La historia de un amor jamás vívido

"UN FUTURO YA RESUELTO"

Sonó la campana de receso, Salí con mis amigas ellas decidieron ir a la cafetería; mientras yo preferí quedarme, ellas bajaron, me senté en la escalera observando cómo mis amigas se alejaban. Solo las miraba como sonreían, las había echado mucho de menos pero en el fondo extrañaba mi vida como la había conocido.

 

Trabajaba como arquitecta  de una importante compañía de construcción, no me quejaba mi vida luego de graduarme había sido buena, tenía una carrera exitosa, estaba a punto de casarme con un hombre maravilloso “estaba feliz”, lo último que recordaba era estar sentada haciendo las invitaciones de mi boda.

 

Recordé a Johan mi prometido, ¿qué había pasado con él?, si todo era mentira también lo fue el, en ese instante sentí que tenía una respuesta a mis dudas, solo con él podría resolver muchas preguntas que me inundaban en ese momento; tendría que ir en busca de un futuro conocido pero  con la duda que fuese real. A la salida de la jornada escolar iría en busca de esa respuesta, sentí miedo aunque un respiro, porque por lo menos tendría la certeza de algo, todo era real o una gran mentira creada por mi mente.

Mis amigas se detuvieron, a lo lejos intenté mirar con quien se habían reunido con tanta amabilidad y sonrisas, habían obstruido la vista, pero aún seguia intentado captar la imagen, al fin despejaron el camino, alcanzando a observarlo allí; allí estaba con su inigualable sonrisa, su cabello negro brillante, su piel canela; se veía hermoso exageradamente hermoso, mis ojos se cristalizaron, mi corazón empezó agitarse con mucha fuerza, como si en ese instante el corazón bombearía tan rápido que se detendría así de repente, sintiendo como si fuera a salir corriendo, a sentir si él era real, a sentirlo para tener la certeza de que su imagen, esa imagen tan perfecta no se desvanecería como por tantos años lo hizo cada mañana al despertar, cada que el sol aparecía por la ventana él se esfumaba; no pude contener mis lágrimas cuando fijo su mirada en mí; allí estaba él, mientras lo observaba con todo el amor que emanaba de mí, lo amaba, lo amaba tanto como desde ese baile de graduación cuando descubrí mis sentimientos por él, mi amor por David seguía intacto, quizás mi vida fuera irreal pero había algo cierto y seguro lo amaba como nunca, como lo ame en toda esa vida.

Sentada ahí observando desde  lejos el cuadro tan perfecto que formaban mis amigas y David, era inevitable que ese nudo en mi garganta no se formara, casi asfixiándome por todos los sentimientos que me inundaban, felicidad, nostalgia, tristeza, incertidumbre, amor, desconsolación y sobre todo una insoportable confusión, esa que se aferra al pecho impidiendo la respiración, siendo cortante y extremadamente helada cuando pasa por tu pecho hasta tu estomago queriendo vomitar.

Por todos los enredos en mi cabeza había olvidado a David, era uno de mis mejores amigos en aquella época, con él y violeta pasaba la mayor parte de mi tiempo, éramos inseparables y pensábamos que seriamos amigos eternamente, pero eso cambio la noche del baile de graduación, donde salió a flote el amor que sentía por el camuflado en amistad, nunca creí que pudiera ser cierto, desde ese instante lo amé cada segundo de mi vida, con el paso de los años no disminuyo lo que sentía por él, a pesar de estar a punto de caminar hacia el altar en brazos de otro, yo seguía amándolo, pero estaba resignada a que mi vida nunca fue y nunca seria a su lado.

Allí mirándolo en una época donde lo único que sentía por él era una grande amistad y en ese momento lo amaba con mucha más fuerza de lo que yo recordaba; así que había una prueba más de que lo que había vivido, no había sido un sueño, pero entonces ¿esto sí lo era?

Al fin el receso culminó es hora de regresar a clase, pero no podía ocultar mi desdén, violeta se acerco estaba realmente preocupada por verme así, yo no podía aguantar más, tenía que desahogarme, explote, ella escucho todo en silencio, pero no podía ocultar su asombro, hasta su aséptica expresión a todo lo que le estaba diciendo. Al terminar de contarle no dijo nada su silencio era ofuscante, se ofreció acompañarme a buscar a Johan esa tarde.  

Caminábamos por las calles de la ciudad, mientras sentía un temor por descubrir que quizás todo fuese mentira y yo me estaría volviendo loca, violeta guardaba silencio un tedioso silencio, en vuelto en unas leves sonrisas que me regalaba solo para confortar el terror que estaba sintiendo, pero se veía sarcástica y llena de dudas solo quería comprobar que su amiga ya se había enloquecido totalmente.

Me detuve, ahí estaba ese puente, estaba paralizada, efectivamente existía el puente, ese que conducía a la casa de Johan en ese puente lo conocí.

Mientras recorríamos ese puente, recordaba

En aquella ocasión que se presentó con su sonrisa tímida y su mirada llena de dulzura y amabilidad, era realmente lindo como cuando vez a un dulce animalito indefenso y lleno de temor así se acercó a mí, no puedo negarlo eso me cautivo, más que su cuerpo atlético, su piel blanca, su cabello negro y grandes ojos, hermosos ojos negros , desde ese momento cada día junto a él aumentaba mis sentimientos y luego de 4 años de relación estábamos comprometidos haciendo preparativos para una gran boda.

 

Mientras lo recuerdos iban y venían, detenida en ese gran puente, a lo lejos venia él, efectivamente existía, sonreí, pero aun no todo era cierto, era igual a como lo recordaba solo que un poco más joven guardando esa inocencia en su rostro, no sobrepasaba los 15 años. Cada vez se acercaba a nosotras mi corazón empezaba a palpitar a mil, mis manos empezaron a sudar y mi garganta empezaba a tener dificultades para pasar la saliva, estaba nerviosa pero no sabía si por descubrir la verdad o por verlo, ahora la pregunta sería como haría para abordarlo con tantas preguntas que tenía para él.




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