La inspiración de Axel Malik

Capítulo dieciocho.

I'm still holdin' on to everything that's dead and gone,

I don't wanna say goodbye, 'cause this one means forever

-In The Stars.

 

Axel.

Viola tenía la entrada prohibida en la clínica, si la ven a ella o a mi padre seré avisado inmediatamente. Margot estaba estable y con los ojos abiertos nuevamente, sin embargo, seguía sin recordarme del todo. Ha despertado diferente, estos días que he ido a verla la he encontrado perdida en sus pensamientos.

Las enfermeras me dicen que ya ni siquiera se interesa por las cosas que antes le gustaba, como ver su programa favorito o tejer. Estaba jodidamente preocupado, y lo que necesitaba para confirmarme a mí mismo que mi abuela no está del todo bien fue cuando la llamé abuela y se alteró tan fuerte que tuvieron que sedarla. Eso no había pasado antes, al menos no de una manera tan grande.

Audrey también la visitaba, e incluso Thor había sido su visita una vez. Solo que esa fue la última ya que los animales se encuentran prohibidos en la clínica.

Las pinturas se vendieron más rápido de lo que esperaba, Andrés dejó dicho que habían sido compradas por alguien con anonimato. No me gustó no saber hacia cuáles manos se irían, pero ya estaba hecho.

Me había deshecho de ella y su recuerdo al venderlas todas.

Excepto una.

La pintura donde la había plasmado completamente desnuda y sin su rostro visible para que nadie supiera quién era la mujer de los cuadros, no era nada erótico. Fue la manera de hacer ver la belleza de su cuerpo, con acuarelas y un cuadro. Nadie sabría quién es porque así me encargué, además de que ella nunca se enteró ni se enterará de esas pinturas.

Sería una falta de respeto a su cuerpo y privacidad.

En cambio, las que fueron ya vendidas no eran nada respecto a su cuerpo desnudo. A excepción del cuadro con sus ojos azules en grande.

Inhalo, tomando una larga respiración antes de dejar todo en su lugar. Estaba teniendo un bloqueo nuevamente, volvía a tener horas en donde me sentaba delante del caballete con un montón de papel en blanco esperando ser algo más que papel.

Cuando comencé a pintar, comencé a hacerlo sobre mi vida en general. La colección "desdichado" dónde siempre había un pequeño niño en medio de la oscuridad y el abandono, era el ejemplo de mi vida con mis padres al momento de que decidieron alejarme de mis abuelos.

La colección "trébol" era de el mismo niño pero más pequeño repleto de flores en un jardín y brazos sosteniéndolo mientras parecía moverse entre ellas. Representando el apoyo y la confianza con la que había crecido al estar con mis abuelos.

Pude haber estado pequeño, pero el corazón nunca olvida dónde está su hogar.

—¿Axel? ¿Estás ahí adentro?

Ruedo los ojos, digamos que Audrey ya se volvía un poco molesta.

—Sí.

Me encamino a la puerta, en cuanto la abro sus ojos intenta ir un poco más allá de mi cuerpo pero no se lo permito. Salgo cerrando la puerta detrás de mí con llave, misma llave que introduje en mis pantalones bajo sus narices y su cejas fruncidas al instante de cerrarla.

—¿Cuándo me dejarás entrar?

—Nadie entra ahí aparte de mí.

—A Thor lo dejas entrar.

—Thor no habla —alzo los hombros con indiferencia—. Y no todo el tiempo entra, solo cuando quiere pintar conmigo.

Entrecierra los ojos sin poder creerme, pero no me importa. Cuando digo que Thor pinta es porque lo hace, toma el pincel con su hocico y se divierte trazando líneas de un lado a otro.

La prueba está en la destacada de mi Instagram con su nombre y en algunas fotos también.

Mi Instagram... la chica con la que solía escribirme ya ni siquiera responde mis mensajes. Y no lo hará porque su perfil ya no se encuentra disponible.

Bonita mierda.

Eso por alguna razón me molestaba, es decir, ¿qué había pasado para que decidiera eliminar su Instagram de la noche a la mañana sin avisar una mierda?

¿Por qué debería de avisar?

—Ven, quiero que conozcas a alguien.

Pestañeo dejando mi pregunta sin respuesta, camino detrás de ella. Audrey ha estado inquieta y nerviosa, y es raro de ver porque en el instante que la contraté se volvió la pared fría como los medios suelen decirle.

Y ahora parecía estar a punto de entrar en crisis. Y si ella hace eso, me arrastra consigo.

—Tranquilízate, me estás estresando.

—Estoy estresada, así que estrésate para que estemos los dos jodidamente estresados.

Oh, y seguía diciendo malas palabras. Creo que incluso Thor comienza a acostumbrarse, ya no suelta un ladrido en cuanto la escucha decir alguna.

Relamo mis labios, ocultando una sonrisa que delata que me estoy riendo de ella y su estado.

—¿A quién quieres que conozcas?

Obtuve la respuesta en cuanto entré en mi sala, un hombre de traje y corbata con un portafolio. Y en cuanto mis ojos dan con sus anteojos y ojos verdosos mucho más oscuros que los de Michelle, lo miro de arriba abajo deteniéndome desde sus zapatos brillantes hasta las hebras rubias oscuras, aprieto la mandíbula porque sé quién carajo es.

—Te presento a Harold Lee.

—Sé quién es —digo acercándome—. ¿Qué hace aquí?

Se levanta, acomoda su traje para luego acercarse y extender su mano hacia mí. La acepto sin dejar de mirarlo y de paso recordando las pequeñas conversaciones entre Michelle y yo sobre lo que le mandaba a decir Arthur Müller con su abogado.

—Harold Lee. Soy el abogado de, ahora difunto, Theodore Malik.

Mi cuerpo se tensa ante el nombre de mi abuelo salir de su boca, busco con la mirada a Audrey quien había corrido hacia la cocina y se encontraba haciendo algo en ella. Ahora literalmente vive aquí.




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