La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 8

Hamburguesas

Si. Ese fue el menú de aquella noche.

¿Lo culpan? Eran las tres de la madrugada de un lunes. No es que hubieran muchas opciones abiertas tampoco...

Lyra jamás había visto a James comer comida rápida. Peor una hamburguesa, casi como si fuera un simple mortal, una persona mas del montón, alguien común y corriente comiéndose un pedazo de pan con carne. No es que ella considerara eso una mala comida, ah decir verdad ella comía lo que sea. Pero no James.

El tipo tenia un chef personal que solía hacerle y planificarles todos sus almuerzos. Un menú específicamente solo para el. Lleno de verduras, y proteínas. Un menú totalmente variado, balanceado y nutritivo. No sabia que el pudiera consumir algo que no saliera de sus manos.

-¿No te gusta?- entonces su pregunta la sorprendió -No has empezado a comer aun.

-Oh no… no es eso -habia estado distraida solo viendolo. Entonces Lyra tomo su hamburguesa con las dos manos. Si, con sus manos. No iba a usar cubiertos para tragarse una hamburguesa. No importaba lo que James dijera al respecto. No lo haría.

-¿Por qué pediste cuatro?

James miro hacia la comida – mira la porción, es ridículamente pequeña. No creo que esto llene a nadie.

-A mi me llena una -admite ella. -además, si como más de la energía que gasto subiré de peso

Eso llamo la atención del muchacho -no sabia que te preocupabas por eso. La apariencia, digo.

-No hablo de eso. -negó – Tu trabajas mucho. Antes del trabajo te levantas temprano todas las mañanas y vas al gimnasio. Tu debes comer. Uno debería comer proporcional a la energía que gasta. Si yo consumo mas energía de la que gasto entonces ahí está el problema. Como comprenderas, no salgo mucho de casa, y en mis tiempos libres solo estoy leyendo. No son actividades donde te muevas mucho que digamos -lo pensó – bajo mi lógica funciona así.

James pensó que esta charla sobre la salud era curiosa. -tampoco comemos esto todos los días. Mucha grasa hace daño

-Por eso tienes gente que cuida tus comidas

-También cuidan las tuyas

Ella se removió incomoda en su silla. -S-si... - dijo. Ella no podía delatar a sus amigos de la cocina al confesar que muchas veces le dejaban comer lo que quisiera

-Límpiate las manos. -le tendió una servilleta

-No soy como tú. Yo no voy a usar un tenedor y un cuchillo para cortar el pan -dijo tomandola

-Tampoco juzgaría a quien no lo hace. -dice – supongo que es la costumbre

-Andrea una vez me dijo que conoció a un amigo que trabajaba en una bodega. Que el comía muchísimo porque gastaba mucha emergía cargando paquetes y demás. Sacos y sacos de cosas. Pero que aun así cada vez seguía enflacando mas

-¿Tu punto?

-Ve a un nutricionista.

James ríe. Increíble. Lyra jamás lo había visto reír. O al menos no desde hace muchos años. Cuando era pequeño recuerda haberlo visto sonreír un par de veces y contadas.

-Quizás tengas razón. -dijo el y le dio un sorbo a su refresco

Lyra estaba asombrada. James jamás le había dado la razón en nada. Quizás era un buen momento para traerle la propuesta de Andrea. Al menos dejarle la puerta abierta

-James, -lo llamo -¿tu tienes novia?

El muchacho se atraganto con la bebida. -¿q-que…?- y en medio de su tos logra murmurar eso hasta recuperarse

-Es decir…-entonces recordó aquella revista – hay una nota en la noticia sobre una estrella de cine muy famosa. Insinuaban que ustedes dos... Bueno... no recuerdo su nombre. La mujer de cabellos oscuros.

James solo observo a Lyra sin hacer ninguna expresión

-¿Son novios?- primero quería salir de la duda antes de siquiera pensar en traer a Andrea en la conversación

-No. No somos novios -se limpio la boca con su servilleta de tela – es solo una nota amarillista. A la prensa le encanta exagerar las cosas. Me ven hablando con cualquier mujer y ya quieren emparejarme con esta

Entonces Lyra pensó astuta -sí, pero… sería bueno para ti tener una compañera

James la miro curioso ahora -¿insinúas?

-¿Qué?

-A donde quieres llegar ¿quieres proponerme algo?

-Bueno… algo así…

Y por unos segundos el corazón de James se confundió de una manera esperanzadora y maravillosa. Miedo, pero anhelo. -Dime. Suéltalo ya.

-Bueno… pienso que a veces es bueno tener a alguien con quien compartir… -miro a su alrededor – todo esto.

James tambien miro a su alrededor, a la gran mansion donde vivian. « Ya la compartimos » penso el

-Es genial realizar logros y mas genial aun compartir toda aquella felicidad con alguien. Alguien a quien conozcas desde hace ya muchos años. Y yo estaba pensando…

-¿Si?- y la ilusión. Como si su corazón estuviera amenazándolo con salírsele del pecho.

-Estaba pensando que… -bajo la vista, se armó de valor y la alzo rápidamente soltando las palabras -que quizás podrías invitar a Andrea a una cita.

Y aquello lo golpeo de lleno. Molestia, y decepción -¿Andrea?- soltó casi ofendido

-Si bueno… la conoces desde hace muchos años. Y… quizás el hecho de que siempre este conmigo no te deja verla aun bajo otra luz. Pero si sales con ella y se conocen mas... Andrea es exitosa, y también es muy hermosa y…

Entonces escucho a la silla chillar, y ella se callo de golpe. James se había levantado. No la miraba. Tenia la cabeza cabizbaja y sus cabellos oscuros le impedían ver su mirada

-¿James?- ella se levanto suavemente

Entonces el muchacho se movió. Camino hacia ella con paso firme y decidido. Una de sus manos se poso sobre su hombro empujándola un poco hacia atrás, haciendo que el cuerpo de ella se estrellara contra el filo de la mesa y con el nuevo peso de su cuerpo cubriendo el suyo -J-james... y-yo... yo no queria... -habia murmurado. Pero ya era demasiado tarde para retractarse. Pues luego de eso no pudo decir nada más, porque James Brown la había besado.




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