Llegamos a su casa; recuerdo que las veces que la vi era por fuera, jamás permitió que entrara, siempre pensé que se avergonzaba de ella, siempre supe su estatus económico y nunca me importo, me alegraba que confiara en mí estando dispuesto a dejarme pasar; sonreí. Mientras el abría la puerta no podía negar que sentía nervios por los comentarios realizados por mis amigas, intentánba ocultarlos me senté en un sillón, el guardo las mochilas
- tienes hambre -
- algo – Respondí, no quería apresurarle
Me sonrió dirigiéndose a la cocina, creo que pensaba por donde iniciar, yo solo lo observaba; se quitó la camisa, lavo sus manos, la vista era sensacional. El inicio a cocinar mientras mis ojos lo observaban fijamente de arriba abajo; sus bipses bien marcados, su abdomen sensualmente deleitable, mientras esa cadena caía de su cuello tocando suavemente su pecho, su pantalón dejando al descubierto la pretina de su bóxer, se veía sexy, me mostraba todos los ángulos, parecía posando para mis ojos, veía su espalda, bajaba mi vista aún más, sus glúteos ¡bien proporcionado!, en todo era perfecto siendo extremadamente seductor y atractivo; mientras sus manos cortaban unas verduras se veía hermoso cocinando, yo disfrutaba plenamente la vista me deleitaba más viéndolo que el aroma que salía de la cocina, el hambre se me había esfumado, estaba anonadada con lo que podía observar. El noto que lo miraba y giro
- ¿te estas aburriendo? - dijo mientras tenía una sonrisa nerviosa en su rostro
Sabía que lo miraba detalladamente, señalo el televisor insinuando que lo encendiera mientras el terminaba
– préndelo si quieres -
- estoy muy bien - respondí mientras lo miraba fijamente y mordía mi labio inferior
Con una pícara sonrisa le decía que el televisor no podría mostrarme algo mejor de lo que observaba. Él sonrió, continuo con lo que hacía.
Transcurrió alrededor de una hora, en todo el tiempo no deje de mirarlo ni por un segundo, era demasiado provocativo e irresistible para perderse la fabulosa vista; se paró en la puerta de la cocina, me miro sonriendo, se acercó inclinándose hacia mí para besarme, me levanto suave y lentamente sin dejar de besarme, podía sentir su pecho contra el mío, sus brazos rodeándome con sutileza sin dejar de ser agresivo y apasionado, el beso comenzó a tornarse más apasionado, acelerando el movimiento, deslizaba mis manos suavemente por su espalda, podía sentir su piel. Dejo de besarme, me miro sonriéndome
se me va quemar la comida - me dio un sutil beso, corrió a la cocina
Salí hacia la cocina, me pare junto a la puerta
¿quieres que te ayude? - dije mientras me recostaba a la pared
Me dio un rotundo no, me tomo de la mano llevándome hasta la mesa asiéndome sentar en la silla del comedor; le sonreí, su caballerosidad, sus atenciones me tenían más enamorada.
Sirvió la comida, se veía deliciosa su olor lo confirmaba; se sentó, comenzamos a comer, aunque se dice que en la hora de la comida no se debe hablar no importo los modales en esta ocasión, pues hablábamos, reíamos, fue un momento realmente maravilloso.
Terminamos de comer, no permitió que le ayudara a recoger la mesa, así que solo permanecí sentada allí esperando.
Al terminar me tomo de la mano, me llevo hasta su habitación, la reparaba, miraba todo a mi alrededor es la costumbre cuando llego a un lugar nuevo, lo era, jamás había visto antes su habitación.
vemos una película- dijo mientras buscaba las películas entre una torre de cd de toda clase y papeles
No era lo más organizado que existiera aunque su cama bien tendida, las mesas limpias, la ropa en su lugar, todo asedado y acomodado aunque esa torre de cosas era la excepción. Me senté en la cama mientras David colocaba la película, la película corría pero en realidad no sé de qué se trataba. Puesto que en ningún momento la veía, aunque miraba el televisor recostada junto a su pecho, en ese momentos todos los instantes de mi vida pasaban por mi mente, revivía una y otra vez las muchas cosas que no habían pasado, me resultaba irreal poder estar allí junto a él, todo lo que había esperado, por todo lo que había pasado, lo mucho que había soportado, tenía hoy el fruto que más deseaba, tenerlo cerca de que sus manos rosaran mi piel, su sonrisa se dirigiera a mí con esa mirada dulce siempre con ese brillo en sus ojos, ese rubor en sus mejillas.
Gire para mirarlo, el no veía la película, el me miraba, le sonreí, se acercó para besarme. Inicio con un sutil y suave beso, al paso de unos minutos del sutil beso ya no quedaba nada, era rápido, apasionado, podía sentir su corazón acelerado, sus manos temblaban mientras recorrieran mi piel, su timidez resultaba altamente encantadora ante mis ojos. Cada minuto que pasaba la temperatura de mi cuerpo aumentaba al ritmo que el beso cogía más furia y sensualidad. Comenzó a deslizar una mano por mi espalda, con la otra mano la subía muy suave por mi pecho, abriendo lentamente los botones de mi blusa quitándomela sutilmente, mientras presionaba mis dedos en su espalda, sentía como algo en mi crecía queriendo explotar del deseo que sentía por él; empecé a recorrer su cuerpo con mis manos, le quite su correa, abriendo su pantalón mientras el deslizaba su mano muy lentamente por mi pierna, mi falda le daba permiso de entrar, al llegar a mi entrepierna corrió mis pantis, dejo de besarme, me miro con dulzura, mostrándome la ternura más pura de sus ojos, yo deslizaba mis manos en su cuello hacia su cabello acariciándolo, lo miraba, mi respiración se tornaba más rápida a medida que el aumentaba el movimiento de sus dedos introduciéndolos cada vez con más intensidad. Le termine de bajar su pantalón, la excitación era evidente, pretendía desnudarlo por completo, pera la interrupción se hizo presente, cuando llamaron a la puerta, él se detuvo a esperar si volverían hacerlo o se marcharían, pero para nuestra infortuna lo volvieron hacer, él se levantó arreglándose rápidamente, saliendo atender; me senté en la cama organizando mi ropa, retocándome el cabello. El regreso a la habitación lucia algo pálido y desmejorado, pensé que era por el susto se sentó por unos segundos tratando de recobrar las fuerzas de nuevo, me explico que la inesperada intromisión era su vecina preguntando por su madre, en ese instante recordé que faltaba menos de una hora para que su madre regresará, sentí un alivio de que hubiese sido la vecina la que interrumpiera el momento y no su madre que entrase por la puerta. Termine de acomodarme la ropa más rápidamente, pero David se acercó suavemente comenzó a abrocharme los botones de mi blusa, mientras me sonreía con un enrojecimiento en mis mejillas, al terminar me levante, me tomo de la mano empujándome hacia el abrazándome fuertemente, un dulce te amo susurro en mi oído, lo abrase quizás más fuerte de lo que él lo hacía.
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Editado: 09.05.2019