La historia de un amor jamás vívido

“UNA PROMESA DE AMOR”

Hace dos días no iba al colegio no podría faltar mas no tenía más escusas,  me levante alistándome para ir a estudiar. No había sabido nada de David ni de mis amigas por esos dos días, no contestaba llamadas aunque David había llamado infinidad de veces y había ido igual pero siempre mi mama me negó solo no deseaba hablar con él.                                                   

Ya todos habían ingresado solo quedan pocos afuera del colegio, todos apresurados a entrar el timbre ya había sonado, ya no quedaba nadie, alcance a ver a David parado al lado del portón ya medio abierta, me acerque

Hola - me dijo mientras yo lo miraba fijamente

 

Que haces ahí parado, te van a dejar afuera -

El solo me miraba

Te estaba esperando, igual que lo hice estos dos días… pero nunca apareciste –

 

Hablaremos de eso luego, entraremos tarde a clase - dije mientras me dirigía a entrar pero él me detuvo

 

Quiero que me acompañes aun lugar - estaba pidiendo que faltara a clase lo mire con asombro – por favor – agrego

Accedí acompañarlo ya no podría negarme más, nos fuimos antes de que nos vieran en la puerta obligándonos a entrar. Llegamos al paradero para abordar el bus, el seguía sin decirme a donde nos dirigíamos, no pronunciábamos nada, el silencio resultaba incomodo, esperaba que el me preguntara por mi ausencia por el cual no atendí a ninguna de sus llamadas pero no dijo nada, abordamos el bus casi una hora de camino alejándonos de la ciudad. Al bajarnos del bus solo se podía observar las grandes montañas, se respiraba un aire puro, se escuchaba el sonido de la naturaleza seguido de uno que otro carro que pasaba por allí.

Caminábamos, lo seguía con la incertidumbre de a dónde nos dirigíamos; se detuvo en una gran puerta de madera era realmente enorme

Llegamos -

Tenía unas rejas blancas estaban totalmente abiertas, seguía sin saber dónde estábamos la puerta no tenía letreros, ni decía nada. Entramos había un camino muy bonito en piedras, los árboles se juntaban haciendo un arco de muchos colores; al final del camino se llegaba a un gran prado con muchos árboles de diversos colores, un lago que rodeaba el lugar, caminamos hasta un árbol grande de hermosos frutos rojos, a escaso metros pasaba el lago.  Todo era muy hermoso, habían pocas personas en aquel lugar, unos leyendo por la tranquilidad que se sentía, unos hablando o simplemente recostados en el prado divisando la gran vista que desde allí se podía contemplar.

David se sentó al lado del gran árbol que brindaba una buena sombra ya que el sol era algo fuerte; él tenía todo planeado de su mochila saco una manta, la extendió sobre el prado supuse que era una especie de picnic

Lo tenías todo muy calculado -

El solo me sonrió, haciéndome gestos de que me sentara, también traía comida, jugos, era realmente tierno su gesto. El silencio no volvió hacer presencia pues hablábamos de muchas cosas sin tocar lo del otro día.             
Al paso de casi una hora de hablar y comer, se había disipado un poco la indiferencia aunque estábamos al llegar, recostada a su pecho mirando el gran árbol cuando el comenzó a decir

Quiero que siempre tengas presente algo  –

Me aleje un poco para poder mirarlo mientras me hablaba, continuo

Que te amo y nada ni nadie ara que cambie eso, lastimarte jamás podría…. Pues estoy aquí solo por ti. Te necesitaba en  mi vida y no me resignaría a perderte, ni a vivir en un mundo donde tu no existieras, y nunca echaría a perder lo que tengo contigo pues es lo único que me mantiene con fuerzas para continuar, cada momento, cada beso, cada caricia valen la pena aunque pierda la vida en ello –

Me abrazo muy fuerte alcanzaba a sentir como temblaba, como su voz sonaba angustiada y con un taco en su garganta aguantando esas ganas de llorar, decía

Te amo…… jamás te vayas de mi lado -   

Coloque mis manos en su rostro, se veía triste

Te amo –

Me beso, como si fuese el último en ese instante lo comprendí, siempre me besaba así, como si fuese el último

Porque me dices todo esto……si sabes que estamos juntos –

La duda ya había empezado a crecer, pensando que me acercaba cada día más a la razón del porque estaba yo allí, aunque él no me lo revelara. El me miro asentando

Solo te lo dije por lo que paso el otro día –

Sabía que no me había convencido con su respuesta, alce los hombros y le sonreí, fue el gesto que di que estaba bien.                                                            

Saco un pequeño cofre negro de su morral, me lo coloco en mis manos, estaba algo sorprendida, lo abrí era una cadena de oro con un dije dorado con una D en medio que giraba, le sonreí




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