La Hoja Blanca

Capítulo 25.

Castor los liberó a todos, pero solo eran cuatro. Faltaba uno, le dirigió una mirada a Julian y este le apartó la mirada. No había tiempo, no sabía cuándo iban a volver los Grandes, así que los guio en la dirección opuesta.

Cuando se internaron en el bosque, le dirigió una última mirada al incendio tras él, y deseo con todas sus fuerzas que Mirah lo consiguiese. Era una locura y sin embargo había aceptado, e incluso funcionado. Pero le parecía que la muchacha se había sacrificado en el proceso.

Apretó los puños. Si hubiese tenido un poco más de decisión, si se hubiese negado e incluso hubiese usado su fuerza para someter a Katria, nada hubiese pasado. Pero ahí estaba, una vez más apoyando una locura solo por su imposibilidad de negarse ante los demás.

Que los profundos me lleven pensó Se supone que yo los tendría que haber protegido a todos, soy el más fuerte.

Nadie dijo algo sobre de David, ya no necesitaba preguntar. Suplicó que nadie le preguntase por Mirah, suplicó no dar explicaciones a nadie, no de momento. No quería explicar lo débil que había sido una vez más.

—¿Y Mirah? —preguntó Katria.

Castor se volvió hacia ella. Incluso en la oscuridad su rostro parecía cambiado, más suave y en sus ojos se veía algo… ¿Preocupación?

—Ya hablaremos de eso después —dijo el muchacho—. Tenemos que salir.

—No me iré sin saber que le paso —dijo Katria, interrogándolo con la mirada—. No hiciste esto solo ¿Verdad? ¿Quién te ayudo?

—Ya nos encontraremos con ella, Katria. Ahora tenemos que alejarnos o todo habrá sido en vano.

Katria iba a replicar, pero Mathis se le acercó, y le susurró algo en el odio. La cara de la muchacha se veía furiosa y frustrada, pero guardó silencio. Al parecer su padre le decía a Castor era cierto: ver la muerte tan cerca cambiaba a las personas.

Y Katria la había visto dos veces.

 

Caminaron silencioso por varios minutos, con Castor a la cabeza. Sin previo aviso el muchacho se detuvo. A sus pies había una ladera y el siseo del fuego a lo lejos fue reemplazado por el fluir del agua.

—Busquen sus cosas —dijo.

Silencio.

—Acá nos enfrentamos a él. Sus cosas están tiradas por acá. Tómenlas, ya no hay excusa ni replica. No iremos de acá.

—¿Y Mirah? —preguntó Katria parándose al frente de él—. ¿Dónde está?

Castor desvió la mirada, pero Katria le agarró el brazo y le clavó los ojos. Firmes, interrogantes y acusadores. Castor apretó los puños y habló.

—El plan fue de ella —se excusó—. Esta entreteniendo a los Grandes. Hizo un gran incendio… dijo que escaparía.

—¿Y la dejaste? —preguntó Katria, furiosa—. ¡La van a matar!

—¡Como te dejé a ti venir! ¡Como te hubiesen matado a ti!

—No hay tiempo para esto —dijo Katria y se dio vuelta hacia los demás—: Tenemos que volver, maté a un Grande sola. Estoy segura…

Entonces Castor tiró del brazo de Katria y esta se volvió, las miradas se encontraron, firmes y desafiantes. Hubo silencio por un segundo y Katria abrió la boca, pero Castor, con una imponente voz, una como la que no mostraba nunca la hizo callar.

—Nos vamos —dijo el muchacho—. Se lo prometí a Mirah y me lo prometí a mí. Nunca más los dejaré ser estúpidos, nunca más participaré en una estupidez de este tamaño. Mirah me pasó unas monedas de oro, dijo que fuéramos a Mercel y que ahí nos encontraría si es que lograba salir. No sé cómo llegaremos, pero allí esta Kara, si sobrevivió, ella nos podrá ayudar.

—No voy a dejar a Mirah sola —dijo Katria entre lágrimas—. Esto es mi culpa, yo debería estar siendo perseguida por ellos, no ella.

—Lo sabemos —dijo Julian—. También debiste ser tú la que muriese y no David. Pero acá estamos, y nadie quiere que nos hagas matar por tercera vez. Esto está por encima de nosotros. Hazle un favor a esa chica que trataste tan mal y deja de intentar que maten. Porque si no muere ahora, morirá por tratar de salvarte otra vez.

—Iré sola entonces —dijo Katria—. No me importa, yo la encontraré.

—Voy a llevarte, Katria —dijo Castor—. Quieras o no, tú decides si tengo que llevarte dormida o si nos haces la vida más fácil a todos y te calmas. Yo tampoco quiero dejar a Mirah. Pero tú ya sabías que podíamos morir acá…



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En el texto hay: accion, aventura, amor

Editado: 14.02.2020

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