La huida de la princesa

Capítulo 0

Estaba a unos pasos de mi futuro marido, yo solo me limitaba a avanzar manteniendo aquella falsa sonrisa que tan practicada tenía, mientras reflexionaba en todas las cosas que podría haber hecho mal en la vida para haber llegado a ese momento, el momento en el que una joven muchacha se ve obligada a casarse con un joven muchacho de otro país, creo que no hace falta recalcar que no conozco al muchacho, ni mucho menos el país.

Cada paso que me acercaba, en mi cabeza se retrocedían 10, al fin y al cabo yo era un alma viajera, un alma viajera que solo había bajado por negocios, pero viajera. Si no me alejaba de allí, lo que conseguiría seria estar encerrada en palacio para el resto de mis días, mi sentencia de muerte podríamos llamarlo.

Pero por desgracia no podía salir huyendo, estaba en una boda, y eso no es que fuese malo, lo malo es que era mi boda, y que iba rumbo al altar con mil pares de ojos mirándome. Por mí hubiese huido, y lo se bien, pero no hubiese podido salir de aquella fortaleza. Por lo menos, no en ese instante.

Mientras el sacerdote hablaba y hablaba de temas que no me interesaban en absoluto, yo estaba ingeniando ya un plan. El plan consistía básicamente en huir. De noche eso si. Si bien parecía que por la noche era el momento del día en que más seguridad podría haber, era mentira, solo habían un par de guardias, los cuales sé que podría entretener fácilmente, la cuestión es buscar con que.

-Señorita Salas -dijo el sacerdote haciéndome prestarle atención por primera vez- quiere recibir al señor Archer y prometerle ser fiel en la pros...

Mi cabeza volvió a desconectar no era mi culpa que el sacerdote hablase tan lento, reconozco que también era culpa mía aburrirme tan rápido y por consecuencia dejar de escuchar con una asombrosa facilidad. Supe que había terminado cuando ambos se quedaron mirándome y fue ahí, en ese preciso instante, en el que dije las dos palabras de las que más me arrepiento en mi vida “Si quiero”.

Lo siguiente que se escucharon fueron aplausos, miles de aplausos. Nos dimos un casto beso y nos giramos para salir de allí, cruzando aquel inmenso pasillo por el cual a ambos lados había gente.
Mi sonrisa permanecía intacta. A pesar de que eso no era lo que yo quería, seguía sonriendo, a pesar de que no era mi boda soñada, seguía sonriendo, a pesar de que no era mi príncipe azul, seguía sonriendo. Porque si, de eso se trata ser princesa, se sonreír y quedar bien.

Bueno, más que princesa, acababa de convertirme en reina.



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En el texto hay: huida, amistad amor, traicion drama

Editado: 25.04.2020

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