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Extrañaba llegar a su casa y que su madre lo recibiera con un gran banquete, extrañaba pelearse con su hermano mayor, extrañaba ir a la escuela y poder aprender sobre el origen de su magia, extrañaba su vida de antes.
El venía de una familia de brujos con un gran poder y sabiduría, eran los únicos
Antes de que ellos la crearán.
Einar iba sumido en sus recuerdos sin prestar atención al joven que lo empezó acompañar desde hace una hora y media.
—Definitivamente eres una presa muy fácil para aquel ser que te quiera cazar, brujo.
Sobresaltado y asustado Einar volteo a su derecha para encontrarse con un joven pálido, de cabello negro, sus ojos eran azules con motitas negras los cuales lo miraban divertidos, sus hombros eran anchos y tenía músculos cosa que el no, en sus ojos se mostraban las grandes luchas que tubo que tener para sobrevivir aparte de que lo delataba una pequeña cicatriz en su mejilla izquierda.
Un demonio
Pensó mientras daba un paso atrás y su mano izquierda iba directo a su espalda donde descansaba una pequeña navaja.
—¿Quién eres?—pregunto analizandolo en busca de que el quisiera hacerle algo, claro que el demonio le tenía ventaja, mucha ventaja.
—Tranquilo brujito, si quisiera hacerte daño ya lo hubiera hecho desde que saliste de esa cueva—habló levantando sus manos en son de paz, sin perder esa sonrisa divertida.
Einar se sorprendió de que no se hubiera percatado de la presencia de un demonio.
—¿Quién eres?—volvio a preguntar.
El demonio bufó bajando sus manos y deteniéndose.
—Bien, me presento—dijo—Soy Daven McGill y como habras notado soy un demonio, el único que queda—lo último lo dijo con amargura.
Sin saber porque se vio contestando con amabilidad cosa común en el, no sabía porque pero ese demonio le inspiraba confianza.
—Un gusto, soy Einar Gronnell, un brujo.
Daven alzó las cejas sorprendió al escuchar su nombre.
—Gronnell, el último brujo de toda tu familia, vaya creí que estabas muerto—comento el demonio.
—¿Encerio?
—Claro, todos piensan que Neftalí l y Viggo l te habían matado después de ese día.
Sin saber que responder a su comentario Einar siguió su camino con el demonio siguiéndole.
Algo le decía que ellos serían muy buenos amigos.
...
—Mi señor, hemos detectado movimiento, uno muy leve en la zona sur.
Viggo lV, volteo hacia su mejor guardia.
—¿Crees que sea ella?—pregunto.
—No estamos muy seguros el movimiento fue leve, los guardias encargados dicen que solo sintieron el ambiente frío, cuando estaban matando a un lobo Omega, no vieron nada y el marcador solo marca tres segundos de movimiento, mande a unos guardias a investigar, espero sus órdenes, mi señor—hablo el chico cabizbajo demostrando su respeto.
Viggo lV volteo hacia el ventanal que le daba una vista extensa del bosque.
—Bien, ella no es, mi padre dijo que el tiempo maximo que daba como pista era un segundo y medio, a sí que debe de ser otro ser, busquenlo y traiganlo hacia mí, nos puede servir para algo.
—A sus órdenes.
Y dicho esto se Gill se fué.
...
Beta llegó corriendo a la cueva donde se estaban quedando, sus ojos estaban llenos de lágrimas y solo rogaba para que nadie la aya seguido.
—¿Bera, que pasa?, ¿Te hicieron algo?—pregunto Gardar asustado viendo a su amiga.
—No—hablo con dificultad—Vi...Vi como mataban a un Omega,Gardar—sollozo.
Gardar apretó sus puños al saber que más lobos eran asesinados y el no podia hacer nada.
Y maldijo el día que La Inmortal nació, porque gracia a ella su familia estaba muerta, miles de seres sobrenaturales estaba muertos, encerrados en los laboratorios de los humanos, o escondiéndose, cuando antes no era así.
Antes había paz, por parte de los humanos y por parte de los seres sobrenaturales.
Y ahí viendo a su amiga desecha y a su mate dormida con su hijo en su vientre se juro hacer lo que fuera por su familia, ya no iba a caer, se juro que si un día veía a la Inmortal la mataría muy lentamente como se merecía.