La Historia Entre Los Dos

19 ⌘ Es mi Hermana, Imbécil

[N.A.: Este capítulo contiene una escena de ataque de pánico. La escena inicia con un doble ⌘⌘ y se resume cuando vuelven a aparecer. Al final del capítulo colocaré un breve resumen de lo que sucedió para aquellos que se sientan incómodos con esas situaciones.]

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—¿Se puede saber porque existe el rumor de que te peleaste con Jayden Rogers por culpa de Tailime Nazarova? —Arizona preguntó en voz baja cuando llegó al salón y se sentó en su lugar, asegurándose de que esta vez Alek no la ignorara como lo había hecho el día anterior. 

Iba a sacarle las respuestas así tuviera que acosarlo todo el día.

—Se lo merecía —Alek se limitó a decir, recargando su mejilla buena en su mano mirando por la ventana.

—¿Entonces si te peleaste por ver quién se quedaba con ella? —Anna preguntó casi trepando por el escritorio para evitar que alguien fuera de su círculo escuchara la plática.

—No fue por quien se quedaba con ella.

Arizona entonces respiró aliviada por la confirmación de Alek.

—Fue por defenderla.

—A Tailime, Alek —Arizona arrastró la última vocal de su nombre como si fuera un martirio—. Creí que estabas saliendo con Isabella.

—No estoy saliendo con nadie —Alek frunció el ceño—. Tú mejor que nadie debería saberlo. Pasas la mayoría del tiempo conmigo.

—¿Qué hay de tus escapadas en el almuerzo? —Anna quiso saber.

—Leo.

—¿Lees? —Arizona repitió—. ¿Qué lees?

—Un libro.

No shit, Sherlock —Arizona giró los ojos antes de volverse a sentar derecha—. ¿Por qué tenías que “defender” a Tailime?

—Rogers dijo cosas que no debería, ¿de acuerdo? —Alek parecía frustrado por todo eso, seguro de que no tenía importancia a final de cuentas—. No iba a dejar que creyera que tenía el derecho de hacerlo.

Arizona se quedó callada, miró de reojo a Anna que parecía tan confundida con ella, pero resopló cansada cuando se dio cuenta que Alek no iba a hablar más.

—Isabella me preguntó por ti, sobre si estabas bien.

—¿Qué le dijiste?

—Que intentaría saber qué había sucedido —Arizona se encogió de hombros mientras sonreía de lado—. Realmente parecía preocupada por ti.

—Estoy bien —Alek desestimó la preocupación—. Se lo diré cuando la vea.

—Bien —con eso Arizona pareció complacida, acomodándose en su lugar antes de que el profesor entrara con el examen en la mano.

Asher, fiel a su palabra, había llegado por ella unos minutos más tarde después de que sonara la campana. Tai respiró aliviada cuando vio la melena negra en la puerta del salón, correspondiendo la sonrisa que su amigo le dedicaba. James no parecía molesto por la presencia de Asher, caminando los tres juntos en dirección hacia la cafetería. 

Asher comenzó a llenar el silencio incómodo que había en el ambiente, quejándose sobre lo difícil que su profesor había hecho el examen de matemáticas, notando que incluso Kai había tenido dificultad para contestar algunas preguntas. James coincidió que el examen no había sido tan fácil como él había creído que sería.

Una vez en la cafetería, Asher siguió a su lado cuando se formó en la fila de la comida, James caminando en silencio detrás de ellos. 

Cuando se sentaron en su habitual mesa, James comenzó a charlar con Emma sobre la posible evaluación de los maestros, y si los exámenes parciales eran así de difíciles, no querían imaginarse cómo serían los semestrales.

Fue por eso que Tai no vio el menor problema cuando se levantó al baño por su cuenta, segura de que James estaba lo suficientemente absorto en la plática como para notar su ausencia.

Pero al salir del baño, una mano se posó en su hombro, asustándola antes de reconocer al inglés parado a un costado de la puerta.

—¿Crees que podamos hablar un momento? —James le preguntó en voz baja, como si temiera que Tai saliera corriendo de ahí en cualquier momento.

No estaba del todo equivocado, ya que Tai lo hubiera hecho si sus pies no se hubieran quedado anclados en el suelo ante la sorpresa de verlo esperándola fuera del baño. 

Tai miró hacia la puerta de la cafetería, con la esperanza de que alguien pudiera salir y rescatarla. En ese punto, incluso se colgaría del brazo de Arizona si fuera ella la que saliera por la puerta. 

Pero temiendo que estuviera exagerando las cosas, y tal vez James solo quería hablar de cualquier cosa, Tai suspiró y le dedicó una media sonrisa al inglés y con la cabeza le indicó que lo siguiera.

Solo fue necesario que salieran hacia el jardín próximo de la cafetería, algo que Tai agradeció, ya que pudo ver a varios alumnos sentados en el pasto mientras comían el almuerzo, evitando estar completamente sola con James. 

Él se detuvo junto a una banca vacía, mirando hacia el horizonte con las manos metidas en las bolsas del pantalón.

Tai aprovechó el pequeño silencio que se tensó entre los dos para sentarse, jugando con las mangas del saco al sentir el aire fresco de la mañana. Otra vez estaba nublado, y el aire comenzaba a ser frío, por eso también se abrazó a sí misma, esperando a que James tomara la iniciativa de hablar.




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