La huella que dejas

Si supieras quién soy

Si me conocieras mejor, seguramente me dirías que me aferro a las personas.
Si entablaremos una conversación, me dirías que espero demasiado.
Si te preguntara por qué de esa conclusión, dirías que porque mis palabras son un sueño irreal.
Si me vieras, dirías que pareciera que siempre ando sobre una frágil nube.

Y si tuviera suficiente tiempo, argumentaría que no me aferro a las personas... Mucho menos a las que he amado con todo mi corazón. Te diría que soy capaz de desafiar la naturaleza y llorar hacia adentro cuando veo cómo alguien decide ir por su camino soñado sin avisar o avisar al último segundo, aunque eso implique no saber si volverá. Así como consecuencia sea sangrar un largo, doloroso, silencioso e incoloro adiós por cada poro.
Sabrías que a lo único que me aferro son a recuerdos, porque cuando amo a alguien, automáticamente sé que, como yo, esa persona es libre de elegir.

Si miraras con curiosidad, te confesaría que a veces no espero más que lo normal, y que a veces menos que eso.

Si leyeras mi mente, verías que mis sueños no son tan irreales como los has juzgado. Y que si ahí siguen es porque mi esperanza es un largo camino pavimentado y largo por recorrer.

Si mis ojos se cruzaran con tus ojos, verías que mis pies flotan a solo unos centímetros de la tierra, y que mi alma es el ancla en forma de una nube medio densa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.