Okey, de ahora en adelante me tomaré más enserio las advertencias de Eliot. Porque cuando dijo que era mucha información no lo dijo a la ligera.
—Para comprender mejor la situación es necesarios que comprendas nuestros orígenes.
>>Eleryn es un reino gobernado por descendientes de flamara, una de las deidades más poderosas, y de las principales que ayudó a derrotar al primer dios Omnios. Cada uno de los reinos existentes es gobernado por descendientes tanto de deidades como de los dioses, pero solo Flamara y el dios menor Noctem son quienes fueron bendecidos con la capacidad de residir a la santa. —explica Eliot. —Solo es importante que sepas que Eleryn y Xiatolas, el cual es nuestro reino vecino es nuestro rival debido a que tanto ellos como nosotros somos capaces de poseer a la santa, quien, al despertar, es poseedora de un poder inimaginable.
Abro los ojos al escuchar el nombre del reino de la princesa Lizambar.
Sin embargo, no ha nacido una santa en ciento diecinueve años.
Los dibujos y líneas escritas en la pizarra son aun mas enredadas que su explicación verbal, pero asiento sin interrumpir.
—Nuestra gente, o más bien los nobles purasangre, hace siglos, nacían con la capacidad de controlar los elementos naturales tales como la tierra el fuego, el viento y el agua debido a la bendición que las deidades dejaron como regalo para los descendientes de Flamara, pero actualmente es cada vez más escasa la gente que nace con mana. El rey es uno de los últimos nobles poderosos capaz de utilizar el fuego, así como los duques.
—¿Y Serena? —me aventuro a preguntar.
Eliot niega con la cabeza.
—Nuestro reino ha ido decayendo desde que no ha nacido una santa para bendecirnos. La iglesia en nuestro reino es tan venerada como la realeza debido a los milagros que podían realizar gracias a la santa, pero eso no quiere decir que sobrepasen la autoridad del rey. Pertenecer a la iglesia es un honor y solo los elegidos pueden ingresar.
Al escuchar el nuevo termino alzo la mano. Me ruborizo cuando Eliot calla y asiente. Dándome la oportunidad de hablar.
—¿Hay alguna diferencia entre poder mágico y mana? Porque creo que ya me confundí. —admito con vergüenza.
Eliot me sonríe antes de tomar aire y comenzar a hablar nuevamente.
—El mana es algo con lo que naces, es como tu energía vital. Por ello, dependiendo de la familia en la que naces se dará afinidad a un elemento. La realeza nace con la afinidad del fuego, el ducado Hess con la afinidad del agua, el ducado Klein con la afinidad al viento y el ducado Soren con la habilidad de la tierra.
Asiento esperando más explicación.
—Por otro lado, el poder mágico se manifiesta, es como un despertar. Las personas corrientes a una cierta edad que por lo general es la adolescencia, despiertan su poder mágico que es como un recipiente dentro de sus cuerpos. Algunos poseen un recipiente más grande y por ende tiene mucho poder mágico, así como algunos tienen otro más pequeño. Dependiendo del tamaño de tu recipiente puedes lograr más o menos cosas. Los magos que residen en la torre por lo general son los que poseen los recipientes más grandes y son capaces de experimentar y crear cosas. Los que ingresan a la iglesia por lo general poseen un poder mágico con afinidad por la curación y su poder mágico no es muy grande.
—¿Entonces no existen los doctores? —pregunto curiosa.
—Claro que hay doctores, pero son escasos ya que la gente tiende a confiar más en la iglesia para curarse.
—¿Entonces la iglesia es como un hospital más eficiente? ¿No seria mejor que fueran médicos ya que están más familiarizados con la curación?
Eliot ríe un poco y luego niega.
—Comprendo tu lógica. No obstante, la iglesia no solo está centrada en la curación de las personas. También es la encargada de enseñar y albergar a los huérfanos en los diferentes orfanatos a lo largo del reino. Y aparte de eso, también son los encargados de ser los intermediarios entre las deidades y nosotros. Son los intérpretes de oráculos.
Frunzo el ceño.
—Pero dijiste que las deidades se fueron a dormir. —lo contradigo.
Eliot asiente.
—En efecto están dormidas, pero eso no quiero decir que nos hayan dejado a nuestra suerte. Somos el reino que vive menos y en sí el más caótico, pero también somos los favoritos de las deidades. Están siempre protegiéndonos. ¿de que otra forma crees que hemos sobrevivido? Los demás reinos prefieren ignorarnos antes de invadir nuestro territorio.
Un escalofrío me recorre. No sé si sentirme feliz o triste con esa afirmación.
—Ya, creo que entiendo un poco su historia. La nuestra en mi mundo es más sencilla de comprender, pero me hago una idea de estos dioses. Aun así, no sé cómo eso explica su relación con Serena y como hay alguien que la odia.
La mirada de Eliot se ensombrece.
—Esto que te voy a decir son sospechas. No he logrado averiguar más cosas sobre esto, pero compartiré lo que pueda contigo.
—Okey, por alguna razón me estoy sintiendo nerviosa. —admito y me siento más derecha.