El aire estaba cargado de tensión en la oscuridad de la noche. La mafia rival había comenzado a notar el ascenso de Jane y Liam en el mundo del crimen, y las consecuencias estaban a la vuelta de la esquina. Desde que Jane había asumido su papel como reina de la mafia, su influencia había crecido, y con ello, la envidia y el odio de sus enemigos.
En una reunión clandestina, los hombres de Valeria discutían los movimientos de Jane y Liam.
-No podemos permitir que sigan creciendo- dijo uno de ellos, su voz baja pero llena de furia.
-Si dejamos que esto continúe, perderemos todo lo que hemos construido-.
-Están empezando a ganar aliados en el negocio. Necesitamos hacer algo antes de que se fortalezcan más- añadió otro, el nerviosismo evidente en su tono.
Valeria escuchaba en silencio, su mente maquinando. Sabía que Jane había desafiado su autoridad y eso no podía quedar sin respuesta. -Necesitamos un golpe fuerte, algo que les haga entender que no pueden jugar en nuestro terreno- dijo Valeria, su mirada oscura y decidida.
Mientras tanto, Jane y Liam estaban en su oficina, revisando nuevos contratos y alianzas. La atmósfera era de confianza y emoción, hasta que un grito desgarrador resonó en la calle. Jane se asomó por la ventana y vio un coche negro acercarse rápidamente.
-Liam, algo no está bien- dijo Jane, su voz tensa.
En ese momento, un grupo de hombres armados salió del vehículo, y Jane sintió que el miedo se apoderaba de ella. -¡Corre, Jane!- gritó Liam, empujándola hacia el fondo de la oficina.
Pero no era suficiente. Los hombres irrumpieron en el edificio, disparando a su alrededor. Liam se interpuso entre Jane y el peligro, mientras ella buscaba una salida. En el caos, un disparo alcanzó la pared justo al lado de ella, y el sonido del cristal rompiéndose resonó en sus oídos.
-¡No te preocupes por mí! ¡Sal de aquí!- le gritó Liam, mientras intentaba contener a los atacantes. Jane sintió un impulso de valentía, sabiendo que su vida y la de su familia estaban en juego.
Después del ataque, Jane estaba decidida a poner fin a la guerra. Sabía que enfrentar a Valeria era inevitable. Con el corazón latiendo con fuerza, se dirigió a la guarida de Valeria, un lugar oscuro y peligroso donde se gestaban los planes más nefastos.
-Valeria- llamó Jane, su voz resonando en la sala. -Es hora de terminar con esto-.
Valeria apareció desde las sombras, su mirada fría y calculadora.
-¿Jane? ¿Tan valiente como para venir aquí sola? ¿No tienes miedo de lo que podría pasar?-
-Lo que temo es que sigas amenazando a mi familia. No tengo miedo de ti- respondió Jane, su voz firme.
-Esta guerra tiene que terminar. Solo hay un lugar para una reina en este juego, y no serás tú-.
Valeria soltó una risa burlona. -¿Realmente crees que puedes deshacerte de mí tan fácilmente? He construido un imperio, y no dejaré que una novata como tú me lo arrebate-.
Las tensiones se dispararon y, antes de que Jane pudiera reaccionar, Valeria desenfundó una pistola.
-Si quieres terminar esto, hagámoslo de una vez- dijo, apuntando a Jane.
Jane sintió el sudor frío recorrer su espalda, pero no iba a retroceder. Sacó su propia pistola, los dos cañones apuntándose mutuamente en un duelo mortal. -Esto no es solo un juego, Valeria. Es mi vida, y estoy dispuesta a luchar por ella-.
Las balas comenzaron a volar, el sonido de los disparos resonando en el aire cargado de furia. Jane se movía con agilidad, esquivando los disparos de Valeria mientras buscaba una oportunidad para contraatacar.
En un momento de distracción, Valeria logró golpear a Jane en el rostro, dejándole una marca que ardía como fuego.
-Eres fuerte, pero no lo suficiente- dijo Valeria, su sonrisa burlona iluminando su rostro.
Jane sintió la ira crecer dentro de ella. -No sabes con quién te estás metiendo- respondió, su voz cargada de determinación. Con un movimiento rápido, disparó, y la bala alcanzó a Valeria en el hombro.
Valeria, herida, retrocedió hacia el borde del acantilado que se encontraba en la parte trasera de su guarida. -¡No puedes hacer esto, Jane!- gritó, su miedo finalmente revelándose.
-Es hora de que pagues por todo el daño que has causado- respondió Jane, avanzando con seguridad.
En un último intento de mantener el control, Valeria disparó, pero Jane fue más rápida. Con un tiro certero, hizo que Valeria perdiera el equilibrio, y en un instante, Valeria cayó por el acantilado, desapareciendo en la oscuridad.
Jane se quedó allí, respirando con dificultad, su corazón latiendo con fuerza mientras la adrenalina comenzaba a desvanecerse. Su rostro ardía donde Valeria la había golpeado, pero no había tiempo para lamentaciones. Sabía que debía regresar a Liam y a su familia.
Al salir de la guarida, se encontró con sus hombres.
-¡Está hecho! Valeria ya no es una amenaza- les dijo, su voz firme.
-¿Y usted? ¿Está bien?- preguntó uno de sus hombres, observando la marca en su rostro.
-Estoy bien. Pero debemos mantenernos alerta. La guerra tal vez haya terminado, pero debemos estar preparados para cualquier consecuencia- dijo Jane, sintiendo la responsabilidad de su posición.
Cuando llegó a casa, Liam la estaba esperando. Su expresión cambió al ver la marca en su rostro.
-¡Jane! ¿Qué ha pasado?-
-No te preocupes, estoy bien. Valeria ya no es un problema- respondió Jane, tratando de calmarlo.
-¿Qué hiciste?- preguntó Liam, su voz llena de preocupación hacia ella.
-Lo que tenía que hacer. No podía dejar que siguiera amenazando a nuestra familia. La guerra terminó- dijo Jane, sintiendo la fuerza de su decisión.
Liam se acercó y la abrazó con fuerza. -Eres increíble, Jane. Pero no quiero que te pongas en peligro otra vez. Te necesito a mi lado-.
-Siempre estaré a tu lado, Liam. Juntos, somos invencibles- respondió Jane, su corazón lleno de amor y determinación.