La Humana es Mia ( Alpha x humana )

CAPITULO 20 - El secreto de la CARTA

CAPITULO 20 - El secreto de la CARTA

 

ELENA: 

No pasó mucho tiempo antes de que Nick abriera las puertas desesperado. Trajo junto a él dos chicas más que parecían enfermeras por el uniforme. 
—Cámbienla — Ordenó muy alterado y se fue de la habitación .
Pude ver la ropa que traían esas chicas y era un vestido blanco, algo arrugado; peor no estaba tan mal. Aun así ¿Vestido blanco? 
No siempre te vestían de uno así, a menos que sea para un bautizo, o boda.
Y lo último era lo más probable. 
Las chicas pusieron tranquilizante a mi cuerpo, ya que trate de no vestirme con esa falda. Sin embargo, termine vistiendo eso. Una de las chicas salió y trajo a Nick al regresar. 
— Bien todo está listo— Dijo viéndome. 
No podía ni siquiera caminar por la anestesia y Nick me cargo a pesar de que no quería. 
Fui trasladada a hacia un estrado, donde había algunas personas, que al igual que yo parecía haber sido obligadas por sus caras de disgusto. 
-"Por favor sáquenme de aquí"- Rogué en mi mente 
-"Estoy de camino"- Recibí respuesta, la cual extrañamente se escuchaba igual que la voz de James. 
Cada paso que Nick daba cargándome para estar más cerca de esas personas sobre el estrado, era una tortura. 
Mi cuerpo empezó a reaccionar, la anestesia empezaba a pasar, sin embargo aún no podía mover manos y pies. 
Un segundo... Dos... Tres...
Fueron lo que basto para que la puerta de aquel gran salón callera. 
Nick se apresuró a dejarme en el suelo y abrió la puerta de metal detrás de nosotros, de dónde salieron esas cosas. Había casi una decena de ellos, sin embargo no solo parecía ser la manda de James presente, varios rostros de aquella fiesta de gala vinieron a mi mente al verlos. 
Es decena no fue suficiente para todo esos "Alphas" al parecer.  Al recuperar mi movilidad, lo primero que hice fue darle un golpe en sus genitales a Nick y saltar para escapar de estrado, el vestido se rompió debido a los movimientos, pero salí del lado de Nick.

JAMES: 

Terminamos arrestando entre todos, a los miembros que participaron en esta actividad clandestina. Había organizado durante semanas, los cargos para arrestar a Nick, pero justo esa mañana llegaría al ministerio. Por suerte no había sido demasiado tarde, y ahora ya tenía más control del vínculo con Elena. 
Decidí llevarla de vuelta, me preocupé demasiado de que resultara herida, pero lo único herido era el vestido. 
Los demás Alphas se encargaron del asunto mientras volvía con Elena a Canadá. 
Ella pasó un rato por el Hospital para recoger sus cosas, ya que le dije que necesitaba llevarla de nuevo a la mansión por lo requerido en un procedimiento. 
También se detuvo en un supermaket, para comprar lo que necesitaba.
Al volver a la mansión nombré ese lugar como la capital, en vez de la otra casa en el centro del bosque. Participe en la ceremonia de entierro, todo eso había pasado el resto del día. 
Mañana sería "My Dear Love" decidí no posponerlo, ya que fue por mayoría de votos. Al parecer todo esperaban la noche de fuego, pero yo aún tenía miedo de que Elena se enamorara de otro durante ese festival para solteros. 
Así que idea un plan. 
No deje nada de papel en la oficina, también prohibí su uso en la mansión, solo sería un día. Y le dije que no era necesario que participara, si quería podía quedarse en su habitación todo el día. 
Sin embargo cunado amaneció vi mi plan frustrado. Elena se había puesto uno de los vestidos que le había regalo en aquella ocasión para ir al baile. Era uno color plateado, resaltada completamente su cabello color fuego. Estaba más animada que lo de costumbre. 
—Veo que ya llegaron invitados, iré al jardín — La escuche decir en una pequeña conversación que tuvo con la chica que trabajaba en su habitación. 
—¿Elena, por qué la prisa ?- Pregunté pero apenas y me tomo atención, paso por mi lado bajando las escaleras a la mayor velocidad.
La estuve siguiendo el resto del día antes de que oscureciera, para asegurarme de que nadie la molestara, obviamente era por eso. 
Ya era el atardecer lo que indicaba que era hora de abrir las cartas. Una costumbre que se había practicado hace mucho tiempo ya. 
Pero lo más curioso es que pude sentir el olor de Elena proviniendo de una de las cartas, era una carta algo rojiza, parecido al color de su cabello. Lo cual me comprobó que era de ella. 
Voltee para buscarla con la mirada, pero no había su olor presente entre la multitud. Me apresuré a sacar la carta y leerla. 
— «James, sabía que encontrarías mi carta. Sé el secreto que me has estado guardando. Me dijeron que hay un invernadero posterior a la mansión, te veo ahí»




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