Encontrar a Mia con el rostro contra la mesa y cubriéndose la cabeza con los brazos fue, para variar, algo inusual. Tai y Emma se sentaron frente a ella, confundidas. A unos asientos de distancia, Harry y Max observaban algo en el teléfono del primero con una sonrisa maliciosa, soltando una carcajada segundos después.
—No recuerdo haberte visto tan mal en las clases de la mañana —comentó Emma, abriendo la bolsa de los cubiertos para el almuerzo.
Mia se quejó otra vez, esta vez con más dramatismo, y aunque parecía imposible, se acurrucó aún más en su escondite de brazos.
—¿Tienes resaca?
—Oh, claro que la tiene —comentó Max, tapándose la boca con una mano para contener la risa.
—Se llama resaca… pero moral —confirmó Harry, soltando una carcajada sin culpa.
—No puedo creer que hice eso... —murmuró Mia sin levantar la cabeza.
—¿Hacer qué? —preguntó Tai, extrañada.
Max, sin decir una palabra, le arrebató el teléfono a Harry y se lo pasó a las chicas con una sonrisa que decía más que cualquier advertencia. Tai lo tomó para que Emma también pudiera ver por sobre su hombro.
Era un video de Facebook. El mismo que Serge había tomado durante la fiesta de karaoke del sábado, mientras Anna hacía su tributo dramático a Lady Gaga. Pero esta vez, el encuadre estaba recortado. Habían hecho zoom en la parte de atrás del salón, justo donde Alek estaba sentado… hablando con Mia.
Cuando Tai le dio play, lo primero que notó fue lo cerca que estaban. Demasiado cerca. Probablemente por el ruido de la música, pero aún así…
Al principio solo hablaban. Nada fuera de lo común. Hasta que Mia estiró un dedo y tocó el brazo de Alek. Su movimiento fue torpe, probablemente por el alcohol, pero el efecto fue inmediato: se estremeció como si le hubieran dado una descarga eléctrica. Lo intentó de nuevo, esta vez con más decisión… y de pronto, sin previo aviso, le rodeó la parte superior del brazo con ambas manos.
Tai escupió el bocado de puré que tenía en la boca, cuidando no manchar la pantalla del celular.
—¡MIA! —gritó Emma, escandalizada, mientras Harry y Max se desternillaban de la risa.
—Ugh… —Mia volvió a quejarse con la frente pegada a la mesa—. Lo siento. No sé en qué demonios estaba pensando.
Tai no dijo nada. Seguía tosiendo, atragantada con el puré que se le había ido por el tubo equivocado. En el video, Alek se reía y Anna le hacía señas para que se callara. Cuando el video terminó, el título del grupo donde se había publicado captó su atención.
—”¿Quién está saliendo con Alek Ivanov?” —leyó en voz baja, frunciendo el ceño.
Harry y Max voltearon de inmediato.
—¡Ah, ese grupo! —explicó Harry, como si se tratara de una clase de historia contemporánea—. Es un fandom que sigue los pasos románticos de tu querido Darcy. Comenzó cuando Alek se besó con Isabella en la competencia de natación. Las chicas se volvieron locas y empezaron a investigar todo sobre él. Pero cuando vieron que Isabella no avanzaba… ¡PUM! Alek sube una foto críptica a Instagram y se desató la locura otra vez. Todas pensaban que se trataba de una universitaria misteriosa.
—Hasta que alguien recordó que Alek había golpeado a Jayden por defender a Tailime —añadió Max, como quien suma evidencia a un caso judicial—. Así que por un rato, tú eras la favorita.
—Hasta este video —concluyó Harry, con tono solemne pero sin perder la sonrisa.
—Las chicas están insaciables —Max se inclinó para abrir el historial de comentarios—. Lo llaman “la peor traición de la historia”.
Tai bajó la mirada y leyó en silencio. Algunos comentarios defendían a Mia, diciendo que el video no probaba nada: solo mostraba un par de toques torpes, no un beso apasionado. Otras especulaban si Tai sabía de ese “encuentro”, considerando que ocurrió justo después del concurso de canto, al que Alek, curiosamente, asistió por primera vez. Teorizaban que él había ido solo para acompañar a Tai… y, una vez con unas copas encima, se acercó a Mia para confesarle sus verdaderas intenciones.
Muchas opinaban que la relación real era entre Tai y Alek, y que Mia estaba traicionando a su amiga. Algunas se preguntaban si eso significaba que había terminado con Asher, pues no los habían visto juntos durante la semana anterior. Ese pequeño sector del fandom defendía a Mia como una “candidata inesperada” para Alek… pero la mayoría no estaba de acuerdo.
—¿En qué estabas pensando, Mia? —quiso saber Emma, mientras Tai seguía leyendo los comentarios que atacaban a la chica por ser una “mala amiga”.
—No estaba pensando, ¿de acuerdo? —Mia se incorporó y frunció los labios con disgusto—. Solo… recordé aquella vez que fuimos a verlo entrenar y casi nos lo comimos con los ojos. Quise corroborar lo firmes que eran esos brazos y, con el tequila encima… se me hizo fácil.
Tai resopló, divertida, mientras Mia volvía a gemir como si deseara desaparecer de la faz de la Tierra. Parecía realmente avergonzada, a pesar de no haber hecho nada malo. Quizás Tai habría hecho lo mismo si alguna vez tuviera suficiente tequila como para tocar a Alek sin sufrir un aneurisma en el proceso.
—¿Y ustedes qué hacen en ese grupo si se supone que es solo para chicas? —Emma cuestionó a los dos amigos, que no dejaban de sonreír.