[Se cancela operación Mr. Darcy]
[Tai, Mia, Emma]
[Tai]: Tal vez?
[Emma]: ¿?
[Mia]: Adoro los acertijos de Tailime a las once de la noche.
[Mia]: Léase el sarcasmo.
[Mia]: Ilústranos, Tai. Tal vez…?
[Tai]: Tal vez besé a Ivanov en la biblioteca.
[Emma]: ¿Eso es una pregunta o una afirmación?
[Mia]: NO PUEDES SOLTAR ESO COMO SI NADA Y HACERME CREER QUE NO ES UNA AFIRMACIÓN!
[Tai]: Besé a Ivanov.
[Tai]: Y él me besó a mí.
[Mia]: TAILIME!!!
[Mia]: NECESITO DETALLES YA MISMO.
[Tai]: No puedo.
[Tai]: Es que…
[Tai]: Fue real?
[Tai]: No estoy soñando, verdad?
[Mia]: NO!
[Emma]: Supongo que sigues en shock… si es que realmente pasó.
[Emma]: Mia, mejor déjala descansar. Mañana podrás emboscarla a primera hora.
[Mia]: No voy a poder dormir! No puedes dejarme con esta bomba y pretender que duerma tranquila!
⌘
Tai sintió que la noche había durado solo un minuto. Después de dar vueltas en la cama durante al menos dos horas, intentando encontrar una posición que le permitiera relajarse, se rindió. Se levantó, abrió el cajón junto a su cama y sacó la sudadera que había secuestrado descaradamente durante la semana. La abrazó contra su cuerpo mientras se recostaba otra vez y miraba el techo.
El olor a colonia impregnado en la tela la envolvió al instante. Su corazón comenzó a latir con fuerza mientras los recuerdos de la tarde la invadían uno por uno.
Sonrió, enterrando la nariz en la sudadera.
Alek Ivanov le había vomitado —literalmente— todos sus sentimientos. Había intentado explicarse de forma torpe, insegura y preciosa. Le había confesado que quería invitarla a salir… que estaba enamorado de ella.
Enamorado.
Tai apretó la prenda entre los brazos, soltando un pequeño gemido de felicidad mientras pataleaba contra las sábanas.
Llevaba toda la semana durmiendo con esa sudadera, negándose a lavarla solo para mantener el aroma de Alek un poco más. Y ahora, con solo cerrar los ojos, podía imaginarse entre sus brazos, con sus dedos acariciándole el cabello.
Su rostro ardió al recordar que, aunque Alek la había besado primero, ella fue quien inició el segundo beso… el cual claramente se había salido de control para alguien con tan poca experiencia. Aún podía saborearlo, escucharlo, revivirlo.
Y cuando al fin logró dormirse, abrió los ojos al instante siguiente con la luz colándose por la ventana.
Mientras se abrochaba el uniforme, se dio cuenta de algo: En todos los libros que había leído, las historias terminaban cuando los protagonistas se confesaban su amor. O alguien moría. Pero… ¿y ahora qué?
¿Ya eran novios? ¿Alek debía preguntárselo oficialmente? ¿Su segundo beso había sido una especie de declaración? ¿O se esperaba que ella también lo dijera en voz alta? Gruñó, echando la cabeza hacia atrás. Caminó hacia la cama y tomó su celular.
[Chat con Ash]
[Tai]: Buenos días.
[Ash]: Espero que “buenos” signifique que vas a contarle a Mia lo que sea que estás ocultando. Me estuvo mandando mensajes hasta las dos de la madrugada.
[Tai]: Lo siento…
[Tai]: Solo quería preguntarte algo.
[Ash]: No es tu culpa que Mia dramatice como si fuera su deporte favorito. Qué pasa?
[Tai]: Supongamos que… te besas con Mia.
[Ash]: …
[Ash]: Supongamos que no acabo de leer eso.
[Tai]: Qué te gustaría que Mia hiciera después del beso?
[Ash]: Primero: dejemos de mencionar a Mia en este escenario, por favor. Segundo: a qué viene esta conversación sobre besos?