La intrusa en la casa del millonario

Capitulo 11

-¿Poque almorzaste sin mí?- pregunto horas más tardes cuando regreso a su oficina -las encargadas me dijeron que te vieron bajar. Pensé que me esperarías

-¿Todos los trabajadores esperan a su jefe para poder almorzar? -pregunto

James hizo una mueca extraña – no... -contesto

-Bien- entonces fingió seguir limpiando y acomodando unas carpetas

El joven del traje suspiro – te enseñare otra cosa

Ella volteo hacia el -dime.

Entonces al ver que ella no lo miraba dijo – si estarás con esa actitud quizás sea hora de que te mande por hoy a uno de los otros departamentos. Cualquiera menos el mío

-De acuerdo -fue lo único que contesto. Y siguió con su indiferencia. Su alejamiento

James soltó un bufido- bien

Y el resto del día la joven paso en el departamento jurídico. Aprendiendo a identificar documentos, leyes, como hacerlos, los modelos, que debía editar. Y demás cosas.

Las horas del día pasaron rápido. Y cuando la jornada laboral llego a su fin. James paso por ella para recogerla.

Solo con verlo parado en la puerta ella sabía que estaba aquí por ella. Como quien recoge a un perro.

Se levanto. Se despidió de todos, y del jefe de ese departamento para unirse con la persona que mas la odiaba en el mundo.

Caminaron juntos hacia el ascensor

-¿Qué tal? ¿aprendiste algo?

-Si. -contesto cortante

-¿Qué te pareció el trabajo?

Una pregunta abierta. Muy listo.

-Bueno. Me parecio muy bueno

James enarco una ceja hacia ella. Se estaba empezando a molestar. El comportamiento de Lyra siempre era un misterio para él. No sabia que hacia exactamente para fastidiarla tanto.

Estando dentro en el ascensor el dijo -¿estarás así todo el día de todos los días?

-No.

-Pues mas vale que no. -concordo -Pon una buena cara y responde con buena actitud.

Ella solo le volteo los ojos. Y eso había sido el colmo.

La mano de James se fue hacia el botón del ascensor y este se paro de golpe.

Lyra se tambaleo un poco hacia adelante por lo brusco del detenimiento, pero no cayo. Lo miro despertando por fin de su molestia -¿Qué estas habiendo? ¿Por qué has parado…?

-¿Te crees que estoy jugando?- la confronto -¿te parece divertido burlarte de mi hasta en mi propio trabajo? En la casa es una cosa, pero ¿Aquí?

No entendía el por que le reclamaba. ¿burlarse ella de el?

Frunció el ceño recordando lo de la tarde -No seas tan hipócrita -le soltó

El pareció descolocado. Normalmente Lyra jamás lo insultaba. Nunca. -¿Qué?

-No deseo que me trates como un juguete. Estoy harta de eso. Entiendo que me odies, o no me soportes. Se que no tienes porque hacerlo. Solo bastaría con que me botes de tu casa. Solo sáqueme de ahí a patadas y no habrá pasado nada aqui. Y todo se acabaria. Tu serias feliz de una jodida vez.

James solo la miro serio-Tu.jamas.saldras.de.alli.

Y ambos jóvenes mirándose con una intensidad más allá de lo soportable. Una guerra eterna entre el sol y el mar. Pero en algún punto ambos tenian que tocarse.

Lyra sonrió con rabia -Algún día -le prometió. Algun dia saldria de ese lugar.

Era su atisbo de rebeldía. Su esperanza.

Así era ella, siempre queriendo escapar de sus manos y el reteniéndola. -¿Y a donde piensas ir? ¿Qué harás sin mí?

-Prefiero podrirme en la calle que estar alli contigo

Entonces James se acerco mas a ella hasta arrinconarla en la esquina. Muchos James y muchas Lyras se reflejaban en los espejos del ascensor. Un panorama abrumante.

-No me toques nuevamente -contesto ella secamente -No soy una mujer de ese estilo

-¿Y de que estilo eres?-soltó con malicia -¿cuánto dinero vales, Lyra?

Eso la indigno. ¿insinuaba que ella sería capaz de venderse?

-No seré la otra de nadie. Y menos la tuya

El día de ayer en la noche, era claro que James se había excitado con ella. Y ella con él. Aunque no quisiera admitirlo

-¿La otra? -aquello le despejo toda expresión de la cara.

Entonces Lyra desvió la vista de el -ya lo dije. No jugare este juego perverso que estas haciendo conmigo.

-¿Crees que estoy jugando?

Ella agito su cabeza – no jugare a ser la amante de nadie

-¿Amante?- más desconcierto -¿de qué rayos hablas?

Y ahí estaba su verdadera molestia. La joven, la estrella de películas de Hollywood.

-Si. ¿Cómo puedes hacer eso? Besarme y tener novia. Esa mujer no se lo merece. Nadie se lo merece.

-¿Quién te ha dicho a ti que yo tengo novia?

-No hizo falta. Y no tú, por supuesto. Los vi hoy en la tarde. con mis propios ojos

-¿Evelyn?

Oh… con que así se llamaba…

-Si. No es de mi incumbencia lo que hagan entre ustedes. Si es formal, o informal. Algo publico o un secreto. No me interesa, James. Solo quiero que me dejes en paz. No juegues más conmigo.

El de pronto la abrazo -Lyra, que tonta eres...-murmuro

Ella iba a protestar nuevamente, pero James la iba a besar de nuevo. Ella reacciono a tiempo y lo aparto -¿no acabas de oírme? ¿estas sordo?

James negó -creo que estas confundida, yo…

Pero entonces se escucharon gritos y golpes. -¡Jefe! ¿esta bien? ¡Ya hemos llamado a seguridad! Ya vienen a ayudarlos a abrir el ascensor. Se detuvo por algún motivo. Estamos en eso...

James no menciono más. Solo aplasto un botón y puso el ascensor en marcha de nuevo.

-Hablaremos al llegar a casa

-Esa no es mi casa- confeso en voz alta

James no la mira – quizás eso pueda cambiar hoy

-¿Cambiar? -ella se pregunta si es que su padre le habría dejado algo. Algo que quizás James le había ocultado hasta ahora-¿de qué hablas?

-Quizás puedas llevarte algo.

-¿De qué forma?

-Te tengo una propuesta Lyra -entonces ambos salieron del ascensor. Caminaron hasta llegar dentro del auto

-¿De qué propuesta me hablas?

Entonces James la observo. Casi como aquel primer día que la miro por primera vez. Una chica de ojos mieles y cabellos rubios. Hermosa en todo su esplendor. Con ojos llenos de vida, y dudas. Curiosos. Hambrientos de aprender y comerse al mundo. Ya no se sentía amenazada por ella. No. Ahora quería ser como ella. Siempre la admiro.




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