La historia de un amor jamás vívido

“LA GRADUACION”.

Los días habían transcurrido demasiado rápido, estábamos a escasas semanas del gran día que como estudiantes hemos soñado, hemos luchado para llegar allí; la nostalgia invadía a cada uno de nosotros, por ello todos disfrutábamos cada momento al máximo.

Unos corrían para entregar los últimos trabajos para poder alcanzar las notas, otros por el contrario era hora de pensar en ese inolvidable vestido con que todas soñábamos, acompañadas por ese chico guapo del que estuvimos anhelando bailar toda la noche, haciendo el gran cierre al lado de aquel que nos llevaría al baile final de graduación; seria nuestra noche perfecta, la unión de las dos cosas más estresantes para aquel entonces de nuestras vidas.

Con violeta, Laura, paloma salimos al centro de la ciudad a elegir ese hermoso vestido con que sería el final de nuestra etapa, violeta eligió un vestido color azul claro en straple no lo quiso demasiado largo y extravagante así que le tapaba muy bien el zapato pero sin tocar el suelo; por el contrario paloma que era realmente exagerada lo eligió rojo con un escote profundo y bien llamativo, Laura eligió uno rosado que le daba más abajo de la rodilla algo más cubierto, era lógico su elección por su tendencia a ser más recatada que todas, por otro lado me tomo más tiempo hacer mi elección pues los vestidos no eran parte de mi atuendos preferidos, me medí varios pero ninguno se ajustaba a mi o yo no me podía ajustar a ellos; mientras me ponía uno y otro en ese momento vino a mí la imagen de cuando me media mi vestido de novia para diferencia de esta ocasión era blanco con una cola demasiada exagerada y a mi lado mi dama de honor que resultaba ser violeta quien me daba alientos de cómo me veía de hermosa; al recordar esto me di cuenta que a pesar de que no fuera un vestido de novia lo que usaría, lo estaría llevando con mayor satisfacción que aquel vestido blanco, ahora entendía el motivo.

Luego de medirme casi toda la tienda al fin encontré el perfecto para mí, era un vestido tipo corcel ajustado mostrando una cintura bien definida era más largo que el de todas arrastraba y solo se podía alcanzar a ver una parte delantera de mi zapato ese fue el que elegí así que lo lleve, mi vestido fue negro y muy hermoso.

Las clases ya solo eran relajos, todos se preparaban para el gran día, había llegado la hora de preguntarnos ¿Quién nos llevaría al baile? Era evidente que David me llevaría así que solo espere hasta que me invitara.

La semana transcurrió, casi todas ya tenían pareja para el baile mis amigas ya habían sido invitadas; a violeta la había invitado Mikel se gustaban, varios meses atrás traían algo se les había visto muy cariñosos y compartiendo mucho tiempo juntos, así que no fue novedad para nosotras que la llevara al baile, paloma la llevaría Daniel tenían algo hace semanas, la que si fue una sorpresa para todas fue Laura iría con pablo, era la combinación más rara; él era el chico problema del salón o mejor de todo el colegio, no estudiaba, no sería ninguna novedad que no llegara a graduarse, por su parte Laura era aplicada la chica más estudiosa del todo el colegio siempre se le nombraba para destacar lo buena estudiante que era cada acto cultural que se realizaba en el colegio, no se podía negar que pablo era realmente apuesto, siendo deseado y perseguido por todas la chicas por su porte de chico malo, aunque nos sorprendiera Laura había sido invitada y ella acepto ir con él, en el fondo nos alegrábamos de que tuviera una cita para el gran baile, no deseábamos para nadie la idea de tener que ir sola.

Así transcurrió la semana, David aun no me había invitado al baile, quizás pensaba que por ser su novia no era necesario, que era obvio que iríamos juntos, pero no podía negar que sentía tristeza, quería ser invitada formalmente como a todas, paloma me sugería que fuera yo la que lo invitara ¿porque no? Estábamos en el siglo XI podría invitarlo y sería normal, así que era una buena idea tome la decisión de hacerlo al terminar la jornada.

Al sonar el timbre indicando que había terminado las clases por ese día, Salí casi corriendo dirigiéndome al aula de David, pero no estaba, pensé quizás estaría en el kiosco de afuera del colegio, Salí de inmediato. Mientras caminaba hacia allí lo buscaba con la mirada, sin ningún resultado tampoco se encontraba allí, comenzó mi duda, en el receso estuvimos juntos como de costumbre, él no me había mencionado nada de que no estaría o no nos veríamos a la salida de clase.

Has visto a David – le pregunte Andrés, que estaba allí

 

Si, él se fue para su casa se sentía muy mal – respondió con cara de angustia

 

¡¡¡Mal!!! Como así que mal- no espere ni que respondiera, Salí con mucha prisa hacia su casa

Estaba realmente preocupada, en ese  momento se me pasaron todos los males por la cabeza, no soportaría que algo le sucediera. Acelere mi paso, necesitaba saber que estuviera bien, al llegar a su casa la puerta estaba entre abierta, más me asuste, entre de una olvidando la cortesía de tocar; no podía creerlo lo que vi allí, el suelo tornado rojo; eran pétalos de rosas que formaban un camino hacia una gran arreglos de rosas grandes con sus pétalos abiertos, en medio de ellas había una tarjeta, camine hasta allí, la tome, al abrirla una sonrisa se plasmó en mi rostro, me lleve la mano a mi boca no podría creerlo, era hermosa la forma en que lo había hecho, incluso se me olvido el hecho de que me hubiera asustado de esa manera

Y dime – dijo mientras salía de su escondite - ¿cuál es tu respuesta?




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