La Historia Entre Los Dos

3 ⌘ La Guía

—Estás enamorado.

Esa simple frase hizo que Alek sufriera una sensación de vértigo que en la vida había experimentado. Tardó solo un segundo en recobrarse antes de mirar a Luka sentado frente a él.

Había llegado el almuerzo, y como era de costumbre, Alek, Arizona y Anna se habían encontrado con el resto en la cafetería. Kai estaba sentado a su lado mientras que Serge ocupaba su otro costado. Luka, Anna y Arizona estaban sentados frente a ellos, llenando casi toda la mesa.

—¿Eh? —fue la única respuesta de Alek.

—¿Quién está enamorado? —preguntó Arizona olvidando el tema del que estaba hablando con Anna al escuchar a Luka decir eso.

—¡Nuestro querido Alek está en las nubes! —se burló Luka al notar el leve sonrojo de su amigo ante la mención de esa frase.

Kai miró de reojo a Alek, sonriendo de lado al ver con sus propios ojos el rubor en sus mejillas.

—¡Claro que no! —se defendió Alek tratando de mostrarse serio.

—Veamos quién es la afortunada chica esta vez —Luka siguió con su juego, girándose en la banca para mirar la fila de la cafetería—. Mmmm... no, sigue estando fea... Tal vez ella... pero no es tu estilo... Posiblemente ella... tampoco, no entra dentro de los requisitos... ¡Ding! ¡Ding! ¡Ding! ¡Creo que tenemos el premio mayor!

Alek palideció entonces al escucharlo. Rogó con todas sus fuerzas que Luka no se hubiera percatado de que todo ese tiempo había estado observado a la hermana de su amigo parada en la fila junto con el chico nuevo, James, mientras se sonreían mutuamente con una bandeja en las manos.

Había sido molesto, incluso irritante, el hecho de que James no se le despegara para nada a Tailime.

Se habían pasado susurrando entre ellos entre clase y clase, bastante juntos para su gusto, por lo que su atención en clases fue absolutamente nula, verificando que no había ningún contacto físico entre ellos. Le llamaron la atención al menos unas tres veces por no responder cuando lo llamaban, cosa que al parecer eso le pareció gracioso al nuevo porque le susurraba algo a Tailime cada vez, haciendo que esta soltara una risita.

Y no es que Alek fuera celoso. Para nada. Él simplemente lo hacía por el hecho de que se trataba de la hermana de uno de sus mejores amigos, y lo único que hacía era cuidarla por él.

—Ya, enserio, Ivanov, ¿qué te pasa? —le preguntó Luka volviéndose a girar a la mesa, haciendo que Alek soltara el aire que había estado reteniendo sin darse cuenta.

—Ha estado así toda la mañana —se rió Anna llamando la atención del Luka—. ¿Cierto, Alek?

—No es nada —se excusó el mencionado, regresando su vista a su bandeja de comida casi intacta—. Es solo el inicio de clases.

—Ni que lo digas —sonrió Luka señalando a Serge—, este grandote se pasó la mayor parte de las clases roncando.

—Es tú culpa por escoger los últimos lugares —se defendió Serge mirándolo acusadoramente.

—Ya, ya —le dijo intentando calmarlo—. Al menos así recuperarás tu sueño de belleza. Dime, Kai, ¿algo interesante en tu grupo?

—No mucho —respondió el pelirrojo cruzándose de brazos.

Luka sonrió con cinismo.

—Eso me suena a que algo pasa en tu grupo —cantó victoria—. ¡Cuéntanos!

—No.

—¡Oh, vamos, Kai! No puede ser tan malo. ¿O sí?

Pero Kai gruñó y fingió demencia.

Luka alzó una ceja. A veces era divertido molestar a Kai, pero por como lo conocía, esa respuesta significaba que dejara de preguntar si no quería problemas después. Sonriendo como si nada hubiera pasado, Luka decidió cambiar el tema.

—¿Vieron el nuevo look de Tailime el día de hoy?

Alek casi se ahoga con la cuchara que tenía en la boca mientras comía su yogurt. Tuvo que golpear repetidas veces su pecho para intentar hacer pasar la cucharada del lácteo que tenía atorada. Solo hasta que Serge le dio un golpe en la espalda pudo volver a respirar, dándose cuenta de que todos lo miraban extrañados.

—Está echado a perder —se excusó aún tosiendo.

—¿Cambio de look? —preguntó Serge, ignorando a Alek.

—Ahora que lo mencionas, si —Anna lo meditó un poco antes de girarse y mirar a Kai—. ¿Se dejó crecer el cabello?

—Eso, y mama la obligó a usar maquillaje —confirmó el mellizo sin distraerse de su comida.

—Se ve linda —sonrió Luka recargando su barbilla en su mano.

Alek tosió una vez más con fuerza, simulando que aún resentía el yogurt en la garganta. Pero Luka se giró de nuevo a la fila para notar que la chica no estaba sola.

—¿Y ese quién es?

—Es James Grant —les informó Arizona, recargando los codos en la mesa mientras jugaba con una manzana—. Es un chico nuevo, de Londres. Le asignaron a Tailime como guía para aclimatarse a la escuela.

—Vaya —Luka volvió a mirar a Tailime, que caminaba junto al inglés, hacia una de las mesas donde ya los estaban esperando el grupo de amigos de la chica—. Así que tiene guardaespaldas, ¿eh?




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