Mi plan casi no tenia lagunas, y esta vez no iba a cometer los mismos fallos que la primera vez que intenté escaparme.
La primera vez fue divertida y desastrosa a partes iguales, bueno, quizás ganas mas desastrosa que divertida, no vamos a engañarnos. Yo tenia 16 años y mis padres aun seguían vivos, esto, cabe recalcar, fue antes del mayor robo de palacios de la historia, pero esa historia es para mas adelante. Con mis 16 años yo estaba cansada de palacio, de mis padres, de los estudios, de las dinámicas, de las ordenes estrictas, las riñas diarias, el no tener contacto con nadie del exterior... del ser princesa. Mi sueño era ser como las chicas que veía en las series, por la noche y a escondidas, por supuesto, realmente nuestras vidas no eran tan diferentes, solo que ellas, podían salir.
Así que cansada de la vida de princesa decidí que la mejor opción era escaparme, a dónde? Ni idea, donde me llevase el destino supongo. Mi yo de 16 años no tenia las cosas muy claras. La historia no fue muy larga puesto que no cosegui estar fuera de palacio mas de dos minutos. Triste pero cierto.
Pero una vez leí que de todo lo malo se saca algo bueno, y en este caso me ha dado tiempo a reflexionar y a darme cuenta de mis errores.
Error numero 1:
No me llevé ropa, ni siquiera un cambio de ropa interior.
Error numero 2:
No llevaba dinero, como pensaba comer?
Error numero 3:
No había ideado un plan de huida.
Con esos fallos, hubiese tenido que volver a la fuerza, pero no pasa nada porque una aprende de sus errores y no los comete mas de una vez.
Esta vez tenia dinero y ropa, pero solo me quedaba rematar el plan. Había conseguido idear como pasar por todo palacio sin que nadie se diese cuenta, solo quedaba que los guardias de la puerta no se diesen cuenta. Mi primer plan fue ir por detrás del castillo, pero despues recordé que ahí hay un inmenso bosque al cual siempre he tenido cierto respeto y ni siquiera sabia donde llegaría o si incluso llegaría a algún lugar. Así que la opción que veía mas viable era pasar por la puerta.
Tras unas horas pensando planes y sacándole lagunas a todos pensé en hacer sonar la alarma de incendios, con eso no tendría el problema de si alguien me veía por los pasillos. El siguiente plan era dejar a mi esposo encerrado en una habitación, y cuando estubieramos todos abajo, preguntar por el, hacerme como la que me importaba y hacer que los guardias fuesen a buscarlo. Retorcido? Tal vez, pero no me importa.
Así que creo que lo tenia todo. La forma para encerrar a mi marido en la habitación, la forma de salir de palacio, la forma de entretener a los guardias... lo único que quedaba era dejar que el destino me dejase salirme con la mía.
Y ahí iba yo a poner en marcha mi plan, le dije a mi ahora marido de dormir la primera noche en cuartos separados, tradiciones familiares fue la excusa, le di las buenas noches y al cerrar la puerta cerré con llave, el siguiente paso era decirle a los guardias que nadie subiese a la ultima planta ya que no queriamos que nadie pasase por allí.
Y así es como se empieza un plan de huida.
Lo siguiente fue levantarme entrada la madrugada, sacar la mochila que había preparado y dejarla en un rincón alejado del patio. Volví cautelosamente, e hice sonar la alarma de incendios, me quedé en la entrada esperando a que alguien bajara.
-Que esta pasando? -dije haciéndome la alterada al ver a un grupo de empleados bajar las escaleras-
-Es la alarma de incendios, no se que ha podido pasar
todos se veían alarmados, los guardias hicieron que saliéramos al exterior, cuando divisé la posición de todos los guardias, empecé a preguntar por mi esposo y ordene a todos los guardias que fueran a buscarle.
Fase dos realizada con éxito.
Los empleados al ver mi preocupación, intentaron reconfortarme. Mierda así no podía salir de allí, y era ahora o nunca. Les pedí que me dejaran sola, accedieron y me fui al lugar donde había dejado la mochila con mis cosas. Ahora solo quedaba ser cautelosa y salir por la puerta grande.
Y así lo hice, en el momento en el que note que ya nadie estaba pendiente de mi y a sabiendas que los guardias ya habrían encontrado a mi esposo y estarían bajando, aligeré mi paso para llegar lo antes posible a la puerta de salida.
Y en ese justo momento, fue cuando empezó reamente la huida.
Lo siguiente que quedaba era pasar por el siniestro camino que me llevaría a la ciudad, realmente no era tan siniestro, pero siempre me han dado miedo los bosques, son grandes y no sabes lo que se esconde en ellos, además, al ser de noche, le agregaba un plus de misterio y terror.
Iba a paso ligero. En dos ocasiones pasaron dos coches de palacio, solo 4 coches habían ido por mi a la ciudad? Bueno, quizás aun estaban buscandome por palacio. Así que, cuando escuche los coches bajar, me toco, muy a mi pesar, introducirme levemente en el bosque, estuve cerca de un minuto dento de el, pero pareció una eternidad, realmente no entendía mi miedo a los bosques.
Cuando llegué a la ciudad, fue la primera vez, en toda mi vida, que pude respirar tranquila y en paz, si bien era cierto que había bajado a la ciudad mas veces, era la primera vez que lo hacia sola.
Saqué mi móvil, el cual había conseguido despues de la muerte de mis padres, pero que tenia estrictamente prohibido usar mas de 30 minutos al día, y busque cual era el hotel que quedaba mas cerca de mi ubicación, para mi desgracia todos estaban a mas de una hora caminando, pero había uno a 20 minutos, así que, aunque lo que se veía del hotel no era del todo de mi agrado, era mejor que caminar mas de una hora seguida a las 4.28 de la mañana.
Cuando llegue... definitivamente vi que no era el tipo de sitio que me gustaría, pero al ser lo único que podía tener, me tenia que aguantar. Entre y pedí la mejor habitación que tuvieran, la señora me miró extrañada y me contesto con una gran y amable sonrisa que en ese sitio todas las habitaciones eran iguales. Así que tuve que resignarme a coger una cualquiera. La señora me acompañó hasta mi habitación y al llegar me deseó una agradable estancia.
Entré y era, exactamente, lo que me esperaba, algo rural. Lo rural era lo que mas odiaba en el mundo, puede que sea por el haber vivido en palacio toda mi vida, puede ser, pero eso no quitaba que ciertas cosas no me gustaran ni un pelo, pero si deseaba alejarme de palacio, tenia que pasar por ciertas cosas.