CAPITULO 2 - El Pelinegro está herido

CAPITULO 2 - El Pelinegro está herido 

Yo y Dani estuvimos el resto de la noche desinfectando y cociendo las heridas, por el impacto, el joven se desmayo. Aún así aplicamos anestesias y pusimos crema de diclofenaco en todos los golpes.

Dani volvió a su cuarto para conciliar un poco de sueño antes de que amaneciera por completo.

Mientras tanto yo me quede sentada en una silla al borde de su cama.

La luz solar hizo que yo pudiera apreciar sus facciones, ya no estaba cubierto de sangre.

Él era de piel morena, su cabello negro revoloteaba por su cabeza, tenia unas facciones oscuras como sus cejas, pestañas y ojos. Unos labios algo hinchados por el golpe, pero aun así se veían.... mmm...

_Joder_ Necesitaba concentrarme en las cosas verdaderamente importantes

Pero eso no detenía mi mente que analizo parte de su torso hasta el borde que los pantalones jeans rasgados.

—Pecosa, estás aplastando mi mano —Se quejo la áspera voz del chico

Me tomó por sorpresa y casi caí al tratar de recuperar una forma erguida de mi cuerpo.

Yo era una chica considerada pelirroja, aunque detestaba este color rojizo y anaranjado en mi cabeza. Las pecas venían gratis a mi cara, añadiéndome aun más defectos de los que podría tener. Tenía una frente de lampiña y unos ojos marrones claros. Había tratado de marcar mi mandíbula y mi cuerpo con ejercicios de internet, pero en este condado apenas y llegaba señal.

Iba a volverme loca, si no encontraba algo interesante para hacer; pero ese algo ya estaba frente a mi.

— ¿Hola?— Inquirió con un sonido seco de garganta —¿Puedes hablar?

Contuve la respiración y por fin encontré mi voz.

—Si, lo siento — Respondí rápido a la anterior pregunta.

Quería morir de vergüenza

—Bien — Respondió — ¿Dónde estoy? ¿No me secuestraste verdad? .

—¿secuestrarte? ¿Por qué tendría que secuestrarte? — Dije confundida

—¿Y porqué no? — Resopló — Soy tu compañero

—¿Qué? Creo que lo has malinterpretado, estás en un hospital; llegaste anoche con severas heridas y yo...—

Empecé a observar su cuerpo y los pequeños golpes ya empezaban a desvanecerse, como si nunca hubieran estado. Tome una respiración profunda por segunda vez.

Él rápidamente agarro las sabanas que cubrían sus pies y las estiró para que cubrieran su cuerpo. Hizo caer un par de cosas en su desesperado acto.

_¿Qué demonios acababa de pasar? _ Musite para mi misma _ Esta era la segunda vez que veía algo sobrenatural

—Elena, ¿Qué paso? — Pregunto Dani llegando a la habitación con los ojos semiabiertos

—Soy muy torpe, hice caer algunas cosas —Informe y ella asintió saliendo

—¿Elena?—Mencionó preguntando

—Sí, ese es mi nombre. ¿Cuál es el tuyo? — Inquirí

—James... Johan James —

Sus ojos me miraban fijamente, analizando cada una de mis características, me sentía muy observada.

— Y-yo le daré unos analgésicos, para que pueda ir a su casa — Dije volteándome hacia los cajones del mueble más cercano.

Mierda no encontraba las pinches pastillas, y no es porque estaba ciega; sino que sabía que no estaban aquí sino en la mesita de noche al lado de la camilla donde estaba él.

Al estar unos minutos volteada haciéndome a la que buscaba pastillas, llego Dani.

—¿Dónde está? — Preguntó volteándome al sujetar mis hombros

Yo observe la camilla desordenada y la sábana en el suelo. ¿Dónde estaba?

Trague saliva y tuve que mentir

Le acompañe a la salida, su familia vino a recogerle

—¿Su familia?— Inquirió dudosa

—Sí, su hermano. Le di analgésicos y salió

—¿Estos analgésicos?— Señalo los de la mesa, yo era la peor mentirosa. Como abogada seguro moriría de hambre

—Le di unos pocos, su hermano dijo que los compraría el mismo—

—Esta bien, no preguntaré más — Mencionó resoplando — Hay algunos pacientes, ayúdame con eso.

Empecé arreglar la camilla y encontré un escrito en el papel donde se hacían recetarios.

—«Gracias, Elena  ♥ »—

¿Eh?_ Por alguna razón mis mejillas tomaron un color rosado.

James..._ Mencioné su nombre en mi mente

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