la silla pensando en que esto es demasiado irreal. ¿Lo he logrado? pregunto para mis adentros pero alguien me saca de mis tontos pensamientos.

--¿Desea ordenar algo más? --me dice el mesero más elegante pero feo de la historia.

Su color canela es encantador, pero tiene algo en la cara que hace que me de un poco de miedo.

--Señorita?--repite con insistencia.

--Lo siento, ya me voy. Tomo mi bolsa y salgo deseando que mi amado vuelva a llamarme.

 




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