Mientras miraba por la ventana, las imágenes de su relación con Liam comenzaron a fluir como una película en su mente. Recordó los días de verano en los que pasaban horas hablando, riendo y soñando sobre un futuro juntos. La promesa de amor eterno parecía tan real y palpable. Sin embargo, todo cambió una noche fatídica.
- ¿Por qué tuvo que irse? - murmuró Jane para sí misma, sintiendo cómo la tristeza la envolvía.
La decisión de Liam de marcharse había sido repentina. Su familia había estado involucrada en un mundo oscuro, y él había sentido la presión de asumir un papel en la mafia, algo que Jane nunca había imaginado. La noche en que él le dijo que se iría, sus corazones estaban llenos de promesas rotas y sueños desvanecidos. Las lágrimas en los ojos de Jane y la angustia en el rostro de Liam eran recuerdos que la atormentaban.
- Nunca debí dejarlo ir- pensó Jane, sintiendo un nudo en el estómago.
La llegada de Lya interrumpió sus pensamientos. La mirada preocupada de su amiga la atrajo de vuelta a la realidad.
- Jane, necesito hablarte sobre Liam- comenzó Lya, sentándose frente a ella. - He estado en contacto con él y... hay algo que debes saber.-
Jane la miró, sintiendo que su corazón se aceleraba.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó, intentando mantener la calma.
- Liam está comprometido. - Lya dijo con el rostro serio. - Se va a casar con una mujer para asumir el cargo de rey de la mafia. Su familia necesita una figura sólida y él... él se siente obligado a cumplir con eso.
Las palabras de Lya golpearon a Jane como un puñetazo. La idea de que Liam, el chico que había amado con toda su alma, ahora se iba a comprometer con otra persona la llenó de un dolor indescriptible.
- ¿Por qué no me lo dijo? - preguntó Jane, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.
- No lo sé, Jane. - Lya suspiró. - Creo que él no quería lastimarte, pero también estaba atrapado en su mundo. La mafia tiene sus propias reglas.-
Jane sintió que el aire se le escapaba. La confusión y la tristeza se mezclaban en su interior, creando un torbellino de emociones.
- ¿Cómo puede hacerme esto? - murmuró, presionando los labios contra la taza de café, como si el calor pudiera calmar el frío que sentía en su corazón.
- A veces, las decisiones no son solo personales. - Lya le habló con suavidad. - Liam siente que no tiene otra opción. Su familia lo necesita.-
Mientras escuchaba a Lya, Jane se dio cuenta de que sus sentimientos por Liam nunca habían desaparecido, solo habían estado ocultos bajo la superficie. La idea de que él estuviera con otra mujer, comprometiéndose a un futuro con ella, la llenaba de ira y tristeza.
- Lo amé tanto, Lya. - confesó Jane, con la voz quebrada. - Y ahora parece que todo lo que tuvimos no significó nada para él.-
- No es eso. - Lya le tomó la mano, buscando consolarla. - Lo que tuvieron fue real, pero la vida a veces nos lleva por caminos que no elegimos.-
Jane miró a su amiga, sintiendo cómo la angustia la invadía. La lucha interna era abrumadora; por un lado, quería que Liam fuera feliz, pero por otro, no podía evitar sentir que había perdido una parte importante de sí misma.
- ¿Y si nunca puedo dejarlo ir? - preguntó Jane, sus ojos llenos de lágrimas. - ¿Y si siempre estoy atrapada en este ciclo de nostalgia y dolor?-
Lya sonrió con tristeza, sabiendo que las heridas del corazón no sanan fácilmente.
- Solo tú puedes encontrar esa respuesta, Jane. Pero recuerda, está bien sentir. Está bien luchar con esos sentimientos. Lo importante es que no te pierdas a ti misma en el proceso.-
Mientras el sol se ponía en el horizonte, Jane se dio cuenta de que, aunque los fantasmas del pasado la atormentaban, también le daban la oportunidad de reflexionar sobre su vida y lo que realmente deseaba. La revelación sobre el compromiso de Liam la había sacudido, pero quizás era el momento de hacer las paces con su pasado y encontrar el camino hacia adelante.
Jane tomó una respiración profunda, sintiendo que la tristeza comenzaba a transformarse en determinación. No podía controlar las decisiones de Liam, pero sí podía decidir cómo seguir adelante con su propia vida.
- Tal vez sea hora de liberarme de los fantasmas. - pensó mientras miraba por la ventana, observando cómo el cielo se oscurecía poco a poco. - Es hora de encontrar mi propio camino.-